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Aproximación Teórica para el Debate: La cultura mediada y la Identidad Nacional.

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Costa Rica

 

Aproximación Teórica para el Debate:

La cultura mediada y la Identidad Nacional.

 

 

Lic. Alfonso Pardo M.

Lic. Trino Barrantes A.

 

San Carlos – San Ramón.

Alajuela. Costa Rica.

 

2004

 

INTRODUCCIÓN

 

Los conceptos son como los metales: entre más expuestos estén más asequibles y, consecuentemente mayor utilización poseen. Eso ha pasado con muchos de los términos, nociones y categorías que las ciencias sociales han incorporado en su discurso y en un marco teórico. El uso “indiscriminado” de una categoría crea un nuevo estadío en el lenguaje actual. Este ha sido en parte, el camino recorrido por le concepto cultura. No obstante lo anterior, antes de debilitarse lo hace más sugerente y dinámico.

 

Sin pensar, por el momento, en una profundización teórica de la cultura, aportamos algunas aproximaciones a fin de construir el debate.

 

En una coyuntura que nos exige, cada vez más, un gran compromiso con el pueblo y ante la necesidad urgente de llenar el vació de conducción revolucionaria en todos los campos, enfrentar de manera correcta los retos que se plantean en el campo de la cultura, el arte y la comunicación popular, se vuelve imprescindible. La historia nos demuestra que la identidad cultural y la memoria colectiva del pueblo deben insertarse orgánicamente dentro del proceso revolucionario y viceversa. Sería imposible concebir al proceso revolucionario apartado de estos elementos.

 

Existen más de 250 definiciones sobre cultura. Los antropólogos Krüeber y Kluckhohn inicialmente habían recogido 150 y sobre estos agruparon la cultura de acuerdo a la siguiente tipología: (Chang y González, 1981:32).

a)                Descriptiva, que describen la esfera de la cultura poniendo en evidencia los elementos que conforman esta zona del existir humano;

b)                Históricas, que toman en cuenta la evolución histórica de los sistemas culturales.

c)                 Normativas, en las que la cultura es reducida a un sistema de normas y símbolos.

d)                Psicológicas, que conciben la cultura como una estructura de la psiquis humana.

e)                Estructura y genéticas, caracterizado por le hecho que identifican a la cultura con lo social, con la totalidad de los fenómenos que diferencias las la sociedad de naturaleza (Cuevas, 1984;16).

 

 

I.   El carácter de la cultura y la identidad nacional.

 

La cultura es un hecho de significación histórica en forma objetiva. Sin embargo en la aceptación vulgar lo cultural se considera como producto de excepción. O sea una producción social e histórica heredada. Es decir las manifestaciones más elevadas del arte, la filosofía, la literatura. También  la cultura es pensada como “un conjunto más indefinido de prácticas, pautas, o actividades, como el refinamiento en las maneras y hábitos de la vida frecuentemente inspirados en las que las clases dominantes (Najenson, 1982:58)”. En esta concepción el resultado de la dinámica interna de la cultura, o de una cultura en particular, será un pasaje de lo tradicional a la modernidad, y no su propia objetividad como tal.

Tres son, pues, los momentos de objetivación de la cultura. El primero se logra por medio de los aparatos, la micro institucionalidad y las mismas formas de socialibidad. El segundo modo de objetivación se lleva a cabo a través del "ethos cultural", Gracias a él, la internalización de la cultura se define así misma por el principio de percepción y disposición permanente del entorno cultural tal y como aparece en la realidad, estarnos aquí frente a la pauta cultural o modelo de objetivación. El tercer momento de objetivación nos lo da la "practica cultural".

  La cultura como sinónimo de abstracción del comportamiento, vendría a tener un equivalente de esencia humana. Por tanto, la generalización de una cultura está legitimada por el papel de sus miembros quienes asumen sus principios de universa­lización y objetivación del modelo cultural en si. No obstante, .la singularidad fenoménica de la cultura (cuya forma singular constituye el sistema, cultural) está inseparablemente ligado con la totalidad social y económica en donde se origina. (Bates,1978:41)

Teniendo prefijados los elementos que dan objetivación a la cultura señalemos lo siguiente. Todo concepto significa abstraer, pero el abstraer empobrece al concepto mismo, independientemente que el acceso a una categoría consciente tiene como punto obligado  dicha abstracción.

La cultura hegemónica, conjuntamente con la denominación económica instaura la dominación simbólica, es aquí, precisamente, en este campo donde la cultura popular tiene mayores dificultades para romper los “esquemas / símbolos con que la cultura burguesa ha prefijado los patrones de su cultura, que no de la cultura nacional.

 De lo anterior    nos es obligado entonces señalar que, si el origen de la cultura en la relación activa del hombre con la na­turaleza en el carácter práctico transformador del sujeto, en virtud de lo cual no simplemente no subsiste, si no que se humaniza y humaniza al mundo que se transforma mediante el trabajo. Esta "perspectiva hace la ruptura con la concepción elitista de la cultura”  (Rodríguez, 1988:7). La cultura como hecho significativo existe sólo en forma objetiva» En otras palabras, toda legitima­ción de la cultura tiene que reconocer como suyo su propio ethos cultural, la creatividad humana.

 

 

II.  “Construcción de la cultura en el proceso colonial”:

A propósito del valle central.

 

Para poder hablar de la formación de la cultura en el proceso colonial debemos partir por definir el concepto de cultura y para nosotros el concepto de cultura en este contexto se define como: 

“Pequeños rasgos de la vida cotidiana que se transforman a través del tiempo en característica que identifican la población de un determinado lugar o territorio. Además estas características son interiorizadas por la población y transmitidas de generación en generación” (Moya, 1992:12).

 

A partir de este concepto se puede decir que la formación de la cultura de América central se forma a través de la implantación de los principales aspectos de la cultura Española, ya que cuando inicia la conquista de América se instauran en ella las estructuras básicas de denominación; como por ejemplo: La estructura administrativa, religiosa y hasta la conformación de las ciudades es llevada a cabo con parámetros Españoles. Todo esto se logra eliminado casi por completo las estructuras sociales de los indígenas para imponer la cultura dominante. en  lo religioso lo que se logra es una fusión  entre lo español (cristiano), lo cosmológico  y las costumbres indígenas, función que aun se mantiene en la actualidad en algunos lugares como Guatemala, como para citar un país, donde no se sabe donde inicia uno y termina otro, de este sencrestismo religioso

A todo esto se resume que la cultura de América tiene base la estructuración española pero esta configuración se debe tener claro que es el resultado de la unión de lo autóctono, lo español y de la influencia de algunas otras partes de Europa.

 

2.1.           Destrucción de lo autónomo e implantación de lo Español.

 

Cuando llegan los Españoles a América estos inician la destrucción de la identidad indígena y lo llevan a cabo primero con la imposición de la religión esto destruye en gran parte la identidad cultural indígena, pues su base gira al rededor de los aspectos religiosos y los indios al ver caídos a sus dioses tienen un gran golpe, lo que facilita su sometimiento, después de la instauración de la religión católica, se instaura en América las instituciones españolas, como  por ejemplo: la encomienda, el repartimiento, el Consejo de Indias, la Casa de Contratación, y las audiencias. todas estas instituciones junto con la iglesia supervisan el accionar social de los individuos ya sean indios o españoles. Después se da la configuración de las ciudades, que se desarrollan con parámetros Europeos y la organización del espacio interno de los hogares que también responden al pensamiento español; este punto es muy importante pues la mayoría de las actividades cotidianas se dan alrededor de estos espacios.

Estos aspectos de la formación de la vida social en la colonia, unidos a otros aspectos como costumbres, la forma de llevar a cabo los funerales, las fechas festivas y formas de comportamiento, van formando la base de nuestra cultura. Cultura mediada y bajo los elementos simbólicos de la clase dominante

 

 

2.2.  Decadencia del poderío español e influencia de otras zonas Europeas en la formación de la cultura.

 

A causa de conflictos internos y externos España se ve imposibilitada para satisfacer las necesidad comerciales en América, por esto el poder monopólico de este país sobre las actividades económicas disminuye considerablemente, dándole oportunidad a Inglaterra y Holanda de introducirse en las actividades del nuevo mundo y por ende, estas nuevas potencias al  entrar en contacto con la colonias, ejercer influencias muy marcadas  sobre estos territorios, ampliando los aspecto culturales del dominador sobre el dominado .

 

2.3.            Interiorización de los aspectos característicos de la vida social y adquisición de la cultura.

 

Después de que se forman las características, que empezaron a diferenciar las diversas poblaciones, estas se interiorizan en los individuos y son transmitidos de generación en generación como fenómeno cultural o simplemente como cultura.

 

 

2.4.           Papel del comercio en la configuración colonial.

 

El comercio siempre se ha fortalecido desde su aparición, con la formación de los  centros urbanos y como resultado  de las fluctuaciones comerciales. En  el caso de América, después de la conquista, España ejerce un control total sobre las actividades comerciales en el Nuevo Mundo y se forman pueblos o colonias en lugares donde facilitan la extracción de mercancías. La primera actividad económica que se desarrolla en el comercio de tributo, en el cual se llega a producir un excedente, permite un punto de partida al desarrollo comercial, inicialmente en manos de España. Control que pierde este país en América, al no poder satisfacer las necesidades comerciales en el Nuevo Mundo se rompe la fidelidad Española y se inicia el comercio de contrabando con Inglaterra y Holanda. En el caso efectivo de Costa Rica al igual que en el resto de Centro América, la primera actividad económica fue el comercio de tributo (con la encomienda) y es evidente que dada la variedad y cantidad de tributos apropiados  por el encomendero, la satisfacción a èl a su familia, se da por encima  de sus necesidades básicas, quedando un importante remanente. Este excedente de productos nativos, dio origen a la primera actividad económica de la Provincia. Los encomenderos del Valle Central movilizaron los productos del tributo hacia la jurisdicción de Esparza, donde se establecieron durante el siglo XVII los astilleros  denominados “La Barranca” y “Juan Solano” que construyeron valiosos centros económicos. (Quirós, 1987:214-215).

Luego de la ruptura con España inicia el contrabando de Inglaterra y Holanda. Para el desarrollo del contrabando fue muy importante la participación de los Curas, pues ellos facilitaban el paso de los productos por las aduanas principalmente el cacao y las mulas. En el trayecto que realizaban las mulas a lo largo del país en los sitios donde descansaban continuamente se empezaron a formar localidades, también las haciendas cacaoteras o las haciendas ganaderas fortalecen la aparición de centros de población, ya que por ejemplo, las haciendas ganaderas se desarrollan más que todo en Guanacaste y al establecerse, las personas se trasladan en busca de trabajo; la permanencia de estos colectivos humanos inciden en la formación de los servicios necesarios para mejorar la existencia de las personas aunque muchas veces estos eran dominados por los dueños de las haciendas, y lo mismo ocurre con las haciendas de cacao. Obviamente, el comercio fortalece la aparición de centros de población, pues en estos lugares o puntos comerciales se desarrollan mejores condiciones de vida. Sin embargo la diferencia entre la hacienda ganadera Guanacasteca y la cacaotera de la zona atlántica es que en esta ultima los dueños de las hacienda no habitaban la región (vivan en San José)

 

III. Cultura Nacional

 

La cultura nacional establecida como tal, es aquella  en la que un pueblo puede basarse para identificarse tomando en cuenta el contenido de forma de cultura popular, de identificación plena en la comitiva de establecimiento en tanto  cultura nacional. Las culturas (Nacional popular) son síntesis materiales y espirituales difundidas y consolidadas, son  además un hecho de ideología y ante todo clasista, donde se divide el todo por el todo y la clase dominante utiliza esta ideología para aprovecharse de la clase subalterna. Así lo señala Nils Castro en su libro Cultura Nacional y Liberación;

"La cultura es ante todo cultura de clase.

Bajo el régimen de explotación de hombre

por el hombre;  en cada país la cultura actúa

en función ideológica." (Castro, 1979:65)

 

Además nos hace énfasis en que las clases dominadoras utilizan esta ideología para llenar sus necesidades cuando  dependen de la clase dominada. El autor Castro nos dice nuevamente

"La    cultura   de    los    explotados superestructurados

sobre   su    poder material es elegida como cultura por

excelencia a  impuesta como paradigma a los explotados”. (Castro, 1979:65)

 

No cabe otra cosa más que decir sobre las cualidades y la distinción entre lo que es una cultura nacional en general o una cultura nacional popular, que aunque pareciera lo misma comprobaremos que no lo es, porque se dará en dos grupos sociales que marcaran una diferencia y la analizan.

Así pues, la cultura nacional es aquella que se impone ante la cultura subalterna. Queremos ante todo, señalar que toda cultura popular es nacional, pero no  toda cultura nacional es popular. Nos atrevemos  a designar esto como tal,  porque si vemos que la cultura  que domina es quien impone también dispone, así, su dominación no puede  ser dominada, creará para esto la defensa suficiente que  le lleven a mantenerse como  superior, para  subsistir como elite, que de por si es su principio para favorecerse, a su forma y formación de clase. Ellos toman una resistencia creada  principalmente  por su desarrollo  el que le  va  a servir  como guía para me jurar y controlar todo aquello  que se anteponga.

Vemos  además  como la  ideología  de esta  élite es dominante,  pues ante todo,  ella es el cerebro de un cuerpo (sociedad) al que se le mandan las ideas imponentes. También es participativa, pues las vías de comunicación son testigos de  su  expansión  ya  que estas  serán  las  encargadas  de repartir  por  doquier su  ideología,  que de por  si  son dominadas por esta clase que es imponente.

La  cultura nacional no popular vista  como  dominadora aprovecha  su  complejidad para dominar,  porque  aunque  no exista  una  cultura,  superior u otra,  si.  existe  una  más compleja  que  va a querer ser absolutista ,  sobre  todo  en ciertos campos , y que va a imponerse sobre aquella a la que ha logrado someter.

Como señalaremos anteriormente, la cultura al ser ideológica en tanto conciencia clasista, es también internacionalista, sabedora de sus fines y de si misma como conciencia de las necesidades, intereses y propósitos propios, los cuales aprovechan al máximo para mantener su estructura fortalecida y enraizada en la cultura popular y en la eventual afirmación y construcción de socialismo.

Sin embargo, hemos hablado de dominantes y dominados, hablemos de explotadores y explotados ahora. Existe, por así  decirlo, una especie de gobernanza y de dominancia,  en todo sentido de la palabra.

Lo hace en lo económico, social, político y en la representación simbólica. Así pues, como en forma matemática, serán explotados de una clase de que por si domina y también explota; debido a que como hablamos de ideología, esta es impuesta por su dominadora y ahora explotadora. De tal suerte que, mientras haya explotadores y explotados, tendremos también dos naciones; consecuentemente habla dos culturas con sus representaciones simbólicas inherentes.

Se entiende esto como dos culturas, pues siempre aparecerá una hegemónica y otra cultura subalterna que será la primera y segunda respectivamente de acuerdo a su dominio y clasificación social.

Aunque la clase hegemónica quiere tener sólo sometida a la cultura nacional popular, esta es  también contestataria, pues por ser sometida no puede dejar ser estrictamente oprimida y es aquí donde podemos decir y entender el por que toda cultura popular es nacional pero no toda cultura nacional es popular. Nuevamente con Castro señalamos:

 

“En toda cultura nacional hay cuanto menos dos culturas, el sistema

dominante de la cultura de la clase que detenta medios de producción y

de estado y los elementos culturales propios generados por la experiencia

de la clase explotada”.(Castro,1979:47)

 

Podríamos  referirnos  a la cultura nacional  en  otras formas como aquellas que expresan la experiencia histórica y particular  de un pueblo y representa sus resultantes en  su fisonomía  social  peculiar.  La cultura es algo  que  tiene forma y sentido colectivo, no es abstracto sino que ahora  la vemos  concreta con determinaciones y cualidades sociales  y regionales,  vista  así tendríamos una cultura nacional como marco organizador.

 

 

3.1. Cultura y Culturas.

 

La lógica, de toda definición es precisar los rasgos esenciales que convienen a un concepto a fin de universalizarlo y contemporanizarlo para cualquier época. Es decir, el concepto una vez definido adquiere por si misino permanencia histórica. Pero justo aquí radica el riesgo de definir cultura, porque el proceso de cambio que experimenta constantemente la sociedad obliga  a  que  el  vocabulario ­ se  transforme,  se  adecué  y sea reinterpretado.

La cultura es conocimiento y el conocimiento es resultado de la acumulación de hechos comprobados y validos en el contexto social que los delimita. La cultura es así el conjunto de creaciones del hombre socialmente totalmente transmitidas, no imparta la extensión del grupo social en la cual se dan. Por eso el conjunto de los valores, comportamientos e instituciones de un grupo humano que es aprendido, compartido y transmitido socialmente nos da un contexto preciso de lo que es cultura. En otras palabras, la cultura abarca todas las creaciones de todas la creencias del hombre, su cosmogonía, los modos de pensamiento, la imagen del hombre, los sistemas de valores, sus símbolos y mitos; pero también el conjunto de

obras materiales, su regla jurídicas y la normativa moral (Perrot y Preiswerk, 1979-:39).

El acercamiento de una concepción cultural derivado de una clase social, exige el reconocimiento de su propio ethos cultural, de sus condiciones de exigencia que le permiten su nivel de objetivación. La estructura del proceso cultural en tanto practica social recorre las relaciones y mediaciones entre la base de la producción material, el ser social y su conciencia de clase. La cultura no es atributo del ocio, ni un privilegio de la riqueza, sino una forma concreta que asume el trabajo históricamente. En un sentido amplio, la CULTURA es la producción social del hombre mismo.

 

IV. Cultura subalterna y Cultura popular.

 

La cultura subalterna tiene una doble dimensión: oculta y alternativa. Oculta en tanto espacio cotidiano de resistencia y, precisamente por este contenido deviene su segunda dimensión, su contenido de alteridad, ya que es contestaría a la cultura hegemónica y dominante.

La cultura subalterna asume históricamente su carácter contestaría porque se opone al proyecto oficial; antepone la resistencia a la asimilación, tiene, asimismo su propio ámbito de asignación (ethos cultura), un cierto contenido clasista que adhiere la verdadera tradición del pueblo, la objetiviza y la revalora como tal.

Lo subalterno no es una subcultura, esta última es una “oscilación de perfiles de pertenencia” un tránsito en la autodefinición y exaltación de los valores de la cultura burguesa.

La cultura subalterna  aunque se manifiesta se manifiesta de manera dispersa, poco coherente  y organizada tiene el gran merito que es adherida por sus propios actores sociales. En una serie de determinaciones culturales encontramos las manifestaciones de esta cultura: el barrio, en la taberna, en el estadio, pero también en otros aspectos aun más pragmáticos, como por ejemplo la forma de vestir, danzar, rezar y tejer. Por en cima de un cierto contenido enajenate que le es propia a su cultura, en tanto que reproduce una serie de contra valores, la alteridad le es consustancial.

Por otra parte lo oculto es cultura  porque parte del reconocimiento de una serie de valoraciones y objetivaciones  que se ponen por encima de la ideología dominante. La cultura oculta es sustancia del fenómeno social mismo. Su contenido histórico dependerá, entonces, de las propias asimétricas que son resultado concreto de las múltiples contradicciones producto de una sociedad clasista. Contradicciones expresadas entre el campo y la ciudad, analfabetismo / alfabetismo, amen de los sincretismos que le son propios y funcionales dentro de la formación social económica  que los reproduce. Sin embargo, la cultura oculta por si misma no puede transformar la sociedad, ella se introyecta en múltiples formas en la tesitura social, dando lugar a lo que nosotros denominamos la “contradicción de la aventura histórica de la desinstitucionalización”. En este círculo que describe la ocultura oculta, permite reproducir su propio modelo de objetivación. Para la cultura oculta y alternativa el reproducirse es conquistarse así misma, resolver su propio contenido humano, su esencia antropológica. De esta manera la objetivación como responsabilidad histórica del sujeto, permite que la conciencia social de los portadores de ella, vayan definiendo su propia función de transcendentalidad, o sea, se construyen así los andamiajes hacia la superestructura cultural; aun por dispersa que sea la producción de dicha cultura. Su esencia, pues, es lo popular que de ella deriva y a la vez encierra.

 

 

V. Cultura Oculta

 

LA CULTURA OCULTA aunque asimila los códigos formales de la representación jurídica del Estado / Nación y su ordenamiento político, tiene su propio espacio de recreación y objetivación de subida simbologica. El Estado, por medio de los aparatos ideológicos, exalta un cierto tipo de valores que se sustentan en un “status quo”  del cual, por sus propios contenidos antidemocráticos, excluye artificialmente a la gran mayoría.

En otro orden del espacio superstructural podemos ver como la ideología dominante es sustantiva con la ayuda de mitos y estereotipos. Pero la validez del mito en la clase subalterna adhiere un contenido más profundo del que le ofrece el propio mito del Estado. Este último, por su contenido de clase, tiende a descodificarse en una serie de prácticas que son las que dan validez a la cotidianidad en tanto valoración de lo oculto y alternativo.

En el mito subalterno y oculto, para diferenciarlo del mito hegemónico, existen una serie de elementos que adhieren mayor contenido de verdad, aunque siempre tendera a ocultar algunos, de sus aspectos que son los que le permiten su vigencia. En la alteridad de la cultura oculta el mito (Véase anexo: mito e inversión de la realidad) sostiene un contenido agradable y de esperanzas; por eso no se crea artificialmente, pese a que como mito contenga una inversión de lo contingente.

Se ha querido presentar al hecho cultural como síntesis exclusiva de un limitado grupo social de “creadores de cultura”, la cultura como cuestión de elites y minorías “cultas” enfrenta aquí los contenidos contestarios e históricos que reproducen las clases subalternos en términos de resistencia social.

Inexorablemente  hablar de revaloración cultural requiere de una clara distinción de los elementos que conllevar signos de antivalor o alienantes. Nos situamos aquí en la dimensión política de la cultura, entendiendo como  tal, la capacidad decisión  sobre los elementos culturales, y también de un fenómeno cultural e histórico en si. Los elementos culturales, a su vez, son los recursos de una cultura que se necesita poner en juego para formular y realizar un propósito social. (Colombres, 1990:16). En otro orden  la cultura popular distingue a su interior una serie de  elementos que le dan su propio contenido de alteridad y resistencia. Constituida a partir de una serie  de códigos y símbolos de identidad que el pueblo preserva y crea en respuesta a sus propias demandas. (Colombres, 1990:80).

 

VI. Construcciones de la Cultura Oculta e identidades Locales.

 

6.1. La cultura de lo popular oculto.

 

Es muy fácil hablar sobre la cultura de un pueblo. Pensando que un campesino es una persona con "chonete", "cutacha" y ropa muy humilde. Pero detrás de eso hay toda una enciclopedia de hábitos, costumbres diarias y un sin fin de particularidades que caracterizan la identidad de un pueblo.

Es impensable el analizar toda una cultura regional en su totalidad sin convivir cierto período de tiempo entremezclado con ésta. Como explica Aníbal Ford en su artículo "Cultura Popular y (medios de) Comunicación”: 'Poner a la cultura de las clases populares en contacto con los medios de comunicación es relacionarla consigo misma”. Éste, al referirse a los medios de comunicación, nos da a entender toda forma de comunicación, esto con el afán de dar una idea de la complejidad del asunto.

Se ha establecido, a lo largo de diferentes estudios, que países como sedes de industrias transnacionales, influyen de una u otra forma en los individuos colectivos, de una forma que se sienten identificados con su propia identidad cultural y esa influencia externa de fuente bastante diversa.

Llegados a este punto se siente claro que, respecto a la identificación ocurrida en los individuos colectivos esta es una simple base en la formación de su propia identidad cultural. Esto al encontrarse en un medio globalizado, en el cual él lograr esa identidad y sentirse original y propiamente ubicado dentro de su contexto real. Esto conlleva a una búsqueda exhaustiva de esa parte propia del ser que se desencadena en una serie de significados y valores culturales no fáciles de identificar al dar una ojeada superficial a un grupo en específico, y así determinar todos los aspectos de ese grupo colectivo socialmente determinado.

El término de cultura popular es más común al referimos al tema de cultura oculta de un pueblo. Ahora bien, ¿qué es lo que mueve los hilos culturales en la formación de lo popular? "La religiosidad popular juega un rol ideológico de gran importancia"... (González García y Pérez Yglesias, en: Revista de Ciencias Sociales, No 69, 1995. pág. 67). Al haber una herramienta tan poderosa en el teje y maneje de la cultura popular podemos damos cuenta de que el asunto no se queda a la vuelta de la esquina, sino que es generado por un sentimiento de pertenencia que lleva, a la vez, a la religiosidad popular.

Así los actores sociales se interrelacionan dentro de su contexto común y expanden esa forma de identificarse con culturas externas, fenómeno provocado (como ya se mencionó) por la influencia externa e identificación con los países industrializados. (Matul, 1997:101).

Un ejemplo muy claro de eso son las llamadas fiestas “rave”, en donde se consumen drogas sintéticas como el éxtasis, dentro de las más populares, y se baila al ritmo de música electrónica. Esto provoca un conflicto entre lo propio y lo foráneo, aunque sea tomado como propio, y se somete a un proceso de adaptación cultural de acuerdo al contexto social circundante. Esto aunado con la generalización de costumbres populares a través de todo el territorio de un país crea, o se dice, que constituye el concepto de cultura oculta. Aún consabiendo la amplitud y complejidad de este concepto así como el de cultura, propiamente. Es muy difícil señalar y enmarcar la(s) diferencia(s) caracterizantes de este concepto abstracto, pese al esfuerzo teórico en los párrafos  precedentes.

Aún así, se cree de suma importancia el sólo hecho de valorizar este concepto dentro de la complejidad social de una región determinada. Llegando a la conclusión de que existen fenómenos que, por decirlo así, son incomprensibles en lo que a razonamiento y conceptualización se refiere. Este sigue formando y jugando un rol muy importante dentro del ser social y cotidiano común de toda zona geográfica en lo que a formación propia se cada individuo  se refiere.

 

6.2. Cultura Oculta y Ateridad.

 

Por su naturaleza la cultura oculta está estrechamente ligada a la cultura popular, el folclore y lo subalterno. Su forma principal de objetivación es su manifestación oculta en el conjunto del tejido social. Su naturaleza inorgánica le permite tener múltiples espacios para manifestarse. Por eso, frente a la dominación económica, existe la resistencia simbólica y frente a la dominación cultural, están las formas orgánicas de la cultura oculta, en tanto alteridad y vida cotidiana.

Todo concepto significa abstraer –como lo dijimos anteriormente- , porque el acceso a las categorías concientes tiene como punto necesario la abstracción. Es decir, por medio de un discurso dado se puede establecer lo que Sousure domina el “extrañamiento de la real” (Sousure, 1978:24).

Crean que existe una realidad, pero cuando logramos la verificación de la misma nos damos cuenta que es una representación medida de ella.

No existe un dominio exclusivo en los patrones que dan identidad y lugar a la cultura oculta (Engels, 1976:119). En este sentido nos es obligado señalar el origen de la cultura como parte de la relación activa del hombre frente a la naturaleza y también, “En el carácter práctico - transformador del sujeto en virtud de lo cual no

simplemente subsiste, sino que se  humaniza y humaniza al mundo

que se transforma mediante el trabajo. (Rodríguez, 1987:7)”

La diversidad propia de la cultura oculta no resulta solamente “de la facilidad con la que las sociedades elaboran o rechazan posibles aspectos de la existencia” (Benedict, 1967:55); no, la cultura oculta es más compleja, es resultado de los extraños entrelazamientos que se dan en el tejido social de lo subalterno, en las particulares que asume “el modo de vida” de los sectores populares, de sus múltiples causes de vida imperceptible en el complejo circuito de relaciones sociales y del ethos cultural, pero, cuyas profundas raíces y fuertes redes de articulación explican, ya que por si, la perspectiva del colectivo humano que la asume para si.

Generalmente, para las cientistas sociales lo que se percibe de la “Cultura Oculta” se le expresa y presenta como una situación limite; empero, los mecanismos de solidaridad inorgánica son un resultado más profundo, de lo que la mera apariencia deja ver en la superficie.

En la esencia de dichos grados de relación humana, encontramos las formas “precapitalistas” de resistencia y de proyectos de vida alternativos. Por eso frente a una lógica de mercado neoliberal y globalizarte, el conjunto de leyes, normas, valores y símbolos de lo oculto, construyeron las particularidades humanas donde se logra maternizar la resistencia. Hay, pues, zonas en los espacios de lo contribuyente y estructura de la cotidianidad que no se manifiestan, están ocultas, pero actúan a favor del grupo que las asume para si.

La cultura resulta así una dimensión fundamental, construida desde la perspectiva de las diferentes fuerzas sociales y de la forma concreta en que se asume como tales en el contexto social histórico que los origina. Cada cultura es el prototipo de su propia imagen, mientras que, es la dinámica propia de su sociedad quien le otorga la particularidad a la misma (Beals y Hoijer 1978:62) o como la firma Luis Felipe Bate.“La forma cultural del comportamiento humano si bien es inseparable de su contenido, evidencia la enorme flexibilidad adaptativa de la especie”. (Bate,  1978:31)

Socialmente los seres humanos diferentes en su modo de comportarse, otorgan a su acto su especialidad de forma, función y significado. (Zdeneck, 1987).

 

 

6.3. Cultura Popular.

 

Un elemento imprescindible de la cultura popular es lo que nosotros dominamos la “circunstancia histórica diversa”. O sea, la posibilidad de reconocer el predominio de un rasgo concreto y específico en lo popular heredado históricamente como elemento contestario y de identidad. Para darlo con un ejemplo más claro. Pese a la aparente homogeneidad que tienen las mascaradas en el entorno del valle central, en algunas regiones asume lo propiamente autóctono de ellas, mientras que en otros lugares, reconoce valores de la cultura dominante. El área cultural, como identidad especial donde se devuelven diversos factores significativos, compartiendo un cierto rasgo común designa los usos y costumbres populares que identifican al lugar en tanto patrimonio mental colectivo.

La cultura popular es una forma de vida, toda vez que organiza, estructura, condiciona y fortalece el imaginario el cual adquiere el pueblo; inspira la vida personal de los miembros del colectivo social que los asume y ayuda a tejer las rupturas del tejido social en tanto participación activa y creativa de la construcción de la historia local.

Lo popular no debe ser reducido a rareza, a algo pintoresco; sino, más bien, como producción histórica social que se da funcionalidad utilidad, institucionalidad e identidad. Entendiéndose por esta última el proceso mediante el cual la persona se circunscribe al colectivo.

Lo que es integrado en su voluntad, estará sujeto al control inmediato y en consonancia con lo que determina el entorno social donde opera estas acciones.

 

 

6.4. El trabajo cultural y las tendencias culturalistas.

 

Por todo lo anteriormente expuesto, el trabajo cultural ha tenido y sigue teniendo una gran importancia dentro del movimiento popular y revolucionario. Pero se ha llegado, partiendo de distin­tas concepciones -por la misma naturaleza del trabajo cultural- a expresarse en la práctica en formas también distintas.

Una primera tendencia que se podría llamar culturalista plantea qué partiendo casi “exclusivamente de proyectos culturales”, se puede generar "sentido de gru­po" y el "encuentro con las raíces histórico-culturales del pue­blo". Se pretende por medio de un proceso de reflexión crítica incentivar al auto producción de conciencia y de conocimiento que en el terreno puramente ideológi­co o pedagógico pueda llevar al pueblo a ver la necesidad de la lucha por la transformación de la sociedad.

En la práctica esta tendencia se ha expresado en el reformismo de izquierda y el basismo, las cuales sustentan que a partir de la desideologización y concientización (formación y desarrollo de las “ideas clasistas", búsqueda del "eslabón” ideológico-cultural costarricense") El pueblo llegue a actuar consecuentemente en favor de sus intereses, creando así un nuevo sujeto político de la revolución costarricense. Los plan­teamientos culturalistas vistos como una unidad representan un reduccionismo en cuanto a la .forma de concebir el conjunto de tareas del movimiento popular revo­lucionario. Se ha visto que la concientización a partir de un trabajo cultural-ideológico, de por sí mismo no basta para que el pueblo adquiera una conciencia revolucionaria y para que vean la necesidad de las luchas estructurales por la destrucción del régimen burgués, la lucha antiimperialista y la transformación revolucionaria de la sociedad, sino que es en el terreno de la práctica revolucionaria donde el pueblo se hace conciente para poderse transformar asÍ mismo. Este reduccionismo y la visión parcial del culturalismo conduce necesariamente a prácticas basistas acomodando la dinámica de la lucha política a la dinámica de las masas que en su mayoría tienen un gran atraso polí­tico ideológico, y a encajarse dentro de está estrategia reformista que ante la confusión y alineación de las masas plantea como única solución la negociación, la creación de una amplia cobertura para no "aislarse de las masas", el no violentar a estas con un lenguaje y contenidos demasiado "políticos” y etc.

 

 

6.5. ¿Como entonces debemos concebir, al trabajo cultural dentro de los procesos de lucha del pueblo?

 

Si bien el aporte del trabajo cultural al proceso revolucionario a la formación de nuevos sujetos político, así como al corrimiento del velo ideológico de la burguesía, pasa necesariamente para la comunicación popular, la recu­peración histórica cultural, la educación popular y la agitación política reivindicativa solamente una práctica integral (estructural – superestructural) puede permitir que el trabajo cultural se ubique cada día más en forma de lucha revolucionarias que contribuya a la formación de una nueva hegemonía ideológica y política del pueblo.

El trabajo cultural, comunicativo-ideológico-agitativo de por si mismo es limitado políticamente, aunque como hemos visto su importancia radica porque va más allá de su función en un determinado periodo conyuntural y porque actúa en el campo donde se conforma y se desarrolla la conciencia y la voluntalutad popular. Así el trabajo cultural se tiene que articular necesariamente a la par de las luchas estructurales del pueblo, especialmente por estas luchas en su enfrentamiento con la burguesía, sus partidos políticos y su estado contienen un alto grado de agitación política y de valores ideológicos históricos-culturales única forma por las que abrirá paso el desarrollo de una conciencia revolucionaria en nuestro pueblo.

Por otro lado, eso nos plantea la necesidad de desarrollar nuevas formas organizativas, cada vez más centralizadas y menos localistas, que permiten que el trabajo cultural se inserte de forma orgánica dentro del movimiento popular y revolucionario, contribuyendo a que este realmente este identificado con la cultura del pueblo (su forma de ser, su fisonomía particular, ), cosa que permitirá que el pueblo –a su vez-  este totalmente identificado con el proceso revolucionario  según sea el caso.

 

VII. La cultura y la comunicación popular.

 

Los grupos sociales exigen ciertos tipos y nivel de cultura relacionados con los  medios de comunicación del saber, este saber pasa a manos de un pequeño grupo que actúan como agentes transmisores, debido a la especialización y alto costo que implican en la actualidad  tales medios.  Estos agentes:

“actúan como funcionarios y “expertos” de grupos de presión ajenos a las esferas culturales, para canalizarlo y enviarlo al dilatado ámbito de individuos receptores”. (Pascuali, 1972:4I)

Cuando este grupo de transmisores acapara el rol de informadores y el grupo receptor se limita a su rol de informados sin cambiar su rumbo, entonces se genera una disminución de un carácter auto creador de saber por parte de estos últimos, lo que lleva a la creación y fomento de una elite informador y una masa indiferenciada de receptores, es decir la sociedad está en función de un saber, éste a su vez esta en función de sus medios de comunicación, el cual esta tipificando a un grupo social en la medida que este último va a estar determinando a la sociedad.

El vivir representa y es cuestión de comunicación, por ejemplo la niña que sonríe, el alumno que pregunta en clase, todos se comunican, incluso la mayor parte de la población, se puede decir que se ganan la vida comunicándose (maestros, vendedores, psiquiatras) es un acto de trasmitir información a través de lenguaje y otros códigos de interacción humana. Esta forma de comunicación de diferentes maneras,  dada en todo el mundo representa la manera como la gente vive, es decir representa su cultura:

 

“Cuando los elementos de comunicación difieren y cambian, los elementos de la cultura también difieren y cambian. Comunicación y cultura son inseparables. (Smith, 1972:12)”.

 

Hay tres clases de investigadores que han realizado la mayor parte de los estudios empíricos sobre la comunicación humana: matemáticas, psicológicos sociales y antropólogos lingüistas. También la comunicación humana ha sido dividida en 3 partes: sintáctica, semántica y pragmática.

Entre los estudios matemáticos, rige el tema fundamental de la transmisión de los mensajes, de manera exacta o aproximada de un lugar a otro. Él psicólogo social se encarga de los estudios sobre el como realizan las personas su interacción, ya que a través de la comunicación la gente controla de manera recíproca sus comportamientos y se reúne en grupos. También se encarga de la manera en que la interacción social afecta a las personas dentro de su grupo, por ejemplo, como se ve afectada la opinión pública por los medios de interacción masiva, tales como los periódicos, la radio, la televisión, entre otras. Esta psicología esta a su vez muy relacionada con el lenguaje el cual es una de las muchas maneras de comunicación humana. Citando de nuevo a Smith podemos decir lo siguiente:

 

La gente interactúa no solo mediante las palabras sino mediante relaciones

espaciales, como cuando un muchacho sigue a una chica. Interactúa

mediante relaciones temporales, como cuando una chica hace

esperar a un muchacho”.(Smith, 1972:14).

 

El antropólogo lingüística, que es el tercer tipo de investigador relacionado con el estudio de la comunicación humana, se encarga del estudio de la comunicación o de lenguas extranjeras, tomando como base que cada lengua es un código de interacción humana, los cuales pueden ser verbales en los que intervienen las palabras y frases;  y otras son vocales pero no verbales, en los cuales lo que interviene es el tono de voz. Otros no son ni vocales, sino que lo que intervienen en ellas son los gestos y otras acciones y conductas.

En relación a estos tres tipos de intervención se puede demostrar como de un solo modo de comportamiento se permite obtener pruebas generalizadoras.

De acuerdo a las tres divisiones que se le había hecho a la comunicación, anteriormente, se debe  recalcar que es necesario mencionarlas, debido a que son esenciales en los actos de comunicación de los individuos.

En este caso iniciaremos con la sintaxis la cual analiza las relaciones de los signos entre si, es decir, se enfoca a los estudios más empíricos.

Todo mensaje lleva en si signos los cuales se relacionan entre si:

 

Para que las personas se comuniquen entre si no solo deben contar con un conjunto común de signos, sino también con un conjunto común de relaciones entre estos signos”.(Swith, 1972:17).

 

La semántica estudia la relación de los signos con las cosas. Mencionamos anteriormente que  cada lengua es un código de interacción humana. Por lo tanto, el significado es un producto de la codificación que han utilizado los seres humanos en el desarrollo de su comportamiento que se aprende y comporta es cultura. El hecho de usar un reloj o  de usar ropa son formas culturales de comportamiento:

“La cultura es un código que aprendemos y compartimos, y aprendemos y compartimos, aprender y compartir requieren comunicación. A su vez,

la comunicación requiere codificación y símbolos, que deben ser aprendidos y compartidos. La comunicación y la cultura son inseparables” (Smith, 1972:19)

Por su parte la pragmática estudia como la gente reacciona ante los signos, y esta reacción es producto de la manera como se descodifican esos símbolos, es decir, como afectan los signos al comportamiento.

Con todo esto podemos notar como la cultura y la comunicación se relacionan y se aprenden. Por eso es importante comprender las tres divisiones mencionadas sobre la comunicación humana y como las cosas solo tienen sentido en su relación con las otras cosas. En este sentido podemos entender la comunicación como las relaciones ideológicas, es decir, un vínculo ético con un otro con quien necesito comunicarme, en el cual nuestros pensamientos se entrelazan en una relación común de la que ninguno es el creador y al mismo tiempo coexistimos a través de un mundo común o cultura común. (Pasquali, 1972).

 

 

7.1. Investigación - Comunicación.

 

En este proceso de investigación es importante considerar la comunicación como elemento transcendental para conocer la realidad.

La investigación es el proceso mediante el cual se aprende de la realidad y se toma conciencia de la realidad social para luego actuar sobre sus fenómenos y problemas. Para alcanzar un conocimiento científico de la realidad es primordial el uso de técnicas  y procedimientos adecuados  para la recolección de información; para ello es básico  la metodología como la forma que permite al investigador apropiarse de su objeto de estudio.

Para partir hacia el proceso investigativo es preciso contar con una base teórica de referencia que permita la comprensión de la realidad objetiva; luego se da la aplicación de técnicas como la encuesta, la entrevista, la observación participante, historia de vida, testimonio oral, entre otros.

Como podemos determinar, el proceso investigativo está orientado hacia la recolección de la información que permite darle solución a un problema anteriormente planteado o simplemente obtener conocimiento sobre una temática preestablecida. En este sentido podemos afirmar que la comunicación de los individuos, la cual está influida en gran manera por la cultura que éstos presentan, es esencial en la investigación en medida que ésta puede ser obtenida mediante dos vías: fuentes primarias y secundarias; de ambas formas el medio que interrelaciona al investigador y la información son sus portadores, de modo que la comunicación los mediatiza, puede ser en forma verbal o no; por ello, la metodología a utilizar es de suma importancia en el momento de llevar a cabo el proceso de recolección de información.

Como ya sabemos el profesional debe respetar las diferencias culturales que presentan los individuos y que pueden ser afectados por el tipo de comunicación que se emplee, de manera que deben de utilizarse los mejores medios, para relacionarse con ellos con el propósito de que estas se comporten de la manera mas espontánea posible y no se vean inhibidas de suministrar la información requerida; la consulta debe ser clara y referida y puede así responder en forma idónea de modo tal que la información sea de fácil interpretación.

En el proceso investigativo el investigador jamás debe pretender que el grupo se adapte a él, pues, éste no estaría dispuesto a dejar sus valores y costumbres para adquirir conductas diferentes y en caso de que se dé el investigador está atentando contra la cultura del grupo ya que interfieren en aspectos que no le corresponden pues se debe transformar la realidad que éste presente pero sin inmiscuirse en la integridad de los individuos como seres individuales y sociales; por ello debe darse una modificación objetiva a partir de la concienciación de los individuos de la necesidad de un cambio en sus condiciones de vida; dicho cambio es el individuo quien le lleva a cabo voluntariamente no obligatoriamente.

Con respecto a lo anterior es importante señalar que la investigación considerando el nivel más óptimo de comunicación, es determinar en la medida que conlleva un análisis profundo de los aspectos que están implícitos en la vida de los individuos, para dar respuesta a un determinado problema que surge de la forma en que éstos se relacionan y comunican entre sí, ya que es necesario en el momento que se intervenga con sectores populares que presentan problemáticas variadas y formas de vida diferentes,

 

7.2. Comunicación, Cultura y Ciencias Sociales.

 

La comunicación es un proceso por medio del cual se trasmite significados de una persona a otra. Esta es una necesidad, puede ser verbal y no verbal, es también dinámica. Por tanto la comunicación es la capacidad de los seres humanos para transmitir un mensaje, el cual muchas veces tiene un determinado fin.

En su ejercicio profesional el Científico  social se enfrenta con individuos que están condicionados ideológicamente por los medios de comunicación de masas tales como; la radio, la televisión, periódicos, cine, entre otros. La ideología es transmitida a través de los medios de comunicación, lamentablemente éstos están en manos de las clases hegemónicas las cuales utilizan dichos medios para sus intereses.  “En el contexto de una sociedad capitalista los mensajes ideológicos son vehicuilizados por los medios de comunicación de masas que constituyen o sirven de soporte a los mensajes que expresan valores de una clase social determinada”, (Guarino y Shlafrek, 55:1973). Es decir es la visión del mundo que transmiten es la clase dominante poseedora o dueña de dichos  medios de comunicación. Ejerciendo así una influencia constante sobre la manera de actuar y de pensar de todos los estratos sociales, ya que la información que manejan usualmente es dirigida a los sectores populares.

Es por lo anterior que el científico social es quien debe llevar la información de la mejor manera a las personas; ya que esté en su preparación ha tenido la oportunidad de desarrollar una mente crítica, cosa que la gran mayoría de individuos carece. El profesional mediante la comunicación puede motivar y estimular la participación social, tratando de lograr una actitud de cambio en las personas para mejorar su calidad de vida.

El lenguaje que se utiliza en la comunicación debe adecuarse al nivel de conocimientos que presenta el grupo de personas con el que se trabaja para no confundir a dicho grupo con el uso de términos abstractos y construcciones complicados que puede ser que no entiendan.

El objetivo de estudio del Científico social son las “necesidades sociales”, par que el profesional logre tener una adecuada visión, se requiere de una clara comunicación con los sectores populares de manera que logren comprender la realidad en que estos se desenvuelven. No solamente debe hacer uso de la comunicación verbal, sino también debe tomar en cuenta la no verbal que implica una serie de gestos que se perciben en dicha comunicación.

En lo que respecta a la cultura existen una serie de diferencias en los seres humanos, a partir de esta, él profesional debe tomar en cuenta ésta a la hora de trabajar con diversos sectores sociales ya sean; grupos de indígenas, campesinos, mujeres, entre otras. Conocer las culturas, su evolución, no se puede imponer nuevos valores, tradiciones y costumbres, por que seria rompe los códigos de la comunicación

 

 

APROXIMACIONES FINALES.

 

La lógica de toda definición es precisar los rasgos esenciales que convienen a un concepto a fin de universarlo y contemporanizarlo para cualquier época. Es decir, el concepto, una vez definido adquiere por si mismo permanencia histórica. Pero justo aquí radica el riesgo de definir cultura, porque el proceso de cambio que experimenta constantemente la sociedad obliga a que el vocablo se transforme, se adecue y sea reinterpretado.

La cultura es conocimiento y el conocimiento es resultado de la acumulación de hechos comprobados y validos en el contexto social que los delimita. La cultura es así el conjunto creaciones del hombre socialmente transmitidas, no importa la extensión del grupo social en la cual se dan. Por eso, los valores, comportamientos e instituciones de un grupo humano que es aprendido, compartido y transmitido socialmente nos da un contexto preciso de lo que es la cultura. En otras palabras, la cultura abarca todas las creaciones del hombre, los sistemas de valores, sus símbolos y mitos; pero también el conjunto de obras materiales, sus reglas jurídicas y la normativa moral (Perrot y Preiswerk, 1979:39).

La construcción de un proyecto contra hegemónico revolucionario tiene que incluir necesariamente, junto con lo político, lo económico y lo social, lo cultural y lo ideológico, elementos fundamentales para que esta contra hegemonía (que se va convirtiendo en hegemonía a través del proce­so revolucionario) adquieren eficacia y sentido histórico y para que ese proceso marque realmente el inicio de la transformación integral de la sociedad. Para esto es necesario recoger y plasmar " en la praxis no solo los intereses de las clases trabajadoras a nivel puramente estructural (pudiendo caer en un reduccionismo mecanicista y un equivocado de  términos económicos), sino toda la riqueza de actividad humana expresada en el pueblo histórica mente; cuyo potencial liberador debe desarrollarse y construirse colocando así al pueblo en el control del proceso revolucionario como sujeto principal.

 

La cultura es finalmente la producción social del hombre mismo y su contenido de clase se asume históricamente, de acuerdo del proyecto político – económico dominante

 

 

 

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