El 11 de noviembre de 1887 se ejecutó la sentencia de muerte contra los combatientes por los derechos de la clase trabajadora y cuya gesta dio origen a las celebraciones del primero de mayo. Esta celebración se edificó sobre el sacrificio y el dolor de los combatientes por las más puras reivindicaciones de los trabajadores. Siguiendo su ejemplo decimos que no es la hora del llanto, es la hora de la organización y la lucha. Es la hora del optimismo y la esperanza. Mientras el verdugo le cubría la cabeza, minutos antes de ahorcarlo, Spies dijo estas palabras: "tiempo llegará en que nuestro silencio será más poderoso que la voces que vosotros estranguláis". Este es la expresión del espíritu de un auténtico revolucionario que no admite jamás que la adversidad lo derrote. Los verdaderos revolucionarios encuentran siempre un camino para seguir luchando y cuando la muerte es inevitable heredan la fuerza de su ejemplo.
Así los mártires de Chicago nos han heredado la fuerza de su ejemplar valentía, inspirada en la lucha por la justicia.
Precisamente este primero de mayo, como todos, ha de servir para la reflexión, para la renovación de un irrenunciable compromiso con la justicia. No es fecha para festines electoreros y mucho menos para ponerle alas al oportunismo que es proletario de palabra y burgués en los hechos.
Nos parece muy bien que el acto del primero de mayo se convierta en una jornada contra el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Este es un tratado para la destrucción de la patria. Unos pocos están soñando con grandes negocios, pero de verdad son muy pocos, unos cuantos oligarcas a quienes le interesan únicamente sus cuentas corrientes y jamás los intereses de la nación. Pero el resto de la población, los obreros, los campesinos, los estudiantes, los empresarios no oligarcas, sufrirán terribles consecuencias de empobrecimiento y ruina. ¿No ha sido acaso ese el destino de todas las colonias y no es acaso el TLC un proyecto absolutamente colonialista?
La actividad económica, el sistema jurídico, la actividad legislativa y de gobierno quedarán sometidas a las normas del TLC, si que este llegara a ser aprobado.
Pero además es necesario preguntarse: ¿Con quién se está negociando el TLC? Todo el mundo sabe que con los Estados Unidos, pero no todos tienen conciencia de que el Gobierno yanqui hace la voluntad de las transnacionales y que en esa razón que convierten los conflictos económicos en diplomáticos y éstos en acciones militares. Los yanquis se han negado a ratificar la mayoría de los convenios internacionales sobre derechos humanos, se oponen a la jurisdicción penal internacional, que se niegan a firmar el convenio de Kioto, mantienen campos de concentración en Guantánamo y en IRAK y han pisoteado, cada con más frecuencia, las normas de derecho internacional y a la Organización de las Naciones Unidas.
El pueblo Iraki nos está dando un ejemplo de valentía y de patriotismo. Nuestra solidaridad a los que combaten por la independencia nacional y en defensa de derecho a la autodeterminación. Si el heroísmo de los irakies convierte a esa tierra milenaria en un nuevo Vietnam, debemos contribuir con nuestra solidaridad a la derrota de los imperialistas.
En Haití ha sido ultrajada la democracia de la manera más brutal. La invasión y el secuestro de Aristide son hechos suficiente para que nunca más los yanquis puedan impunemente articular siquiera la palabra democracia.
En esta fecha renovamos nuestra solidaridad con la Cuba Revolucionaria, con su pueblo y con sus héroes. Nos sumamos al clamor universal que pide la libertad de los cinco luchadores injustamente presos en las cárceles yanquis.
Nos solidarizamos con la Revolución Bolivariana de Venezuela, encabezada por el Presidente Hugo Chaves. Los imperialistas quieren votarlo porque es un auténtico representante de los pobres y es un auténtico patriota.
El Gobierno de Bush es un "amigo" peligroso porque no es leal con nadie. Ya lo dijo el General McNamara: Los Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses". Más claro no canta un gallo.
El TLC exige en relación con el ICE y con el INS compromisos que el pueblo de Costa Rica repudia. El TLC traerá más pobreza, más explotación y aumentará el número de marginados.
Este primero de mayo debemos celebrar el naufragio del proyecto imperialista de establecer una escuela de policía (escuela de asesinos) que pretendían establecer un nuestro país. Es una gran victoria de un grupo de trabajadores y estudiantes que se mantuvieron sin descanso en la lucha contra este nefasto proyecto.
Pero además no debemos olvidar que los trabajadores costarricenses están pasando uno los peores momentos desde que se promulgaron las garantías sociales y el Código de Trabajo y se establecieron los seguros sociales, que, dígase lo que se diga, desde el punto de vista político fueron resultado de la lucha de los trabajadores dirigidos por el Partido Vanguardia Populares y por la Confederación de Trabajadores de Costa Rica.
En este país no hay libertad sindical. Todas las normas constitucionales y legales que garantizan estos derecho están en la practica derogadas por la represión patronal y la complicidad del Ministerio de Trabajo. El derecho de concertación de convenciones colectivas de trabajo quedaron reducidas a cero. Estas violaciones tienen relación con todos los otros derechos de los trabajadores.
El proceso de empobrecimiento se refleja en el crecimiento de los tugurios, en la reaparición de enfermedades que habían desaparecido, en los grandes problemas de desocupación, en la mal llamada deserción escolar y en muchas lacras sociales. El eje de este brutal proceso es el acelerado crecimiento del costo de la vida y la correspondiente disminución de los salarios reales. Es necesario unir a todo el pueblo en un frente contra la pobreza, por el aumento de salarios y el control de precios.
El gobierno enfrenta estos problemas reforzando las fuerzas represivas. No podía esperarse nada distinto de un gobierno que nació financiado por las oligarquía y, seguramente, por el gansterismo internacional. Esta política debe ser combatida con una lucha permanente de los trabajadores por la justicia social.
El gobierno dice hipócritamente que su principal objetivo es luchar contra la pobreza, cuando en realidad lucha contra los pobres para aumentar las ganancias de los grandes ricos que, dicho sea de paso, nunca estuvieron mejor que ahora. Un componente importante de este proceso de enriquecimiento es la corrupción administrativa que, desde hace muchos años, se convirtió en una de las principales fuentes de acumulación capitalista.
Nuevamente están aflorando los problemas de los campesinos sin tierra, buen ejemplo de lo cual es el problema de Bambuzal. Cientos de familias están luchando por una parcela. Es asunto es parcela o muerte, puesto que sin un pedazo de tierra quedarán en absoluto desamparo. Por eso esa lucha es de interés de todos los costarricenses y todos tenemos el deber de la solidaridad con nuestros compatriotas, en tanto el Ministro de Seguridad Pública está afiliado con la transnacional Standard Fruit Company.
Otros cientos de campesinos están siendo sometidos a juicios por sus deudas impagadas y amenazados con la pérdida de sus fincas. Son muy pocos los cultivos rentables, ya ni el café les permite llenar sus necesidades elementales. Estos son la víctima principal del neoliberalismo y de gobiernos insensibles y entregados, de pies y manos, al mundo de los grandes capitalista, incluyendo, por supuesto, los monopolios extranjeros.
Los campesinos necesitan solidaridad y dárselas es cumplir un deber patriótico.
La nueva generación está siendo diezmada por la falta de oportunidades, por la desocupación y la desidia gubernamental. Ninguna sociedad podrá desarrollarse sin un proyecto de formación laboral, moral y espiritual de la juventud. Este es un problema clave para los costarricenses. El Estado tiene que volcar sus recursos para ayudar a la juventud. Esta tiene que ser un propósito de todos que debe renovarse este primero de mayo. Es claro que este deberá ser un Estado de nuevo tipo y no manejado por los grandes ricos.
Águila o zoncho, Oscar Arias está al frente de una ofensiva derechista, cuyo principal objetivo serán la aprobación del TLC, del "paquete fiscal" y la implantación de la llamada flexibilidad laboral. Un claro proyecto contra los intereses de los trabajadores y antipatriótico. Hay que detener estos proyectos con la unidad popular.
¡Nuestro saludo a todos los trabajadores del mundo!
¡Todo el pueblo contra la derecha!.
¡Viva la solidaridad internacional de los trabajadores!
¡Viva el primero de mayo!
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