Un tren de Semillinas

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¿Quién ha dicho que con una brújula llegaría, Álamo a las casas de Jorge y Miguel? Pues no me parece que hayas fallado, ya que las palomas mensajeras utilizan el sol como brújula. Pero tampoco te has equivocado si pensástes en un mapa. Porque las aves poseen un mapa, pero en la mente, a eso le llaman mapa mental. Es por eso que las aves migratorias pueden emigrar y regresar a los mismo lugares, año tras año sin perderse, después de haber volado cientos de kilómetros a través de países y continentes enteros.

Bueno algo así es lo que les explicó Álamo. Y hablando de mapas ya les había contado que tanto a Miguel como a Jorge no les gusta la geografía ni nada que tenga que ver con mapas. Pues ahora los vemos muy contentos, sentados en el suelo, señalando en unos grandes mapas el lugar donde viven. ¿Cómo lo habrán logrado? Pues claro, la clave estaba en saber donde quedan los puntos cardinales principales, o sea el norte, sur, este y el oeste. Según les explicó Samuel, el sol se levanta por el este y se acuesta en el oeste. Ya eso fue de gran ayuda porque, la ventana del cuarto de Miguel queda justamente del lado donde se levanta el sol o sea al este. Lo demás fue más fácil, porque se trataba de saber el nombre de la ciudad y de las calles.

De este modo, Samuel le da las coordenadas a Álamo, quien escucha con suma atención. Ya tiene puesto su salvequito de cartero. Adentro se encuentran los mensajes que ambos chicos han colocado, para hacerlos llegar a sus padres.

Álamo parte. Da unas cuantas vueltas en círculo mientras los niños, desde la ventana, se despiden de él. Luego emprende rumbo al este, deshaciendo el camino recorrido por los chicos, unas horas antes, pero con la dificultad de estar en medio de aquella tormenta.

Álamo bate sus alas con fuerza. No le es posible volar alto, porque el viento, que va como a 200 km por hora, se lo impide. Volar a bajas alturas es muy peligroso cuando se debe entrar a una ciudad, esta dentro del manual elemental de vuelo para palomos mensajeros, pero no hay otra salida.

El ritmo es lento a pesar del esfuerzo que hace para mantener su marcha, porque el viento sopla en dirección contraria a la que tiene que llevar. Eso implica, que tiene que hacer mayor esfuerzo, mientras más fuertes sean las corrientes más fuerte debe mover sus alas.

Cada vez que se siente cansado piensa en la importante misión que se le ha encomendado, esto le ayuda para redoblar esfuerzos y desafiar las corrientes de aire adversas, la lluvia que cae a torrenciales, la oscuridad y el inmenso frío.

Como palomo mensajero sabe la importancia de su labor; el valor que tiene un mensaje, vale cualquier sacrificio. A pesar del cansancio continúa su vuelo, nunca se ha sabido de un palomo mensajero que no haya cumplido con su labor.

"Y ésta no será la primera vez.", se dice par sí, Álamo

Poco a poco se empieza a divisar las carreteras principales de la ciudad. Sin embargo, ésto no significa que el peligro haya pasado. No, todo lo contrario, ahora es cuando más peligros ha de enfrentar nuestro valiente amigo. Los edificios son más altos y además, esta el peligro de los autos, los cuales pasan a altas velocidades.

Una ráfaga de viento lo saca de curso. Por un momento, parece que ha perdido el control del vuelo y peligra ser lanzado hacia un edificio.

¡Oh no!, a causa de la ráfaga, he perdido contacto con Álamo. No me es posible verle por ningún lado.

Será mejor que regresemos a la cabaña, allí podremos esperar a ver que pasa con nuestro amigo. Por lo pronto hemos de confiar en su excelente experiencia de vuelo.

¡Ajá, en la cabaña hay mucho movimiento.Parece que van a salir. Todos tienen una canasta pequeña con frutas, maní, almendras, y semillas de marañón; además de algunos panecillos.

"Éste es el tren de Semillinas, hace muchos años los castores lo construyeron con una madera especial que se encuentra en el corazón de la Montaña Azul" Les explica Samuel, a los chicos, mientras se acomodan dentro del tren. A la entrada Samuel depositó unas cuantas nueces en un canastito que estaba sobre algo así como un embudo en donde desaparecieron.

"¿Y por qué se llama tren de semillinas?" Pregunta Jorge mientras observa con gran admiración y curiosidad los asientos y ventanas del tren, las cuales no son como todos los asientos y ventanas de los trenes comunes.

"Porque este tren tiene un sistema muy especial que funciona con semillas, hierbas y frutas, por lo que los habitantes del bosque le llaman simplemente de semillinas." Vengan para que vean como funciona," les anima el anciano.

Todos se dirigen al cuarto de máquinas, allí hay varias palancas y una fogata de donde salen varios tubos y mangueras como en un laboratorio, pero con la diferencia de que aquí todo es de muchos colores y formas.

"Las semillas de nueces que depositamos a la entrada," continúa explicando samuel, " es como el tiquete para viajar en el tren. Esas semillas pasan por un tubo que las trae aquí" les explica mientras les señala una cuchara que funciona sola. Luego pasan a esta caldera y cuando se calientan se les exprime el aceite con este escurridor. El aceite es el que hace que la máquina funcione."

"¡Vaya!", dice Miguel sorprendido "Este es el tren más fabuloso que haya yo conocido."

"¿Os gustaría manejarlo?"les preguntó de pronto Samuel.

Y claro, ni siquiera había que preguntarles. En pocos minutos, estaban manejando la palanca de conducir y el regulador de velocidades como verdaderos profesionales.

Lo que todavía no saben, es la importancia de lo que están aprendiendo, porque cada estación del Trencito de Semillinas, significa una misión especial que nuestros amigos realizarán y algo nuevo que descubrirán. Pero será en el Bosque Marmotense, donde les aguarda la misión más importante de sus vidas y que ya llegaremos a saber nosotros también, cuando sea el momento.

Mientras tanto Samuel se despide de ambos chicos, y les instruye de que siempre estén atentos a todas las instrucciones, para que aprendan y disfruten del viaje.

El tren se empieza a mover y los chicos despiden de Samuel, Nube, Verano, Melodía, Nieve y Sinfonía, los cuales quedan, junto con Samuel, a la espera de Álamo.

 

 

El Tren de Semillinas

 
Perrín el maquinista,
la bienvenida da
Chu, chu, chu, chu chu.
Empieza el trencito
lentamente a rodar.

Bajo el sol, bajo la lluvia
el trencito su camino seguirá.

Cruza ríos, va por bosques,
Llega al Círculo polar,
Suben osos, bajan focas.
Un pinguino quiere al África llegar.

Chu, chu, chu, chu chu,
Hay nieve y hay brizna.
Sube el trencito la colina,
Donde viven el búho y la hormiga

¿A dónde quieres viajar?
Dos semillinas, bastarán
para llegar a la Argentina.

Chu, chu, chu, chu chu.
Por los puentes de China
Sube muy sonriente un arcoiris,
paga con una semillina,
hoy tomará, con el sol,
té de manzanilla.

Chu, chu, chu, chu chu.
El trencito camina que camina
pronto llegará al jardín de Verdelina.

Hoy es

alamo

días faltan para el año 2006.

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