Latinoamérica sin Fronteras
Un Movimiento Político Para Otra Costa Rica Posible

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Estimad@ compañer@:

Como probablemente ya conocerá, hace dos años un grupo de personas creamos un espacio de encuentro, plural, abierto a las mujeres y hombres que se sitúan críticamente frente a la globalización neoliberal, con el fin de analizar su propio carácter y sus consecuencias en la sociedad costarricense, así como para intercambiar y extender experiencias concretas y alternativas de acción política y social en la línea de que otro país es posible. Le pusimos a ese espacio el nombre de Foro de Acción Política, con la idea de contribuir a la construcción de ese movimiento político y social capaz de promover la resistencia y la alternativa al modelo capitalista neoliberal.

Encontramos que en el amplio y diverso movimiento social, que delibera y lucha para derrotar a los neoliberales y construir una alternativa de sociedad en la que todos y todas quepamos con dignidad, sin explotación y sin violencia, naturaleza incluida, hay un sentimiento compartido de la necesidad de repensar y de reconstituir un movimiento político que responda a los grandes interrogantes planteados ya en el pasado, y que adquieren hoy, a la luz de los estragos que causa el poder corrupto, explotador y depredador que nos domina, una especial urgencia: civilización o barbarie, socialismo o barbarie.

Entendemos que ese movimiento debe hundir sus raíces en las ricas y valiosas experiencias históricas de lucha por la soberanía, por la democracia y por el socialismo de varias generaciones de costarricenses, y ser capaz de la necesaria renovación crítica para responder a los nuevas condiciones, retos y esperanzas del presente. Pensamos así en la urgencia de una izquierda necesaria en tres dimensiones esenciales: una izquierda de valores, es decir, con ética, intransigente con la diversas manifestaciones de corrupción, solidaria, defensora de los derechos humanos; una izquierda comprometida con la reivindicaciones de los hombres y mujeres que sufren explotación, opresión, discriminación, que se mueve y organiza en defensa de las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías, que se moviliza por el desarrollo de la libertad, de la democracia y de la justicia social; una izquierda con un proyecto alternativo de sociedad, de Estado, de nación, que trabaja desde la sociedad y desde las instituciones con la aspiración de construir poder social y de ganar la mayoría política a través de las vías democráticas. Queremos contribuir a la unidad en el respeto de la diversidad, de un sujeto de izquierdas plural, compuesto de diversas tradiciones políticas, ideológicas, culturales y organizativas, de distintas identidades de clase, de género, de etnia, y de diversas también orientaciones de religión, de sexo o de diferencias generacionales.

Sabemos que ese sueño compartido está cargado de promesas pero también de inmensas dificultades, pero creemos que es el momento de intentarlo.

Estamos por eso convocando a un acto de lanzamiento por la construcción de ese nuevo movimiento político el próximo Primero de Mayo, a las 2 de la tarde en el auditorio del Edificio Cooperativo en San Pedro, donde someteremos a consideración de las personas que nos acompañen el manifiesto-ideario del nuevo movimiento, así como el nombre y una propuesta organizativa.

Le invitamos fraternal y respetuosamente a participar en esta actividad, que es parte de un proceso cuyo itinerario lo decidiremos juntos, mediante un compromiso real y honesto con la participación democrática.

La izquierda necesaria que queremos construir debe ser obra de los que luchan: sindicalistas, feministas, ecologistas, trabajadores, campesinos, indígenas, jóvenes, intelectuales, comunidades, pequeños y medianos empresarios, mujeres y hombres de nuestra patria que sabemos de la importancia de la protesta, del combate social, de la búsqueda de alternativas, de la marcha, de la desobediencia civil, de la discusión sobre la democracia, la pobreza, el desarrollo, el clasismo, la etnia, la sexualidad, el género, la autoridad, la ecología, la religión , la guerra y la paz.

Le convocamos a formar parte de esta iniciativa porque conocemos su compromiso y su militancia con las luchas de nuestro pueblo.

La derecha en el poder ataca todos los días las garantías sociales y los derechos democráticos de los y las trabajadores y del pueblo. Quiere privatizar la educación y la salud y minar el sistema solidario de pensiones y de ayuda a los más necesitados. le estorba el Estado democrático, social y de derecho, de ahí su empeño en vender el ICE, el INS, la banca estatal, RECOPE, FANAL, ferrocarriles, muelles, aeropuertos; criminaliza la protesta social y la pobreza; pretende desmontar los controles y regulaciones democráticas para seguir adelante con la corrupción y el asalto a los recursos públicos. Destruye el tejido productivo nacional y lleva a la ruina a miles de pequeños y medianos productores del campo y de la ciudad. Convierte en negocio la entrega y explotación de nuestros recursos naturales y socava todos los días la aspiración de nuestro pueblo a un desarrollo sostenible. Es cómplice del lavado de dinero y de oscuras transacciones financieras de mafias internacionales. Desprecia la lucha de la mujer por alcanzar la plena igualdad real y poner fin a la explotación y a la violencia física, sexual, patrimonial y sicológica que sufren a diario tantas mujeres de nuestra patria. Es responsable del debilitamiento de la democracia y de la degeneración de la política y de las instituciones.

Ese bloque neoliberal en el poder, de nuevas y viejas oligarquías, a pesar de la ofensiva neoliberal no ha podido aplicar enteramente su programa de choque, por la resistencia del pueblo como se mostró en las jornadas históricas del Combo; por eso pretende hoy, a través del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, rematar su traición a nuestra patria y a nuestro pueblo, convirtiéndonos en una fábrica de pobres, en un protectorado del imperio y de sus empresas transnacionales.

Ante ese panorama es necesario levantar la resistencia y construir la alternativa.

Esa es tarea inmensa, urgente y necesaria del conjunto de fuerzas democráticas y patrióticas del país.

Nosotros y nosotras, queremos dar nuestra modesta pero necesaria contribución a esa lucha de todo nuestro pueblo, y lo queremos hacer desde nuestras convicciones de hombres y mujeres convencidos de que otra Costa Rica y otro mundo es posible.

Junt@s podemos construir esa esperanza. Nos sentiríamos orgullos y honrados de contar con usted. Un fraternal saludo para usted y los suyos,

Comité Preparatorio hacia el acto de lanzamiento por la construcción de un nuevo movimiento político:

Álvaro Rojas Valverde, 371-6278, clau28@racsa.co.cr
Carlos Sánchez Quesada, 234-8730, casanq@hotmail.com
César Augusto Parral, aguerrer@cariari.ucr.ac.cr
Fabio Chaves Castro, 815-8287
Freddy Solórzano Jiménez, 442-7301, 257-8233
Gabriel Rivas Ducca, 252-1063, casogari@racsa.co.cr
Jesús Campos Méndez, 372-1259, jesuscamposmendez@yahoo.es
Jorge Gamboa Quirós, 276-6057, 821-6377
José Merino del Río, 386-1835, josemerino@racsa.co.cr
Juan Reverter Murillo, 232-4250, reverter_tico@yahoo.com
Leonardo Umaña Vargas, 842-3516, leonardo_u_v@yahoo.es
Patricia Mora Castellanos, 253-2628
Ricardo Araya Montero, 814-5459, ricardo_araya_m@costarricense.cr
Roberto Alfaro Zumbado, 272-0443, nuevaizquierda@hotmail.com
Rocío Alfaro Molina, 272-5307, rojitica@hotmail.com
Rodolfo Ulloa Bonilla, 362-7608, wrulloa@racsa.co.cr

Propuesta para el Debate y el Acuerdo

UN MOVIMIENTO POLITICO PARA OTRA COSTA RICA POSIBLE

Sometemos a la deliberación pública este conjunto de ideas, reflexiones y propuestas con el objeto de debatir la política que hace falta y la construcción de una opción de izquierda en nuestro país. No es una propuesta de programa ni sobre metas finales, aunque tratamos de esbozar algunos ejes fundamentales de un proyecto político alternativo y algunas ideas-fuerza que deberían animar la praxis política de los sectores populares y democráticos avanzados del país.

El programa no debe ser el invento de una élite que se autoproponga a sí misma como vanguardia, debe surgir, por el contrario, en torno a los grandes ejes que movilizan a los movimientos populares, por eso es necesario que en su discursión y elaboración puedan participar numerosas personas, colectivos de trabajadores, organizaciones sociales, movimientos ciudadanos, interesados en construir juntos una propuesta de futuro.

Esta es, fundamentalmente, una propuesta de organización para deliberar y actuar juntos, pues hablar de potenciar un nuevo sujeto político transformador, es en realidad hablar de organización, de imbricar los conceptos de una teoría para la transformación, con los problemas concretos de la práctica política.

Nos dirigimos a mujeres y hombres interesadas en construir un instrumento político de deliberación , de lucha y de emancipación, que se inscriba en el combate por el desarrollo de un proyecto político social alternativo al capitalismo neoliberal, un proyecto creíble, viable, ilusionante, que se entienda y comparta como propio por amplios sectores de la sociedad costarricense. ¿Podemos tener una orientación común, compartir la aspiración a una alternativa al neoliberalismo en la perspectiva de una sociedad libre, democrática, igualitaria, con equidad de género, ecológica, solidaria? ¿Por dónde debemos empezar? ¿Qué primeros pasos podemos dar? ¿Qué tipo de unidad, de estructura organizativa? Quizás podríamos comenzar por nuestra mutua capacidad de indignarnos ante la injusticia, una buena base para levantarnos y caminar juntos en busca de acrecentar nuestra capacidad de resistencia y de construir la alternativa, no como receta sino como necesidad que debe surgir de la conciencia de que sin ella estamos perdidos, no como individuos aislados sino como sujetos políticos que irrumpimos precisamente en esa individualidad para proclamar en el discurso y en la lucha que la historia no está clausurada y que es posible la esperanza.

GLOBALIZACION NEOLIBERAL: LA GUERRA DEL CAPITAL FINANCIERO EN CONTRA DEL SER HUMANO

1. Es necesario partir de una comprensión de la globalización impuesta por el capitalismo neoliberal y el nuevo giro dado por la potencia imperial gobernada por una fracción ultraderechista, tras los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001. Con la presidencia de Bush, la globalización incrementa su pretensión de dominio por los nuevos amos del mundo, ahora mediante una política de violencia y de guerra extremas. Estamos ante una guerra del dinero y de las fuerzas del capital financiero en contra del ser humano, de los pueblos, de la cultura, de la naturaleza, de la historia; la guerra se ha transformado en una parte permanente y estructural de la dominación global, esto supone una militarización de la política y de la economía.

La globalización neoliberal, fase del capitalismo de dominación del capital financiero, es entonces un proyecto mundial que se desenvuelve en todos los planos: ideológico, político, económico, social, cultural, ambiental, militar, geográfico y que tiene consecuencias ineludibles sobre todos los pueblos, estados y habitantes del planeta. Esa globalización lleva a cabo la destrucción metódica de conquistas democráticas de los pueblos, impone políticas ultraliberales de privatizaciones, desregulación y erosión de los servicios públicos, reduce los derechos laborales y la protección social, somete la libertad de las personas, de las naciones y de los pueblos mediante la explotación y el chantaje, la violencia y el hambre, la precariedad y la exclusión. Se impone un modelo que acelera el cambio climático, liquida los pulmones verdes del planeta, dilapida los recursos hidrológicos, favorece la desertización, crea monopolios sobre la vida a través de patentes sobre fármacos, semillas, genoma humano. No hay límites para el negocio. Refuerza un sistema de dominación sexista y patriarcal, racista y explotador. Reemplaza la soberanía de los estados y la democracia por los dictados del mercado y de un poder imperial.

La estructura de ese poder mundial antidemocrático reposa en unas 200 empresas transnacionales, en el grupo de los siete países capitalistas más ricos, bajo la hegemonía de los Estados Unidos convertido en la única hiperpotencia, y en sus agentes institucionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio.

Los resultados de esa extraordinaria concentración de poder y riqueza están a la vista: 1500 millones de seres humanos viven con menos de un dólar al día, 2800 millones con menos de dos dólares diarios, las tres personas más ricas del mundo tienen una fortuna superior al PIB de los 42 países más pobres, menos del 20% de la población mundial controla más del 80% de la economía del planeta, más de 800 millones de personas no tienen techo y más de 1000 millones no tienen acceso al agua potable, 11 millones de niños y niñas menores de 5 años mueren anualmente por causas evitables y 325 millones no asisten a la escuela, 854 millones de adultos son analfabetos, el 65% de la humanidad nunca ha hecho una llamada telefónica y el 40% de la población mundial no tiene acceso a la energía eléctrica. Menos del 20% de la población más rica del planeta consume el 70% de la energia mundial, el 75% de los metales, el 85% de la madera, dispone del 85% del producto mundial bruto, del 86% del comercio global.

Los que no pueden participar en el "festín consumista" prometido por los globalitarios neoliberales, son considerados personas desechables, gente peligrosa a la que se excluye y criminaliza, el aumento de la pobreza va de la mano con el crecimiento de la industria penitenciaria, de los aparatos policiales, a la altura del miedo y la incertidumbre que se apodera de los consumidores ostensiblemente triunfantes. Cada vez más, ser pobre se considera un crimen; lejos de ser dignos de atención y asistencia, los pobres merecen la reprobación y la condena de un modelo de sociedad que sólo respeta el éxito, el dinero. No es casual que las finanzas sean el valor supremo de la globalización, y que las finanzas modernas y la criminalidad organizada se den la mano y se refuercen mutuamente, así se explica que el volumen de negocios del crimen organizado iguale el poder de las multinacionales, según afirma el PNUD. En la cima de esa jerarquía delictiva están hombres de estado y de negocios que gozan de la misma respetabilidad que los fondos blanqueados que administran. Los héroes de la globalización han resultado ser unos tramposos y ladrones, especuladores responsables de la economía-casino del capitalismo salvaje.

Estamos ante una verdadera tragedia que, sin embargo, los grandes centros de dominación ideológica y las transnacionales de la comunicación, tratan de publicitar y de vender como la grandeza del nuevo orden. La humanidad cuenta con inmensas fuerzas productivas, hay avances extraordinarios en campos como la informática, las telecomunicaciones, la biotecnología, la robótica, la microelectrónica. Esa es la paradoja brutal, acumulación de descubrimientos y de invenciones sin precedente alguno, y barbarie, muerte en masa provocada por hambrunas y guerras. Y es que la globalización no es un fenómeno natural, sino el resultado de luchas políticas dentro de estructuras institucionales, de correlaciones de fuerza que determinan los medios y los fines de las actividades humanas. La promesa neoliberal de que el crecimiento económico terminaría derramándose hacia los sectores más desfavorecidos, es absolutamente falsa, ha habido creación de riqueza pero hay más desigualdad y más pobreza. El ser humano ha sido convertido en un medio, y no en el fin último de toda política de desarrollo.

Nos oponemos a la globalización capitalista porque despoja de poder a las mayorías, a los pobres y a los débiles, y lo concentra cada vez más en los ricos; esa globalización actúa de hecho como una maquinaria de guerra que destruye la solidaridad entre las personas y los estados, donde sólo actúa el cálculo del beneficio, con algunas islas de compasión. Nos oponemos a ese proceso porque aplasta la equidad, la solidaridad, la diversidad, la autogestión y el equilibrio ecológico que perseguimos. Es una auténtica vergüenza que cuando existen posibilidades insospechadas hasta ahora para resolver las necesidades básicas de todos los seres humanos, la explotación, el hambre, la guerra, la enfermedad, la pobreza, las carencias de educación, la exclusión, azoten a la realidad cotidiana de la mayoría de la humanidad.

OTRO MUNDO ES POSIBLE

2. Frente a ese nuevo modelo de dominación capitalista llamado globalización, ha surgido un amplio movimiento de resistencia internacional que levanta la alternativa por otro mundo posible, que lucha por universalizar la equidad y no la pobreza, la solidaridad y no la explotación, la democracia y no el autoritarismo y la subordinación, la diversidad y no el conformismo homogenizador, el desarrollo ecológico sostenible y no la depredación, la inclusión y no la exclusión. Nuestra primera tarea es organizar la resistencia en nuestro territorio, pero articulados a todas las redes internacionales de resistencia contra el neoliberalismo.

La lucha por otro mundo posible involucra a una amplísima diversidad de sujetos emancipatorios, que se articulan y se unen en torno a propuestas de resistencia y de proyecto que consideramos fundamentos para un modelo de sociedad alternativa, que es necesario recrear a la luz de la situación concreta de cada pueblo y nación.

Las señas de identidad del proyecto nacional de resistencia y alternativa se alimenta así de la construcción de espacios de lucha y de esperanza para hacer posibles:

a) La dignidad inviolable de todo ser humano, lo cual exige constituir una sociedad mundial con un reparto justo de los recursos entre todos los habitantes del planeta. El orden constituyente debe basarse en el respeto integral de los derechos humanos: civiles, políticos, sociales, económicos, culturales, ambientales; el derecho a la dignidad y a la integridad del cuerpo y de la persona política. El derecho de las mujeres a controlar sus propias funciones reproductivas y a vivir libres de coerciones y violencia.

b) Un conjunto de bienes universales deben considerarse patrimonio común de la humanidad, propiedad colectiva que no puede ser privatizada y patentada. Agua, aire, bosques, alimentos, semillas, etc., son derechos básicos que deben garantizar un acceso universal. Toda sociedad debe asegurar servicios públicos a su población para instaurar una vida humana de calidad en áreas como la salud, la educación, la seguridad social, la vivienda, la energía doméstica, las telecomunicaciones, una renta básica. Estos servicios no pueden ser privatizados ni sometidos a la lógica del mercado.

c) La democracia radical, que conlleva imponer la soberanía popular sobre todo tipo de poder político o económico.Una democracia expansiva, que incluye los derechos humanos integrales, el pluralismo, la separación de poderes, la consecución de la democracia económica y cultural, la instauración de procedimientos de democracia participativa. Los trabajadores deben tener posibilidades reales de ejercer un control democrático sobre los procesos de trabajo, qué se produce y cómo se va a producir. Las personas y las colectividades deben tener derecho a producir sus propios espacios de comunidad y a inscribir en ellos sus propias normas. Se trata de potenciar el autogobierno y el control de la representación, estimular la virtud ciudadana, extinguir cualquier forma de dominación en las instituciones, pero también en el trabajo, en la escuela, en la casa.

d) La sustentabilidad ecológica, que es la base de la reproducción de la vida y el requisito de solidaridad con las generaciones futuras. El principio de precaución y la regulación ecológica de toda actividad humana deben marcar los nuevos modelos de desarrollo alternativo. El derecho de todos a vivir en un entorno vital saludable y decente, razonablemente libre de amenazas y peligros y de riesgos innecesarios.

e) El respeto de la identidad y de la diversidad, el cultivo y la recreación de la identidad es el alma de los pueblos y, por ello, la resistencia a la homogeneización mundial por la cultura capitalista es un imperativo. Las sociedades con identidad no deben fomentar ningún fundamentalismo cultural, pues la diversidad, la tolerancia y el pluralismo son imprescindibles para construir una vida colectiva habitable para multitud de personas. El diálogo entre culturas, religiones y civilizaciones enriquece la existencia humana.

f) La economía al servicio de la persona humana, de la satisfacción de las necesidades básicas y de la primacía del factor trabajo sobre el factor capital. El rechazo absoluto de una economía que tiene como objetivo la acumulación de plusvalía y beneficio, la apuesta es por una economía solidaria y popular. Esto supone un derecho básico al sustento y a seguridades económicas elementales, a un salario digno y a una protección social adecuada.

g) El derecho a la cultura en sus vertientes de producción y consumo. Elevar el nivel cultural de los ciudadanos y de los pueblos como un objetivo básico de desarrollo. Calidad y democratización de los medios de comunicación social de masas.

h) La solidaridad. Frente a la ley de la selva promovida por la globalización neoliberal y su prototipo de ser humano acumulador e individualista, levantar el principio de fraternidad, el ciudadano afectado por el dolor y la injusticia, sensible ante el sufrimiento, dispuesto a la rebelión activa contra las opresiones, capaz de convertir en personales los problemas de los pobres del mundo.

i) La creación de estructuras sociales donde los ciudadanos puedan vivir realmente la libertad, la igualdad y la fraternidad. El cuestionamiento radical de la naturaleza misma del sistema de la globalización neoliberal, implica un redescubrimiento del bien común, de un saber vivir juntos, de un nuevo sentido de la vida de nuestra civilización. No hay tarea más urgente que frenar ese neoliberalismo desbocado que, abandonado a sus propias fuerzas, es portador de nuevas desigualdades y de nuevas opresiones. Tenemos poco tiempo, puesto que se multiplican los signos que anuncian nuevas catástrofes. El rumbo actual del neoliberalismo de guerra lleva a la barbarie globalizada, es necesario forzar un cambio hacia un nuevo proyecto de sociedad y de civilización, ampliar y profundizar las resistencias que apuntan a la construcción de la dignidad humana, reinventar y construir una alternativa emancipadora de todas las opresiones y garante de la supervivencia futura de la humanidad y de toda forma de vida en el planeta.

COSTA RICA: UNA DEMOCRACIA EN RETROCESO

3. Dos décadas de hegemonía neoliberal han desfigurado el rostro de Costa Rica, acentuando las señales de la pobreza, de la desigualdad, de la dependencia y de la corrupción. Tenemos hoy una democracia fraudulenta, una economía que fomenta la desigualdad y la exclusión, una política social dirigida contra el mundo del trabajo, deterioro de los sistemas públicos de salud y educación, ataque a las pensiones y a la legislación laboral, impunidad para los corruptos, crecimiento del crimen y de la violencia. Sobran los análisis y los números que expresan el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población, podríamos recurrir a las estadísticas de autoridad para certificar el sello de lo que está pasando, pero sabemos que el mejor diagnóstico es el que cada costarricense puede hacer de su propia realidad, es ese pueblo que se siente insatisfecho, desprotegido, engañado, inquieto, intranquilo, inseguro, el que reclama cambios, pero no de fachada.

La democracia costarricense está en retroceso, a la degeneración provocada por las promesas incumplidas, el despilfarro, la corrupción, los discursos vacíos secuestrados por las empresas de comunicación, las plutocracias partidarias que copan instituciones en beneficio propio, la subordinación y el vasallaje hacia los poderes supranacionales, se agrega hoy la evidencia de que los procesos electorales han sido prostituidos, mediante financiamientos criminales que constituyen una verdadera estafa contra los valores y reglas de la democracia. Los partidos políticos del sistema neoliberal son cada vez más maquinarias electorales en manos de camarillas oligárquicas y burocráticas, que actúan en el mercado político como agentes de compra-venta de votos, que promueven el clientelismo más vergonzoso y la asignación de fondos públicos para uso privado. Hemos pasado de una sociedad política a una sociedad de mercado, que no impulsa ningún ideal político, sino que se mueve únicamente por el poder y por la ganancia. Esos partidos sometidos a un proceso intenso de degeneración y desacreditados ante sectores amplios de la ciudadanía, montan desesperadamente operaciones de recambio, modificando incluso la Constitución a través de una especie de golpe de estado, para permitir una reelección presidencial espúrea.

La derecha neoliberal en el poder es directamente responsable de este asalto a la democracia, de su debilitamiento y descomposición. El creciente descrédito de instituciones y de partidos ante los ojos de una ciudadanía que exige decencia, honestidad, capacidad, participación, políticas públicas en defensa de los derechos de las mayorías y del país, es el resultado de la imposición y puesta en práctica de ese modelo de capitalismo neoliberal que opera en beneficio de unos pocos y derribando todas las barreras éticas que le estorben. La corrupción es impresionante. Cientos de miles de millones han engordado a ciertas cúpulas político-empresariales, que actúan dentro y fuera del Gobierno, como auténticos comités ejecutivos de una banda de ladrones. Recordemos los escandalos del Banco Anglo, Fondos de Emergencia, Asignaciones Familiares, Compensación Social, BICSA, CODESA, Banca "Off Shore", Certificados de Abono Tributario, Incentivos al Turismo, Aviación Civil, Concesiones de Obra Pública (revisión técnica de vehículos, aeropuerto, carreteras, cárceles, muelles...), Sistema Financiero de la Vivienda, Evasión Fiscal, Contrabando, Fondos de Contingencia Agrícola, etcétera Estamos hablando de gigantescas sumas que desaparecieron por las cloacas de la corrupción, que enriquecieron a unos cuantos y empobrecieron más a la mayoría de los costarricenses. Se ha producido una huída escandalosa del Estado de derecho y ha entrado en crisis el principio de legalidad. El Estado costarricense es hoy, en realidad, un doble estado, detras de cuya fachada legal y representativa ha crecido un infraestado oculto, dotado de sus propios códigos y tributos, organizado en centros de poder clandestinos. Se violan impunemente los principios de legalidad, publicidad, visibilidad, controlabilidad y responsabilidad de los poderes públicos. Los casos de las fundaciones Costa Rica-USA y FUCE, financiadas por los Estados Unidos, son ejemplos de cómo el neoliberalismo ha creado un estado paralelo para dinamitar el estado social de derecho y favorecer la apropiación privada del interés público.

Se trata de la misma derecha política y económica que ataca todos los días las garantías sociales y los derechos democráticos de los trabajadores y del pueblo. Son las mismas fuerzas que quieren convertir en negocio privado la educación, la salud y el agua, y que tratan de destruir el sistema solidario de pensiones y de ayuda a los más necesitados. Quieren privatizar el ICE, el INS, RECOPE, la banca estatal, FANAL.

La experiencia neoliberal nos ha hecho más pobres: 22.9% de los costarricenses viven bajo la línea de pobreza, y uno de cada tres hogares tiene al menos una o dos necesidades básicas insatisfechas (educación, salud, vivienda, agua potable y saneamiento), la pobreza la sufren especialmente las mujeres, los jóvenes, los niños, los ancianos, los habitantes de las zonas rurales; hoy vivimos en una sociedad más desigual que hace 20 años, el 10% más rico acapara el 30% del ingreso total, mientras el 40% más pobre apenas recibe el 15% de ese ingreso, la polarización entre ricos y pobres marca una tendencia que se acentúo en los últimos años; tenemos un sistema tributario sumamente regresivo e injusto, el nivel de tributación en relación con el PIB es del 13.4% y ha venido disminuyendo en la última década, un estudio comparativo entre 120 países sobre los montos esperados y observados de carga tributaria, demuestra que se esperaría que Costa Rica tuviera una carga del 21%, lo que quiere decir que los neoliberales han tenido éxito en ayudar a los ricos a no pagar impuestos; el desempleo abierto y encubierto afecta a 2 de cada 5 costarricenses, lo que indica que estamos ante un estilo de crecimiento que no genera empleo, y cuando lo hace es a costa de los salarios reales y de los derechos laborales, el 39% de los empleos están en el llamado sector informal, lo que significa empleo precarizado, de baja calidad e inestable; los neoliberales cacarean las bondades de la inversión extranjera, pero la verdad es que por regla general es una inversión que no se logra encadenar al desarrollo nacional ni productiva ni fiscalmente, el llamado "desarrollo hacia afuera" centrado en la privatización, la apertura y la desregulación de la economía nacional, no ha traído bienestar a la mayoría de los costarricenses y ha desarticulado el aparato productivo nacional, con la consiguiente ruina de miles de pequeños y medianos productores del campo y de la ciudad.

La sociedad costarricense se enfrenta a un proceso de deshumanización del mundo laboral. Vivimos un acoso permanente a los derechos de los trabajadores. Las llamadas flexibilidad, competitividad y movilidad laborales, significan en realidad la precarización del trabajo, la destrucción sistemática de las identidades laborales tanto individuales como colectivas, liquidando conceptos y derechos claves como la estabilidad laboral, la garantías de sindicalización y de promoción humana, la erosión y prohibición de la negociación colectiva, todo en beneficio de una total sumisión a los intereses de la empresa. La siniestralidad, el acoso sexual, la sobreexplotación de los inmigrantes, son otras consecuencias de una violencia organizacional permanente sobre la fuerza de trabajo.

Gravísimas son las consecuencias de un estilo de crecimiento depredador sobre nuestro ambiente. No se detienen los procesos de deforestación, erosión del suelo, creciente contaminación de aguas subterráneas y superficiales, sedimentación de ríos, patrones de consumo despilfarradores de recursos naturales y energéticos, procesos caóticos de urbanización, deficiente o nulo manejo de desechos sólidos y líquidos.

El bloque neoliberal está profundizando las políticas de desnacionalización de nuestra economía y una mayor dependencia del imperio que amenazan nuestra libertad y soberanía. El apoyo del gobierno costarricense a la agresión del imperialismo estadounidense contra Irak, supuso una gravísima ruptura con una política internacional que, a pesar de sus debilidades y vasallajes, mantuvo tradicionalmente el apoyo a la paz, a la solución negociada de los conflictos y al derecho internacional en el marco de las Naciones Unidas. Ese retroceso y una mayor sumisión a los Estados Unidos, explica que el gobierno y las principales fuerzas políticas del sistema estén de acuerdo en instalar en Costa Rica una academia policial-judicial-militar de los Estados Unidos, para entrenar a las fuerzas represivas de América Latina, una vergüenza para un país que abolió constitucionalmente el ejército.

En esa misma lógica de dominación neoimperial y de entreguismo de nuestra clase gobernante, es que se llevan a cabo las presiones para radicalizar los procesos de privatización y liberalización neoliberales, a través de proyectos como el Tratado de Libre Comercio, el Plan Puebla Panamá y el Area de Libre Comercio de las Américas. Nos encontramos ante una guerra de conquista que pretende entregar a las transnacionales de los Estados Unidos recursos vitales de nuestra nación y de nuestro pueblo, el libre comercio es usado por las corporaciones transnacionales para imponer sus intereses, dominar nuestras economías y forzar un modelo de crecimiento que empobrece a nuestra sociedad.

UN PROYECTO NACIONAL ALTERNATIVO

4. Mientras los guardianes de ese engranaje que devora los derechos de las personas, produce exclusión , socava las relaciones sociales y destruye el ambiente, proclaman la validez y eternidad del modelo neoliberal apoyados en tecnócratas arrogantes y autoritarios, cada vez más mujeres y hombres de nuestra patria resisten y luchan por la construcción de una alternativa capaz de cambiar las bases estructurales que hacen posible la estrategia de acumulación de ese capitalismo salvaje, sin lo cual no se puede asegurar el bien común, el derecho a una vida decorosa y a una sociedad donde quepamos todos y todas, naturaleza incluida. El proyecto alternativo por otra Costa Rica posible se configurará en el proceso de lucha y de propuesta por:

a) Una democracia real y avanzada como conjunto de valores, reglas e instituciones, en donde las personas tengan los recursos necesarios para elegir sus proyectos vitales y para que se sientan plenamente ciudadanos. Una democracia en la que se controle el poder y en la que se exija rendición de cuentas a quienes lo ejercen y posibilidades reales de revocar los mandatos, una democracia solidaria, una democracia institucional que sea a la vez una democracia participativa, una democracia de calidad, exigente y transparente, una democracia paritaria que incorpore definitivamente a las mujeres, tanto en la participación como en los puestos de representación.

La democracia es por definición un espacio público de participación que requiere de la información como un servicio público,no como mercancía; no queremos una democracia de mínimos, la democracia no es sólo un procedimiento, sino resultados que garanticen elevar las condiciones de vida de la gente, es también una idea moral, una ambición ética, un compromiso con la justicia, un orden de convivencia, un compromiso por una sociedad paritaria, una pasión cívica, una civilización.

Ya no basta con calificar a un régimen de democrático porque se celebren elecciones regularmente, la democracia es un proceso contínuo e histórico de democratización, cuyo objetivo es el autogobierno de la sociedad por sí misma, a través de una participación cada vez más real y efectiva de los ciudadanos. Es necesario elevar a rango constitucional derechos económicos de los habitantes de la República, para que la democracia política se fortaleza con la democracia social y económica. Hay que crear y fortalecer mecanismos de democracia directa, que permitan a los ciudadanos participar de verdad en las decisiones claves para su bienestar y el de la nación, o en la elección directa de funcionarios públicos como el Defensor de los Habitantes y el Contralor General de la República.

Esta democracia requiere de un nuevo Estado democrático que proporcione los bienes y servicios públicos necesarios en una sociedad avanzada. Un Estado agil e innovador al servicio de una sociedad fuerte, que fomente el fortalecimiento de la institucionalidad regional y municipal, que favorezca la planificación democrática y los presupuestos participativos, que garantice servicios públicos de calidad y eficaces al alcance de todos los habitantes, que invierta para crear o mantener las infraestructuras que requiere una economía moderna y cohesionada, desde la investigación científica y las tecnologías de la información y de la comunicación, hasta el transporte. Un Estado con una administración de justicia eficaz, rápida, justa, atenta a los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, dotada de los medios adecuados para llevar hasta el fin la exigencia democrática de independencia e imparcialidad de los jueces. Un Estado al que se le exija la revalorización del papel de las posiciones jurídicas activas, es decir, exigir el cumplimiento de los establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos hasta en la Constitución Política.Un Estado al servicio de la nación, no sometido a los intereses de poderes supranacionales antidemocráticos.

b. Un estilo nacional de desarrollo que responda a los intereses del país y no del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM), de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de las transnacionales, de los Estados Unidos y las grandes potencias capitalistas, de la minoría oligárquica criolla, es decir, que responda a los intereses de las mayorías y no de las minorías, de los pobres y no de los ricos, de los débiles y no de los fuertes, de los que trabajan y producen y no de los que explotan y especulan.

El centro y el objetivo del nuevo proyecto debe ser el ser humano, el costarricense, el habitante de nuestra República, y no el mercado y el egoísmo económico. Debe girar en torno a las necesidades del pueblo y no de las ganancias de las transnacionales, de los banqueros, de los grandes exportadores.

Un estilo de desarrrollo que distribuya la riqueza, que garantice trabajo digno y bien remunerado, vivienda decente, un sistema de prestaciones sociales con pensiones decentes, cobertura de desempleo y renta básica de ciudadanía, que proporcione tierra y condiciones de trabajo al campesino, que apoye la economía solidaria sustentanda en las cooperativas, la pequeña y la mediana empresa, las empresas asociativas.

Una economía alternativa debe apoyarse en la planificación democrática, con planes de mediano y largo plazo obligatorios para el sector público e indicativos para el sector privado, los procedimientos de planificación deben ser participativos en todos los niveles, ligándolos a la elaboración participativa de los presupuestos públicos. El fortalecimiento de las empresas estratégicas del Estado, el impulso a empresas de capital mixto, el fomento de la industria nacional, del sector cooperativo, de la pequeña y la mediana empresa, así como el freno a las formas de privatización abiertas o solapadas, deben orientar una nueva economía productiva que tenga como fin la satisfacción de las necesidades básicas del pueblo y la generación de empleos abundantes y dignos. Debe transformarse la banca pública, para crear un banco estatal de fomento con políticas crediticias favorables al desarrollo del sector productivo nacional. El acceso a la tierra y el justo reparto de los recursos agrarios debe conducir a un planteamiento de reforma agraria a la altura de los nuevos retos. Debe apoyarse los sistemas productivos de base comunitaria, frente a la expansión de la agroindustria transnacional, fortalecer las cooperativas agrícolas centradas en la diversificación de la producción para la satisfacción de las necesidades nacionales La seguridad alimentaria requiere una soberanía alimentaria que permita a Costa Rica escoger su modelo agrario, la protección de la agricultura y del mercado nacionales.

c) Un sistema tributario y financiero eficaz, bajo control democrático y solidario, que se apoye en una fiscalidad progresiva porque es justa e indispensable para financiar los bienes y servicios públicos necesarios y un sistema de protección social digno. La política fiscal debe ser instrumento de redistribución del ingreso en favor de los sectores populares y medios y palanca de desarrollo nacional. El impuesto de ventas debe ser diferenciado, suprimiéndolo para productos y necesidades básicos, y aumentándolo para el consumo de lujo. Debe elevarse el impuesto a las utilidades empresariales y a los grandes patrimonios, aumentar las cargas a empresas que explotan recursos naturales, a las pensiones de lujo y a otros privilegios indebidos. Debe perseguirse y penalizarse drásticamente la defraudación. Debe ejercerse una supervisión efectiva de las prácticas bancarias, el control social sobre los movimientos de capital, hay que apoyar la tasa Tobin a las transacciones financieras especulativas, la supresión de los paraísos fiscales y del secreto bancario. Debemos sumarnos a los países pobres que exigen la cancelación de la deuda externa.

d) Una sociedad inclusiva, igualitaria, próspera, culta, sostenible que se apoye en los valores del humanismo, de la ilustración y del socialismo: libertad, igualdad, fraternidad, solidaridad, pluralidad, justicia social, como entramado básico de los derechos sociales, del universalismo humanista, de la concepción ética y cívica de la política.

Debemos luchar por la igualdad entre hombres y mujeres en una sociedad que rechace la dominación de unas personas sobre otras, un nuevo pacto social en el que la relación entre mujeres y hombres esté basada en el compromiso de compartir el poder, el trabajo y las responsabilidades familiares, donde las mujeres tengan derecho a vivir sin violencia de género, ya sea física, sexual, psicológica o patrimonial. Una sociedad libre y tolerante que garantice la igualdad y la libertad de hombres y mujeres para elegir su vida y su forma de convivencia, más allá de cualquier diferencia de creencias, ideas, etnias, orientación sexual, sin más límite que el respeto a los derechos y a la vida de los demás.

Queremos una sociedad que considere el ambiente como uno de los prioritarios y principales bienes colectivos, tanto desde el punto de vista de la sostenibilidad y de la solidaridad entre generaciones, como de la salud y la calidad de vida, del respeto a la naturaleza, el paisaje, la biodiversidad. Es imperativo defender el agua como patrimonio nacional, mejorar los servicios sanitarios básicos, hacer más respirable el aire, multiplicar las áreas verdes, erradicar las industrias peligrosas de zonas habitadas, crear ambientes de trabajo protegidos. Implantar energías renovables y sistemas de producción límpia, extender la agricultura ecológica y cambiar los modelos de consumo típicos de los países ricos. Costa Rica debe integrarse al movimiento mundial que exige el reconocimiento de una deuda ecológica de los ricos con los pobres, por el saqueo histórico de nuestros recursos naturales. Crear un modelo de ecodesarrollo que permita reconstituir la armonía entre producción, naturaleza y estilo de vida constituye una de las señas de identidad fundamentales del proyecto emancipatorio.

El acceso permanente de todas las personas al conocimiento y a una educación de calidad, cuya base sea la enseñanza pública gratuita, participativa y laica, que favorezca la igualdad y la integración social, que difunda valores democráticos, solidarios y ecologistas. Hay que que elevar el financiamiento de la educación pública al 8% del PIB, fortalecer la educación pública universitaria, su calidad y democratización.

Garantizar el derecho a la salud y la seguridad social es un pilar de nuestra sociedad democrática. La Caja Costarricense del Seguro Social debe seguir siendo la columna vertebral de nuestro sistema de salud y seguridad social, por eso es urgente su defensa, para fortalecerla y derrotar a quienes pugnan por su destrucción para convertir la salud en mercancía y negocio.

Los derechos laborales deben ser preservados, perfeccionados y ampliados. Los derechos sindicales y el fortalecimiento de la negociación colectiva son fundamentales para la sobrevivencia de la democracia.

Una sociedad que apoye el núcleo familiar, que fomente el trabajo cívico y las políticas de voluntariado, la solidaridad local y los vínculos comunitarios, la mejora de los barrios degradados, la dotación de recursos urbanos de carácter social, un desarrollo urbano a escala humana y democrática. El acceso a la práctica deportiva de forma generalizada y en condiciones de calidad.

La cultura, el arte, la ciencia son objetivos fundamentales de una política democrática. Debemos apostar sin vacilaciones por la formación y la ilustración de los y las habitantes de la república. Una cultura que estimule la inteligencia, la reflexión, la sensibilidad de las personas, la tolerancia, la convivencia pacífica, que ayude a vivir juntos compartiendo valores, percepciones, formas de expresión y de comunicación. Está suficientemente demostrado que el desarrollo cultural, también desarrollo la autoestima colectiva y es decisivo para la cohesión social, para crear y transmitir los valores de generación en generación, para ayudar a moldear una identidad cívica orientada a asumir compromisos con la comunidad.

e) Un comercio justo y responsable en una nueva integración con América Latina y el mundo. Frente a las presiones imperialistas para firmar a golpe de tambor un tratado de libre comercio de carácter neocolonial y anexionista, Costa Rica debe elevar la voz y la resistencia para defender unas relaciones económicas y comerciales equitativas y justas. De manera inmediata debemos apostar por una comunidad latinoamericana de naciones, que complemente nuestras economías y privilegie la relación comercial equitativa, al tiempo que desarrolle sobre la base de esos mismos principios una política de bloque hacia el resto del mundo. Las experiencias del Mercado Común Centroamericano, del Mercosur, del Caricom, de la Comunidad Andina de Naciones, pueden convertirse en la base de un proceso de integración que debe profundizarse mediante la creación de instituciones políticas y jurídicas que permitan la construcción de políticas públicas democráticas regionales en todos los ámbitos: laboral, educacional, cultural, comunicacional. ambiental, sanitario. Deben complementarse y articularse políticas regionales estructurales para la industria, la producción agropecuaria, el desarrollo energético, la ciencia y la tecnología, la construcción de compatibilidades productivas y macroeconómicas para alcanzar un verdadero desarrollo autónomo para todos los países de Nuestra América. Es necesario construir un bloque de poder latinoamericano con cuatro ejes económicos: 1. Las pequeñas y medianas empresas; 2. Las corporaciones transnacionales latinoamericanas o complejos de investigación-producción-comercialización; 3. Las cooperativas; 4. Las empresas estratégicas del estado. La constitución de un mercado interno regional, con una política proteccionista hacia los principales bloques de poder de la globalización, significaría un desarrollismo democrático y antimperialista, en la medida que podría elevar las condiciones de vida y de trabajo de los pueblos latinoamericanos, y disputar los espacios de generación, apropiación, valorización y expatriación del plusproducto latinoamericano, a las corporaciones transnacionales estadounidenses y europeas.

f) Un país comprometido con el desarme, la gobernabilidad democrática mundial y la paz. Un país pequeño como el nuestro podría estar jugando un papel digno en la arena internacional por una nueva arquitectura mundial que implante la justicia global, la gobernabilidad democrática y la paz. Mientras en el horizonte no aparezca ninguna agencia colectiva en capacidad de medirse con el poder del capital, es urgente impedir la destrucción o la colonización de las Naciones Unidas por el imperio estadounidense y sus aliados, y trabajar por su profunda reforma democrática. El FMI, el BM, la OMC, están al servicio de las fuerzas globalizadoras, deben ser reformadas y reemplazadas. Costa Rica debe apoyar el nacimiento de nuevas instituciones que frenen las ventajas que el comercio y la inversión otorgan a la parte más rica y poderosa del planeta, que abran camino a un pacto de cumplimiento internacional de derechos humanos, económicos, sociales y culturales. Lejos de detenerse el gasto militar mundial sigue creciendo dramáticamente, en 1995 se estimaba en 797.000 millones de dólares, y según la ONU este gasto ha aumentado en los últimos años, nuestro país debe tener una beligerancia para exigir la reducción sostenida del gasto militar para crear un fondo especial de financiación de programas de paz y desarrollo. Oponerse a la guerra , al terrorismo y a la ofensiva militar de los Estados Unidos, debería ser la prioridad de la política internacional de nuestro país, desvelando la conexión entre la globalización capitalista y la dominación militar norteamericana.

UNA NUEVA FORMACION POLITICA

5. Nos dirigimos a los que luchan: sindicalistas, ecologistas, feministas, trabajadores, campesinos, indígenas, jóvenes, intelectuales, comunidades, pequeños y medianos empresarios, mujeres y hombres de nuestra patria que sabemos de la importancia de la protesta, del combate social, de la marcha, de la desobediencia civil, de la propuesta, de la discusión sobre la democracia, la pobreza, el desarrollo, el clasismo, la etnia, la sexualidad, el género, la autoridad, la ecología, la religión, la guerra y la paz Sabemos que la fragmentación es una debilidad y que la diversidad es una riqueza: ¿cómo podemos superar la primera, sin perder la segunda? Creemos que es posible hacer un esfuerzo de integración sin abandonar ideas y convicciones propias, construir una izquierda necesaria que se plantee constituirse como alternativa de lucha, de gobierno y de sociedad. Articular una agenda compartida, construir un marco referencial común, encontrar los puntos de convergencia entre la lucha social y el uso transformador de las instituciones. Trabajar por la construcción de un nuevo partido político en Costa Rica, para la resistencia y la alternativa.

En un momento donde la política aparece más desprestigiada que nunca ante los ojos de la población, cuando la gente se aleja de las urnas de manera creciente en medio de escándalos de corrupción en instituciones estatales y en los mecanismos de financiación de los partidos tradicionales, y de una administración gubernamental que se muestra incapaz de satisfacer las demandas sociales y económicas básicas; parece un contrasentido proponer la creación de una nueva opción política en Costa Rica. Pero no lo es. Quienes suscribimos este documento creemos que existe otra forma de hacer política diferente a la tradicional y desgastada que se ha enquistado en Costa Rica a través de los partidos tradicionales, un pequeño grupo de políticos-empresarios que han saqueado el país, debilitando la institucionalidad y promoviendo la apatía de la ciudadanía, mientras impulsan un modelo económico, social y cultural, subordinado a las necesidades que impone la globalización capitalista de corte neoliberal. La crisis de la política es precisamente una de las consecuencias del "capitalismo salvaje".

Creemos en un renacimiento de la política como búsqueda del bien común, como compromiso supremo de acabar con todas las formas de explotación y dominación, como vía para la participación de la gente en la construcción de su propio destino, como terreno de lucha para la transformación hacia el país que queremos: soberano, justo, igualitario, democrático participativo, con progreso económico, humanista, honesto, pacífico, tolerante y socialista. Estamos convencidos de que el Partido es el instrumento que permite que nos reunamos hombres y mujeres que queremos participar en la acción política para transformar lo existente y proponemos construirlo con las siguientes características:

a) Un Partido para la resistencia y la alternativa. Lo que nos distingue de otras fuerzas políticas tradicionales es la voluntad de promover la resistencia y la alternativa frente a la globalización capitalista neoliberal. Queremos impedir la anexión de nuestro país a la potencia hegemónica global de los Estados Unidos, y erradicar el neoliberalismo que nos ha sumido en la pobreza y la desesperanza. Creemos que la lucha por otra Costa Rica posible implica la refundación de la sociedad y del Estado nacional, que sólo podrá darse mediante un proceso de afirmación y radicalización de la democracia, a través de la crítica y de la reforma profunda del sistema político y del modelo económico, social, cultural y ambiental predominante. Nos identificamos con el "movimiento de movimientos" y con las ideas y los programas de los Foros de Porto Alegre y de Sao Paulo.

b) Un Partido para la articulación de los movimientos sociales en lucha. Frente a la ausencia de una opción política consolidada, alternativa y transformadora, los sectores sociales y políticos críticos han intervenido en la vida nacional en las últimas décadas sobre todo resistiendo las intenciones de privatizar instituciones y acabar con el Estado Social, de destruir la agricultura y la producción nacional, contra la explotación irracional e incontrolada de los recursos naturales, frente a las discriminaciones de género, en la defensa de reivindicaciones en el mundo laboral, en los movimientos altermundistas, en la solidaridad y contra la guerra, en la lucha contra las políticas anexionistas de los Estados Unidos. Se trata de antiguos y nuevos sujetos sociales en lucha con potencial transformador pero que, con escasas excepciones como en la históricas jornadas de lucha que enterraron el Combo ICE, actúan de manera separada. Sólo coyunturalmente se han alcanzado algunos agrupamientos y el avance de propuestas. A veces incluso sus demandas o planteamientos son contradictorios. Para quienes queremos otra Costa Rica posible esta es una razón fundamental para crear una nueva agrupación política: porque a través de la constitución de un Partido es posible colaborar en la superación de la dispersión organizativa, teórica y programática de los sectores sociales y políticos alternativos en lucha. La construcción de este proyecto político unitario la concebimos no a través de una suma de plataformas, sino como un proceso complejo y permanente de articulación de demandas y conflictos sociales, de teorías críticas, de alternativas programáticas, de acciones políticas.

c) Un partido con una estructura orgánica democrática y flexible. Estamos dispuestos a trabajar por esa nueva forma de hacer política y queremos hacerlo en un marco organizativo democrático y flexible. Estamos pensando en un Partido como espacio para los debates más amplios y democráticos posibles, con elección participativa de dirigentes y candidaturas, pero al mismo tiempo con la capacidad de actuar unido con la disciplina necesaria, con una estructura orgánica que permita distintas formas de militancia, con un compromiso ineludible con la ética, con instrumentos para disputar la hegemonía, con formas de financiamiento sanas.

Garantías para el debate democrático. La democracia no es un medio, es un fín. Así como nos sentimos legítimos herederos de la democracia alcanzada por nuestro pueblo a través de su lucha en el siglo pasado, promovemos su profundización hacia formas más avanzadas. Somos portadores de una concepción plural de la fuerzas sociales y políticas críticas de la globalización capitalista neoliberal, de una concepción plural de la alternativa programática y nos proponemos transformar el país en un horizonte político plural. A partir de esta concepción creemos que el Partido que queremos construir debe prefigurar en su estructura y en su práctica cotidiana esa democracia avanzada que promovemos. Consideramos que la estructura del Partido debe ser concebida para facilitar la participación de la gente en la vida política, donde la información pueda circular de manera horizontal, donde el derecho a la opinión libre esté garantizado, donde existan espacios y momentos para la discusión, donde las corrientes de opinión sean admitidas en los debates partidarios y se puedan constituir de manera temporal, donde existan mecanismos para determinadas encuestas, consultas o plebiscitos internos.

Un militante, un voto. Aspiramos a una participación de toda la militancia en la elección de las autoridades internas del Partido, desde el nivel local hasta el nacional. Igual mecanismo creemos es indispensable para la escogencia de las candidaturas a los puestos de elección popular desde el distrito hasta la presidencia de la República, pasando por los cantones y la Asamblea Legislativa. En todos los casos debemos procurar la integración paritaria de hombres y mujeres. Lo anterior es posible a partir de la existencia de un padrón de militantes, de una reglamentación con plazos y requisitos claramente establecidos, de la formación y consolidación de un órgano electoral interno. De igual manera creemos en la rendición de cuentas de las autoridades internas y los cargos públicos, así como en la existencia de mecanismos que permitan a la militancia revocarlos cuando incumplan compromisos políticos, éticos y morales, para ello en el caso de los puestos de elección popular es indispensable la firma de cartas públicas de compromisos de los eventuales candidatos o candidatas.

Unidad en la acción y disciplina. Garantizado el compromiso democrático, también es necesario el momento de las decisiones. Aspiramos al consenso y a un estilo de hacer política que siempre tenga en la mira trabajar para lograrlo mediante el diálogo; pero sabemos que esto no siempre es posible y que en estos casos surgirán las votaciones, con la consiguiente aparición de mayorías y minorías circunstanciales. En estos casos el respeto a la decisión de las mayorías es indispensable para garantizar la unidad en la acción del Partido. Una vez tomada una decisión el deber de toda la militancia es respaldarla, eso es lo que hace posible una conducción política unitaria y colectiva. La transgresión a este principio organizativo es una falta disciplinaria que necesariamente deberá ser sancionada.

Los órganos partidarios. Esta nueva forma de hacer política que propugnamos no puede ser impulsada sólo a través de la estructura que impone el Código Electoral uniformando a los partidos políticos en Costa Rica. Lamentablemente la legislación vigente promueve estructuras verticales donde a menudo las decisiones democráticas de las bases de un partido pueden ser desconocidas, donde se admite casi sólo la organización en el nivel territorial impidiendo la integración plena de los sectores sociales, y donde las nuevas formas de organización necesarias para garantizar la participación de la gente en la concepción y la acción política encuentran dificultad para existir. Pensamos en una estructura orgánica democrática y flexible, en formas de organización donde la gente se sienta bien, donde no exista manipulación o control burocrático de ninguna cúpula, donde puedan coexistir distintas formas de militancia tanto en el territorio como en lugares de trabajo o estudio, o según el interés específico de las personas vinculadas a los movimientos sociales; y también que esté en capacidad de valorar e integrar el trabajo voluntario, el aporte especializado o la colaboración ocasional. Aspiramos a la constitución de organismos de base como motor de nuestra acción política, donde la militancia pueda participar de manera permanente, donde se pueda aprender a conocer la realidad nacional y local, donde se contribuya a la elaboración de la línea política y los programas de lucha del Partido. Consideramos que los distintos núcleos dirigentes deben ser escogidos a partir de valores esenciales como la honestidad, la capacidad, la trayectoria, la imagen ante la sociedad, el compromiso con el trabajo y con las mayorías populares.

La cuestión ética. Queremos construir un Partido consecuente en la lucha y en la ética. Rechazamos el oportunismo, el burocratismo, los resabios corporativos, el clientelismo, los grupos de interés, el predominio de los personalismos sobre las decisiones colectivas, así como cualquier forma de corrupción y antidemocracia. Deseamos un perfil ético diferente, donde nuestras prácticas políticas encarnen los valores que defendemos, donde haya coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Los medios de comunicación y formación política. La batalla cultural es la más importante para la transformación social, no aspiramos a construir un andamio electoral para simplemente llegar al poder de gobierno, queremos ganar las mentes y los corazones de la gente y su participación activa en un proceso de liberación de la dominación que imponen los sistemas de explotación de la fuerza de trabajo, de la mujer o del ambiente. Hemos dicho que la fuerza política necesaria que queremos construir tiene el reto de vivir, luchar y crecer desde el compromiso de género que combata toda forma de subordinación y violencia que este régimen patriarcal practica contra las mujeres; desde el compromiso social que acabe con las diversas formas de explotación que sufre la clase trabajadora; desde el compromiso ambiental que instaure unas nuevas relaciones del ser humano con la naturaleza. Para lograrlo es vital que exista un sistema de comunicación y formación del Partido capaz de contribuir en la lucha por una hegemonía alternativa al actual sistema de dominación, que incluya en lo inmediato al menos un órgano periódico impreso y la utilización de las posibilidades que ofrece el Internet (grupos de correos, página web) y, posteriormente, la irrupción en otros medios de difusión masiva como la radio y la televisión; así como la constitución de un Instituto de Formación Política y las instancias que permitan de manera permanente el análisis crítico de la realidad y la construcción de las alternativas programáticas.

La financiación del Partido. La financiación de la actividad partidaria creemos que es responsabilidad de toda la militancia, que deberá aportar en la medida de sus posibilidades y contribuir a allegar los recursos necesarios para la actividad política. En el caso de las campañas electorales propugnamos por un financiamiento equitativo por la vía estatal, y rechazamos la intromisión de capitales privados nacionales y extranjeros en la vida política nacional, con mucha mayor razón de aquellos de aquellas contribuciones de dudosa procedencia que han utilizado hasta ahora los partidos políticos tradicionales.

d) Participación electoral y política de alianzas. Creemos en la vía democrática como estrategia para la acumulación de fuerzas, en términos electorales (para acceder a puestos de gobierno local o nacional), y para propiciar un cambio en la conciencia de la gente y en su participación en los procesos socio-políticos. Tenemos la intención de convertirnos en una fuerza política con voluntad de transformación, pero sabemos que existen otros esfuerzos alternativos en el campo político, social, cultural, académico, de comunicación. Queremos expresar nuestra voluntad de caminar juntos, de acompañar los movimientos sociales y alentar la movilización social, de articular esfuerzos en el terreno de la acción política y de la participación electoral. Estamos convencidos de que en ese transitar es posible construir en Costa Rica una nueva mayoría política que desaloje a los neoliberales del poder por la vía democrática.

Comité Preparatorio hacia el acto de lanzamiento por la construcción de un nuevo movimiento político:


Álvaro Rojas Valverde, 371-6278, clau28@racsa.co.cr
Carlos Sánchez Quesada, 234-8730, casanq@hotmail.com
César Augusto Parral, aguerrer@cariari.ucr.ac.cr
Fabio Chaves Castro, 815-8287
Freddy Solórzano Jiménez, 442-7301, 257-8233
Gabriel Rivas Ducca, 252-1063, casogari@racsa.co.cr
Jesús Campos Méndez, 372-1259, jesuscamposmendez@yahoo.es
Jorge Gamboa Quirós, 276-6057, 821-6377
José Merino del Río, 386-1835, josemerino@racsa.co.cr
Juan Reverter Murillo, 232-4250, reverter_tico@yahoo.com
Leonardo Umaña Vargas, 842-3516, leonardo_u_v@yahoo.es
Patricia Mora Castellanos, 253-2628
Ricardo Araya Montero, 814-5459, ricardo_araya_m@costarricense.cr
Roberto Alfaro Zumbado, 272-0443, nuevaizquierda@hotmail.com
Rocío Alfaro Molina, 272-5307, rojitica@hotmail.com
Rodolfo Ulloa Bonilla, 362-7608, wrulloa@racsa.co.cr

 

 

 

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