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Comunicación a: Comité contra la Tortura Centro de Derechos Humanos Oficina de las Naciones Unidas 8-14, avenue de la Paix 1211 Ginebra 10, Suiza presentada para que sea examinada de conformidad con la Convención
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Apellido Valverde Moreno . Nombre(s) Efraín de Jesús Nacionalidad.. Costarricense Profesión Actor.. Fecha y lugar de nacimiento 17 de setiembre
de 1956 San Sebastián, San José. Dirección actual: XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX Dirección a que ha de enviarse la correspondencia confidencial ( si difiere de la dirección actual: XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX El autor presenta la comunicación en calidad de: a) Víctima de la violación o de violaciones abajo expuestas
a b) Representante/abogado
nombrado por la supuesta víctima o víctimas
ö c) Otras
.. ö Si se marca la casilla c, el autor deberá explicar: i) En calidad de qué actúa en nombre de la víctima o víctimas
(por ejemplo, parentesco u otra relación personal): . i)
Razones por las que la
víctima o víctimas no pueden presentar por sí mismas la comunicación:
.. El tercero que no tenga relación con la víctima o
víctimas no puede presentar una comunicación en su nombre. II.- Datos sobre la presunta víctima o víctimas (si es distinta del autor) Apellido
Nombre(s).. Nacionalidad..
Profesión. Fecha y lugar de nacimiento Dirección actual. .. III.- Estado interesado/artículos violados/recursos de la jurisdicción interna Nombre del Estado (o país) Parte en la Convención contra la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes contra el que se dirige la comunicación: República de Canadá y República de Suecia Artículos supuestamente violados de la Convención contra la Tortura: El artículo 3 de la Convención
contra la Tortura y Otros tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. En
ambos casos; tanto Canadá, como Suecia incurren en la misma violación. Gestiones hechas por la(s) presunta(s) víctimas(s), o hechas en su nombre, para
agotar los recursos de la jurisdicción interna(recurso ante los tribunales u otras autoridades públicas, fecha de ese recurso
y resultados obtenidos; de ser posible, adjuntar copias de todas las decisiones judiciales administrativas pertinentes): Nosotros agotamos todas las vías reconocibles de jurisdicción interna en ambos
casos (Canada y Suecia);ante los organismos nacionales e internacionales correspondientes; por lo que les adjuntamos copias
de parte de ellas. En cuanto a los resultados; estan claros a la vista de todos;
tuvimos que escapar de Canada para no ser deportados y no se nos permite regresar sin correr el riesgo de ser detenidos y
en el de Suecia debemos estar escondidos sin ninguna posibilidad de apelación. Si los recursos de la jurisdicción interna no han sido agotados, expliquese
la razón: IV.- Otros procedimientos internacionales Ha sido sometido el mismo asunto a otro procedimiento de investigación o arreglo
internacional (por ejemplo, Comisión Interamericana de Derechos Humanos; Comisión Europea de Derechos Humanos)? En caso afirmativo,
cuándo y con qué resultados? ACNUR Canada y Suecia, Amnistía Internacional Canada y Suecia. En la CIDH por citar un caso (1995); fuimos atentidos en por lo menos dos ocasiones;
más por insistencia, que por simpatía; los funcionarios se limitaron en todas las ocasiones a decirnos que este tipo de asuntos
no se tramitaba ahí y que debíamos ir a un tribunal común. Los resultados han
sido que la situación se ha prolongado indefinidamente desde 1979 sin ningún resultado concreto. V.- Hechos relativos a la reclamación Descripción detallada de los hechos relativos a la supuesta violación o violaciones
(incluídas las fechas pertinentes) *: Me llamo Efraín de Jesús Valverde Moreno, cédula de identidad costarricense por nacimiento
1-468-015, tengo 44 años de edad; soy actor y de orientación sexual B, por decisión personal. Ingresé a la Juventud del Partido Comunista Vanguardia Popular en 1975, cuando era estudiante
de Artes Dramáticas en la Universidad de Costa Rica, San Pedro de Montes de Oca. En
ésta universidad estudié y trabajé por espacio de cuatro años en diferentes actividades como miembro de apoyo a la Secretaría
Cultural de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica, (F.E.U.C.R)
en la Administración de la UPA (Unidad para Avanzar) liderada por el historiador Fernando Contreras. Desde entonces y como miembro activo de la Juventud Vanguardista Costarricense (J.V.C) tomé parte en diferentes
luchas por el presupuesto nacional para la educación superior; así como en la defensa de los derechos laborales de los trabajadores
bananeros; y los derechos de los campesinos a la tierra por el trabajo, la casa y el pan. Esta coalición estudiantil estuvo integrada por tres diferentes grupos de izquierda de la
Universidad de Costa Rica (MRP,PS,y JVC) la que junto a la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional, (F.E.U.N.A ) y la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza (F.E.S.E); lideró en diferentes
ocasiones, las luchas estudiantiles universitarias y coordinó acciones de apoyo estudiantil a las propuestas políticas más
progresistas que hacían los diferentes partidos políticos de entonces en el Parlamento Nacional (Asamblea Legislativa); así
como de rechazo a las más retrógradas. Un ejemplo de esto ocurrió con la comunidad de El Silencio, de la cual proyectábamos en comunidades estudiantiles, un
film llamado Las Luchas del Silencio y representábamos en comunidades semirurales o urbanas, diferentes versiones de la obra
de teatro La Familia Mora" ; también apoyábamos obras importantes como "Ellas en La
Maquila de Leda Cavallini y Lupe Pérez (1978) o releyendo A rás del suelo", con el propósito de discutir acerca de diferentes
problemas de la vida nacional y el agro e intentando encontrar soluciones viables a los mismos junto a los campesinos. En mis cuatro años universitarios costarricenses, (1975-1978) trabajé en teatro con profesores
procedentes de diferentes países de América Latina; los cuales llegaron como exiliados políticos, víctimas de las dictaduras
y los genocidios característicos de ellas en la región. Ellos fueron los siguientes
maestros: el uruguayo Athaualpa del Cioppo de el grupo El Galpón, los argentinos Eva Sterposo y Juan Enrique Acuña; Jaime
Kogan de el grupo El Payró; la chilena Bélgica Castro de el Grupo El Teatro del
Ángel, etc. Hubo algunos miembros profesorales de organizaciones
de izquierda de Costa Rica ligados al Dpto. de Teatro y al partido comunista Vanguardia Popular como Virginia Grutter, Olga
Zúñiga, Jorge Valdeperas. También los hubo invitados por diferentes instituciones oficiales e internacionales, procedentes
de diversas ideologías democráticas del continente; no necesariamente marxistas, como por ejemplo: Stojan Vladic, Juver Salcedo,
Hebe Lemoine de Grandoso, Haydée de Lev. Algunos allegados a la Universidad de
Costa Rica muy destacados por su talento y educación como la ciudadana española Angela María Torres, la cual era miembro de
la Compañía Nacional de Teatro y colaboraría desinteresadamente para nuestra formación académica. Por último el nefasto y viejo híbrido conservador dirigido por Oscar Fessler y su tenebroso
séquito Eugenia Chaverri, Gladys Catania, Diego Díaz, Luis Fernándo Gómez, Juan Fernándo Cerdas, Rubén Pagura, Mimí Prado,
Alvaro Marenco y muchos otros más que pasan siempre viajando entre los vagones oportunistas de la izquierda criolla al servicio
del imperialismo; sirviendo de contrapeso y aplastando con premeditación ideológica, el talento nacional desde sus cerrados
criterios. Como actor novicio (1974) formaba parte de el grupo de teatro tibaseño que llevaba el nombre
de nuestro insigne compatriota y gran escritor político-comunista, Carlos Luis Fallas (CALUFA) que dirigía Rafaél Fonseca
Dubón y realizaba, para el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, giras a distintas comunidades fuera de la capital San
José. En 1975, fuí detenido por primera vez, cuando me encontraba en mi primera reunión política
con jovenes de mi comunidad, ubicada en Ciudadela Jesús Jiménez de San Juán de Tibás, San José; repartíamos propaganda de
nuestra agrupación política y fuimos rodeados por policías del cuerpo de radiopatrullas, los cuales portaban una ametralladora
y revólveres desenfundados, con los que nos conminaron a entregarles nuestra propaganda y luego de esto procedieron a golpearnos
con sus batones de hule; mientras nos decían que si nos intentábamos mover nos dispararían.
Esta fué una escena absurda; en que nos trataron muy mal, para la acusación que nos endilgaban en nuestras caras. Según ellos íbamos a ir a prisión por empapelar paredes y ser comunistas. En ese entonces se castigaba con prisión de uno a diez años de carcel a los afiliados al partido comunista;
dependiendo del tipo de participación política que tuviera uno como militante en el Partido Vanguardia Popular. Nos llevaron esposados a las cárceles frente al Parque Central de la ciudad de San Juán de Tibás, las cuales
estaban administradas por el Ministerio de Gobernación y Policía y las vigilaban elementos de la Guardia de Asistencia Rural,
bastante hostiles, como siempre con los activistas de izquierda y de acuerdo a su preparación por soldados norteamericanos
en tácticas de contrainsurgencia. Nos agarraron de experimento y desahogaron
todo lo siniestro de su formación gorilesca; la cual incluyó desde escupitajos y palabras soeces como playos, comunistas,
hijos de la gran puta; a coscorrones y jaladuras de pelo, mezcladas con patadas y batonazos
de hule por las costillas de los que no dejan marca y con los cuales siempre cometen abusos de autoridad en las detenciones
arbitrarias que realizan; por gusto de reprimir, sin que medie absolutamente ninguna razón de peso, para llevar a cabo la
detención; sólo porque son órdenes superiores, acostumbran decir. Dos de mis compañeros (de apellidos Vega y Mora) no quedaron convidados a seguir en los asuntos
de izquierda ya que fueron enviados a un centro de prisión para menores en donde se les castigaba duramente y estuvieron detenidos
casi tres meses. A mí me torturaron psicológicamente durante horas diciéndome que me enviarían a la Penitenciaría
Central, ( La Peni ), para que me culiarán los criminales. Esta prisión fue una
nefasta cárcel, que al igual que las de ahora, son una vergüenza para la dignidad humana, por los procedimientos que allí
se utilizan en el manejo de los reos y por las condiciones infrahumanas y de hacinamiento en que vivían y viven en la actualidad
miles de presos revueltos durante días y años, mientras esperan que se les haga justicia; la cual es avis rara en nuestro
país; aunque la propaganda oficial; manipulada por los sectores conservadores diga lo contrario. De acuerdo con la lógica represiva de los uniformados militares costarricenses y consecuente
con su gorilismo disfrazado de civilismo, lo cual constituye una absoluta patraña; ya que ha sido diseñada en los campos de
represión ideados por los yanquis para América Latina; mi persona debía permacer encerrado, hasta que se probase que no era
un peligro para la comunidad por mis ideas políticas socialistas de izquierda. Junto a mis dos compañeros, de apellidos (González y Guido) se impuso más el ingenio popular
que la represión; y pudimos escapar de la prisión al romper la puerta del calabozo; la cuál había sido construída de madera
gruesa y fijada al muro con aldabones de hierro; pero tanto la puerta como los aldabones ya estaban viejos y estos cedieron, luego de varias horas de hacer presión con nuestras piernas; logrando así, abrir un boquete
entre la pared y la puerta que guardaba el calabozo; y saltando un muro que dividía la carcel de un terreno particular a la
comisaría, logré escapar definitivamente de mi primera tortura y prisión; aprovechando el descuido de los guardias, mientras
una tormenta eléctrica tornaba inaudible cualquier elemento y se desgajaba un torrencial aguacero. Sin
duda alguna ayudó, en gran parte, el hecho del alejamiento entre las celdas y sus oficinas.
Recuerdo lo temerario que sería en ese momento de mi juventud la fuga y también atravezar la sala de estar, de una
familia a la cual no conocía; y más lo era, entrar por la puerta de atrás de la cocina y salir por la del frente, sin que
hubiese mediado trámite de ninguna especie. Para la anciana, que en ese momento se encontraba sentada en la sala de estar de la familia,
debió ser terrible ese momento decisivo; ya que aparentemente era la única persona que había sentada viendo televisión en
ese instante y lógicamente se sorprendió mucho, al vernos pasar tan rápidamente. Sólo
acatamos a decirle ¡Disculpe, pero vamos a salir por la puerta de su casa! Lamentablemente, tuve que huir hacia la provincia de Limón e interrumpir mis estudios; donde
permanecí casi treinta días, mientras se calmaba el asunto aparentemente, (pensaba en ese tiempo); y luego regresaría. Sin embargo no fue así; ya que en la provincia de Limón, fuí salvajemente reprimido y encarcelado,
en diferentes ocasiones por El Negro Anafre y Pulga de Teatro; dos famosos esbirros del gobierno, que hicieron fama, por lo
represivos que fueron con la población civil más indefensa, especialmente indígenas y campesinos. Ahí la persecusión sistemática de estos dos rufianes, me obligó a permanecer en prisión, en
condiciones infrahumanas, rodeado de ratas y sin comida, sin una frazada, y sin un lugar, para poder dormir, además del peligro
de estar rodeado de personas con problemas de criminalidad probada, y esto tornaba, aún más peligroso mi encierro. Me detuvieron en un mes tantas veces como les dió la gana y me soltaban hasta tres días después. Por ejemplo, me dejaban salir y a los cincuenta metros, mejor dicho dos o tres minutos
después, me volvían a detener. Tuve que escapar, no ya, de la cárcel, sinó de la provincia de Limón y sus dos esbirros, que la habían agarrado conmigo;
con la ayuda de un compañero del partido de apellido Prendas, que me acompañó hasta el autóbus rumbo a San José. Es importante destacar que la Provincia de Limón,
está ubicada a unos 170 Km desde la capital de la república, a orillas del Océano Atlántico y por ser una zona bananera, la
presencia de nuestro partido, históricamente, ha gozado del apoyo del pueblo, pero nunca del gobierno ni de las fuerzas represivas,
las cuales han cometido, innumerables e injustificados actos como son: los abusos de autoridad, los malos tratos, hasta llegar
a cometer asesinatos sin visas de esclarecimiento a la fecha en contra de la población indígena y de los trabajadores bananeros
costarricenses y nicaraguenses, que vienen a trabajar a esta tierra para compañías extranjeras y son super explotados y violentados
en sus derechos más elementales a su condición humana. También por ser una zona
de restricción sindical bananera (muchos operan en la clandestinidad), la presencia militarizada de las distintas fuezas de
seguridad y paramilitares es sumamente fuerte. Continué siendo detenido a partir de esa época constantemente, por agentes de radiopatrullas,
los cuales me sacaban mis cuadernos y me hostigaban, a la salida de mis reuniones de activistas políticos de la universidad;
los revisaban y me cocían a preguntas en largos interrogatorios arbitrarios desde todo punto de vista jurídico, tales como:
¿Qué andaba haciendo?¿Qué tipo de libros llevaba?¿Si portaba propaganda comunista?¿Qué se hablaba en la reunión? ¿Quiénes
estaban? Etc,etc,etc. Las autoridades de Migración también participaban de los atropellos y el acoso. No les bastaba con que les mostrara mi carnet de estudios universitarios con fecha del 75 (en mi país,
los estudiantes tenemos carnet de acuerdo al año en que entramos y este va acompañado de otra serie de números, pero la clave
es el año, para ubicar cualquier información en la oficina de registro universitario); además de las consabidas amenazas por
asistir a las mismas reuniones, diciéndome que un día, ¡iban a matarnos a todos los comunistas!, estas detenciones no estaban
exentas de golpes y quemaduras de cigarrillos, los que a veces me ponían en el cuello. Recuerdo
que me llevaban a la Detención General del Ministerio de Seguridad, Pública, ubicada en Cuesta
Núñez, a la par de Cuesta de Moras, una vez por entrado ahí, uno perdía y pierde, todos sus derechos en manos de los
más gorilescos personajes de la seguridad de Costa Rica. Ahí sufrí muchas vejaciones
físicas y morales, así como torturas físicas y mentales. Fuí bañado con agua fría, en horas de la madrugada, era pateado y
golpeado fuertemente; también se me desnudaba y se me obligaba a mantener actos sexuales con elementos de ellos. Gracias a mi trayectoria y capacidades artísticas logré aprobar el exámen de
teatro para ingresar al Taller Nacional de Teatro convocado por el Ministerio
de Cultura Juventud y Deportes. Ya que siempre he alternado mi estudio con el trabajo profesional en el que me ubiqué desde
1975 con mi debút en el Teatro Nacional de Costa Rica en la obra María Estuardo de Frederick Schiller, en la que representé,
tres personajes clásicos. Para ese entonces, entre mis logros artísticos, había asistido en calidad de
representante oficial del teatro costarricense a dos festivales internacionales; uno en San José de Costa Rica y el otro en
Ciudad Guatemala en 1976, para ayudar a las víctimas del terremoto de ese mismo año.
Acudimos a estas dos citas, el Teatro del Ángel y yo, alternando en la escena
con la famosa diva chilena Bélgica Castro y bajo la dirección de Alejandro Sieveking con la obra titulada Apareció la Margarita del dramaturgo brasileño Roberto Athayde. También estuve, como representante oficial, en la IV Sesión Mundial de Teatro de Naciones,
organizado por el Instituto Internacional del Teatro y por la UNESCO en la ciudad de Caracas, Venezuela en 1978. Además de haber terminado mis estudios en la Universidad de
Costa Rica, correspondiente al Curso Libre Teórico-práctico para Actores que tenía una duración de dos años a nivel profesional. Permanecí dos años más colaborando, en la práctica, con el Teatro Universitario de
la U.C.R de forma permanente para los niveles III y IV de Carrera Profesional. Había
realizado en ese tiempo ya casi treinta y dos trabajos profesionales y vivía de mi profesión. Sin embargo, tres meses después se desató una persecusión política bajo la directriz
de los sectores más conservadores del gobierno de la república coordinados por el intervencionismo gringo y la paranoia de
la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA); en contra de todos los militantes del Partido Comunista de Costa Rica que
laborábamos o teníamos relación con instituciones del estado costarricense; en el marco de el inminente ascenso de la Revolución
Sandinista a pocos meses de la caída del dictador Somoza Debayle. Estoy diciendo
que estaba por concluir el gobierno demócrata de Jimmy Carter y se creaba la plataforma intervencionista más criminal de la
historia centroamericana; la de la era Reagan. En cuanto a mi persona, se me impidió trabajar para la Compañía Nacional de
Teatro en la obra Fuente Ovejuna de Lope de Vega, dirigida por el maestro uruguayo y amigo personal Atahualpa del Cioppo. Mediante una impostura de Luis Fernándo Gómez, jefe de personal, para entonces, de
la CNT (Compañía Nacional de Teatro) y profesor de actuación de el grupo 79, en el TNT (Taller Nacional de Teatro); alegándome,
en privado, que ningún estudiante de la institución podía desempeñarse como actor de planta de la citada compañía; y que en
mi caso debía renunciar al TNT, si quería trabajar en Fuente Ovejuna. Digo impostura, ya que precisamente y en ese mismo periódo se representaba como
parte del repertorio de la Compañía Nacional de Teatro, Un enemigo del Pueblo de Henrik Ibsen y era dirigida por Oscar Fessler,
el director del Taller Nacional de Teatro y en la cual participaban gran cantidad de estudiantes del taller nacional en el
montaje de la obra como actores del reparto. Para ese tiempo, el escritor e intelectual Luis Brito García, por medio de las
publicaciones que hacían desde el ITI ( Instituto Internacional del Teatro ITI- UNESCO), publicaba sus conceptos sobre el
teatro y el papel del trabajador de la cultura en América Latina. Recuerdo que
la lectura de estos conceptos fueron declarados nocivos por Luis Fernándo Gómez, Eugenia Chaverri, y Gladis Catania; y que
se me impidió mostrarlos nuevamente a cualquier estudiante del Taller, bajo pena de amonestación administrativa. Se inició, de esta manera, un proceso de discriminación en contra mía al interior
de la institución, pese a la gran popularidad que tenía entre mis compañeros de estudio del grupo 79. Se comenzó a relentar la presentación de mis trabajos y se me dejaba en último lugar, al punto que en dos
meses, no se me permitió presentar ni uno solo de mis ejercicios prácticos de actuación; disciplina en la que había obtenido
el mayor promedio acádemico desde 1975. Todo esto coordinado por la dirección
y subdirección Fessler Gómez. Al inquirir sobre el por qué?, me contestaban
incongruentemente que por "ser un estudiante aventajado debía esperar y darle oportunidad a los demás. Un día me convocó, en calidad de subdirector Luis Fernándo Gómez, a una reunión
extraoficial con los profesores, sobre el tema de actuación, en la que para mi sorpresa, él no llegó. Oscar Fessler mecomunicó, en calidad de director generalísimo de la institución, que él no iba a
a participar activamente de la reunión; él estaría por tanto, en calidad de oyente,
para que yo no fuera a pensar que era cosa de él, pero que otros lo iban a hacer ; según sus propias palabras. Me comunicaron la suspensión de clases indefinidamente hasta que no me recuperara
de mi locura; ya que ellos no podían brindarme asistencia psiquiátrica, porque estaba loco y debía internarme en un asilo
para enfermos mentales, debido a mi incapacidad para realizar los ejercicios de actuación, según les había explicado Luis
Fernándo Gómez. Por otra parte mi enfermedad mental, me hacía intolerable moralmente para la institución por ser un mal ejemplo. Lo irónico es que la exposición estuvo a cargo de Diego Díaz, un músico que
no había asistido hasta ese momento a dar clases y que apenas se iba a integrar a ese periódo lectivo, por haber estado de
vacaciones. Fué asistido en tan grotesca pantomima por las siniestras Eugenia
Chaverri y Gladys Catania; las cuales llevaban la parte histérica de aquel aquellarre.
Y otorgando en silencio pedagógico, estuvieron asistidos los exponentes, por Rubén Pagura y Rodolfo Araya,(q.e.p.d).
Quiero que conste que no puedo seguir esta parte del relato porque se haría
en extenso y es muy traumatizante. La reacción de los estudiantes no se hizo esperar y una vez enterados pidieron
una explicación por tan inusitado hecho a la dirección; así como la presentación mía , para poder responder a semejantes acusaciones;
pero más bién se les intimidó por medio de la presencia de Mimí Prado en calidad
de representante oficial del Gobierno de la República de Costa Rica; para advertirles a todos aquellos que se manifestaran
en solidaridad conmigo; de correr el riesgo de perder no sólo su futuro profesional, sinó incluso, y esto era extensivo a
todos los grupos de teatro profesional; de perder el subsidio estatal anual que el gobierno les daba. No voy a dejar de decir que toda una serie de calumnias fueron levantadas en
mi contra por parte de Mimí Prado, en esa reunión; a la que no asistí, pero que fuí informado ampliamente por mis compañeros. Esta es la clase típica de funcionarios gubernamentales, caracterizada por su
arribismo, el cual les lleva hasta a levantar calumnias; con la que nunca había compartido ni socila ni laboralmente. Ella se presentó a decir que había trabajado conmigo y me conocía desde hacía muchísimo
tiempo. Se me negó presentar argumentos a mi favor, se me negaron los medios de comunicación
para hacer efectivo mi derecho a respuesta y se comenzó una campaña de divulgación negativa a nivel nacional en mi contra,
con el argumento de que era una mala influencia moral e ideológica para el teatro costarricense. La cual se mantiene inamovible hasta el día de hoy. De declararme oficialmente insano mental sin ningún respaldo médico y desoyendo
la opinión de profesionales en la materia psiquiátrica o psicológica, que negaban semejante infundio; pasaron a borrarme de
la lista de créditos oficiales alcanzados hasta la fecha. Por citar tan sólo
un hecho, debo decir que fuí miembro fundador del Sindicato de Actores Costarricenses (UDAC).
Al cual no tuve más acceso, ni se me comunicó por medio escrito absolutamente nada sobre mi exclusión, constituyendo
esto en un acto de improcedencia jurídica. A consecuencia de lo anterior expuesto y por lo complejo de los hechos posteriores
en términos humanitarios y legales; es que voy a relatar uno de los hechos más graves que me ocurrió y me marcó trágicamente
para el resto de mi vida; el haber perdido el hogar familiar junto a mis dos hijos.
Debido al acoso institucional gubernamental, la estigmatización social referida,
y de las consecuencias económicas desastrosas, a causa de la pérdida de mi empleo; la situación del hogar se volvió insostenible,
desde todo punto de vista. Sumiéndonos en el dolor y la amargura existencial. Mi compañera Odilí Vega Carballo y yo tuvimos que dejar la casa donde vivíamos;
teniendo ella que pedir ayuda a su familia. Sumando esto a la depresión y a la verguenza experimentada por lo desaforado
de la campaña en mi contra: mi mujer me abandonó. Al romperse la unidad familiar y dar paso a las habladurías sobre mi locura
se creó un entorno social agresivo a mi alrededor. Debido al machismo imperante;
y al desarticularse el ámbito privado en el hogar; mi bisexualidad comenzó a ser atacada públicamente a causa de la ignorancia
y el prejuicio social sobre el tema. Ahora era Vox populi, un vulgar y depravado
homosexual, con el agravante de que a causa de esto, ya nunca más iba a poder volver a ver a mis dos hijos. En medio del caos psíquico-social, producido premeditamente por las autoridades
culturales del gobierno costarricense y al cual fuí arrastrado involuntariamente, dadas las circunstancias del desarrollo
socio-cultural en nuestro país; no pude asumir todas las responsabilidades objetivas de manera pertinente, y me ví condenado
al destierro en mi propio suelo. Por primera vez y oficialmente me encontraba en arbitraria desventaja jurídica
ante las leyes del código familiar y civil del Gobierno de la República de Costa Rica. Seguí luchando por demostrar mis derechos civiles y laborales pero todo ha sido
en vano. No fué sinó hasta dieciséis años después que pude conversar, en un par de ocasiones,
con mi hijo menor César mientras estudiaba en el colegio de artesanías. A mi hija mayor Nelly Victoria, llegué a conocerla únicamente por fotografías
y solamente en tres ocasiones, hasta el día de hoy, en que pasa de veinticuatro años de edad, ya estando fuera de Costa Rica,
pude hablar por teléfono con ella. Trágico, desde cualquier punto de vista humano, ha sido el hecho de haber perdido
mis hijos para siempre. Las razones de este crimen jurídico-político e intelectual-artístico en mi contra,
no se ha considerado mínimamente, en ningún tribunal y permanece en la impunidad a causa de estos desgraciados y su miserable
concepción humana dentro del arte. El sentido analítico-crítico y político-social que todo artista podría desarrollar
para el fortalecimiento de la democracia por medio del derecho a la libre expresión; debería ser un requisito inalienable,
que toda institución oficial del estado debe promover; apto para la consecusión de las acciones y las ideas por una cultura
universal al servicio de la humanidad. Con base en argumentos
de la guerra fría, se me expulsó ilegalmente de mi labor social, sin tener ninguna igualdad ante la ley. Entonces me ví obligado a vivir en la calle y a dormir en plazas y parques de
la capital San José, hasta fines de 1979. Ahora seguiría siendo detenido y en
desventaja jurídica. Lo que sucedió en ese entonces es una variante grave, del abuso por parte de
las autoridades policiales costarricenses. Ese año de 1979, vez me tocó estar
detenido arbitrariamente por tres días; más de 24 horas; sin derecho a un abogado o a implorar algún recurso; junto a 42 nicaragüenses
hombres y mujeres de la fracción tercerista que luchaba por derrocar la dictadura somocista; los cuales habían tomado un barco
y huido de Nicaragua y estaban arrestados. Viniendo desde el Parque Central en donde había amanecido sentado en una de
las bancas del parque; ya que ahí, por las características del sitio se desarrolla una vida bohemia y a mí no me quedaba más
alternativa. Por lo tanto podía haber estado ahí, como en cualquier otro lugar
de la capital, a esas horas; algo así como las siete de la mañana. Me dirigía a la imprenta del Vanguardia Popular, en busca de noticias y donde
se imprimía el Semanario Libertad, órgano informativo del Partido Comunista de Costa Rica; cuando dos carteristas me sustrajeron
la cartera, con el poco dinero que llevaba encima; esto ocurrió exactamente, en la terminal de buses de San Sebastian, en
la misma acera de la imprenta, en los alrededores de La Golfiteña. Luego
de cometer el delito se introdujeron en uno de los sitios públicos; para tratar de no levantar sospechas y probablemente seguir
con sus carterazos. Decidí entonces solicitar el apoyo de la unidad de radiopatrullas; que justo
acababa de llegar a estacionarse en la pura esquina de la cafetería del negro Harold y fué en ese instante en que los papeles
se cambiaron; ya que la policía no prestó la mínima atención a mi queja y me conminaron de mala manera a marcharme, diciéndome
que ellos no tenían tiempo para mí. Ante la desesperación de ver cómo se esfumaba la posibilidad de recuperar mi
exigua cantidad de dinero, que no pasaba en ese momento de quinientos colones, pero que podía aliviar mi necesidad de alimentación
por lo menos ese día. Insistí en pedir a los guardas, que por favor me ayudaran
a recuperar mi cartera que tenían los dos maleantes. Pero éstos se bajaron de
su carro y se fueron tranquilamente a tomar café; no sin antes advertirme que si al regresó de su café, me veían nuevamente,
me detendrían en el acto. Fue entonces cuando al regresar y hallarme en el mismo lugar; ya que guardaba
la esperanza de alguna solución, gracias a su intervención; la emprendieron en contra mía a a batonazos, golpes y patadas
y no me quedó más que defenderme de esta agresión, porque de lo contrario, quién sabe cómo me hubiera ido. La cuestión es que logré introducirme en la patrulla y cerrar la puerta por
dentro; no sé ni como; la cosa es que me negué a salir, hasta que se hiciera justicia ( según yo). ¡Pero, qué va!, luego de un tiempo de estar sentado y al ver suficiente gente aglomerada, decidí abrir,
para evitar una reacción más irracional de parte de ellos. Fué cuando dos elementos
de refuerzo me esposaron y tiraron en el asiento de atrás, mientras me iban pegando por las costillas y la cara insultándome. Adentro fué peor; ya que me agararraron y me dieron con toda el alma, me lanzaron a un calabozo, todo golpeado, con la ropa hecha
girones, los pantalones manchados de sangre y todo mojado, ya que en el manejo me habían sumergido la cabeza en una pileta
inmunda mientras trataban de asfixiarme por inmersión prolongada y en donde aparentemente fregaban los trapos del piso. Al siguiente día, fuí sacado del calabozo y llevado a la oficialía de guarda,
donde me leyeron el acusado por desacato y faltas de respeto a la autoridad. Un
sargento me gritaba improperios y decía que él había sido entrenado en la zona del Canal de Panamá y que no permitiría comunistas
que le faltasen el respeto a sus hombres. A estas alturas en realidad, no podía imaginarme que por la noche iban a abusar
sexualmente de mí y de dos transvesties llamados la Carol y la Maritrini; pero antes de que esto ocurriera nos agarrarron
a patada limpia. Estos dos transvestidos, supuestamente estaban detenidos por rutina represiva
de la policía, la cual se la pasa entre la Clínica Bíblica y el Libano, chantajeando a los transvesties y acosándolos todo
el tiempo; ya que son un grupo minoritario social. Ellos se ven forzados a vivir ocultos entre las sombras de la ciudad capital;
en lugares sórdidos; y cómo personas a quienes les están negadas todas las oportunidades
para desarrollar una vida normal, sufren todo tipo de discriminación. Ante semejante violencia y desamparo psicológico producto del ataque sexual
y tortura a que me sometieron; y no atreviendome a hablar de esto con nadie;
por lo que fueran a pensar; no me quedo más recurso para mi desgracia, que acudir a visitar por estrategia de sobrevivencia
algunos lugares de caridad pública. Los que tenían programas de apoyo psicológico;
y en busca de protección llegué ahí, ya que ellos practican la doctrina del amor al prójimo; actitud que hasta la fecha agradesco
profundamente. Digo para mi desgracia, puesto que esto resultaría, una estigmatización
social más, como efectivamente sucedio en 1994. Tiempo después tuve que huir hacia Venezuela, en donde permanecí por dos años,
ahí continué mis estudios con el Maestro Enrique Porte en la escuela llamada
Instituto para la Formación del Arte Dramático (IFAD) bajo la Dirección de Gilberto Pinto y en el Centro Latinoamericano
de Creación e Investigación Teatral (CELCIT) en diferentes especialidades dirigido por Luis Molina. Ahí fuí alumno de Orlando
Rodríguez de Chile, Humberto Orsini, Jersy Koulowsky de Suecia, Robin Martin de Inglaterra y nuevamente de Athaualpa de Athaualpa
del Cioppo y muchas otras personalidades. Decidí volver a Costa Rica en 1982 para tratar de reivindicar mis derechos pero
esta vez las autoridades costarricenses desconocieron completamente mis atestados obtenidos en Venezuela diciendo que la formación
obtenida en Venezuela y hasta esa fecha; no eran suficientes para que pudiera aspirar a ingresar ni tan siquiera como estudiante,
en ninguna academia de teatro en Costa Rica Esto en las voces de Alvaro Marenco y Juan Fernándo Cerdas como funcionarios de
la Universidad Nacional y en contradicción con las de Ricardo Blanco, director de la misma escuela al que presionaron para
que no me aceptara como estudiante. Curiosamente yo acababa de terminar un trabajo para el Dpto. De Vida Estudiantil de la Universidad Nacional de Heredia como asistente de producción en la realización
para televisión costarricense, de el cuento Moreira de Luis Dóbles Segreda, bajo la dirección de Alonso Venegas, talentoso
actor, director de cine teatro y televisión chileno. La persecución en mi contra por funcionarios de gobierno; lejos de cambiar aumentó
de tono y continuó; pero gracias a mi empeño y la solidaridad de unos pocos logré establecer las bases de un teatro clandestino
independiente; en un lugar llamado por las personas interesadas El Café, ubicado frente a la Universidad de Costa Rica. Esta sede se convirtió en una base de apoyo a la Campaña de No Agresión en Centroamérica
y funcionó por espacio de unos cuatro años hasta su desaparición en los primeros meses de 1986. Desde sus instalaciones radiabamos
para el público universitario estudiantil, las transmisiones clandestinas de Radio Venceremos, voz oficial del FMLN. También apoyábamos desde la izquierda los planteamientos de Paz en Centroamérica de
don Oscar Arias y los otros líderes de la época; en contra de los planes guerreristas y de invasión, así como contra la política
brutal de violación los derechos humanos de los regímenes militares en Centroamérica.
Y la salida negociada a los conflictos bélicos de la región. Realizábamos
conciertos musicales, recitales de poesía, exposiciones de pintura y durante este tiempo, viajé a Nicaragua en misiones de
solidaridad para con su pueblo, a apoyar programas de alfabetización y cultura durante los últimos meses de 1982 y los primeros
de 1983. Logré dirigir eventos políticos y culturales de importancia capital para la
Solidaridad con los Pueblos Centroamericanos y me integré a los Comites de Solidaridad de Presos Políticos y Desaparecidos
en Guatemala y El Salvador y al Comité de Solidaridad con Nicaragua. Apoyaba a la Asociación de Familiares de Presos Políticos de Costa Rica en la
medida de mis posibilidades. Quiero recalcar que todo este trabajo lo realizé; en medio de grandes dificultades,
presiones, boicots, amenazas y detenciones no exentas de abuso; puesto que en Costa Rica, la represión solapada siempre ha
existido, desde 1948 y con el incremento de funcionarios de la CIA, a partir de esa época en los asuntos del gobierno costarricense. Gracias al papel jugado para la agencia por José Figuerez Ferrer. El mismo declararía en 1975, haber trabajado en América Latina para la CIA, durante treinta años en 20.000
formas diferentes. Desgraciadamente todos estos años, siguientes, se caracterizaron por la extremada
violencia y el terrorismo de los grupos paramilitares y ultraderechistas de Costa Rica. Además de el incremento de la represión
por parte de la DIS (Dirección de Inteligencia y Seguridad) así como el de las operaciones encubiertas del Pentágono por destruir
la Revolucion Sandinista. Se suscitaron muchos crímenes encubiertos, de carácter político en mi país. Comenzé a recibir anónimas amenazas intimidatorias contra mi persona por teléfono. Nuestro local cultural fue atacado a pedradas; y nos destrozaron todos los cristales. Algunos de mis compañeros fueron heridos de gravedad en condiciones inexplicables
que nunca se investigaron. Otros centroamericanos fueron encarcelados, torturados
y deportados. En
1985, mi casa fue allanada por la policía a las 2 a.m. por elementos de la fuerza pública los cuales rompieron con un hacha
la puerta, entraron y me golpearon durante mucho rato a intervalos sostenidos. Eran
siete carros de policía, los que llegaron esa madrugada. Decían buscar armas,
porque yo era comunista. Preguntaban que por qué tantos libros y otras cosas
más entre insultos, gritos y golpes. De ahí me llevaron a una cárcel en San Juán
de Tibás, donde experimentaron conmigo varias formas de tortura, desde psicólogica hasta física y me dejaron tres días, encerrado
en prisión combinada con arresto domiciliario sin salir. Fuí golpeado en círculos
por diversos guardias y se me intimidaba diciendo que me iban a dejar tres años en prisión, pero que si les pagaba, me dejarían
salir. Luego me dejaron ir, y de vez en cuando se aparecían por la casa y se
estacionaban en sus vehículos, frente a la misma, en actitud de vigilancia. Tuve
que abandonar la ciudad nuevamente e irme a la zona atlántica, en donde me integré a trabajar de lleno con el Partido Vanguardia
Popular. Siempre he notado,
que al detenerme las autoridades, no registran mi nombre de entrada ni a la salida,
lo cual es bastante preocupante y crea mucha inseguridad, sólo en pocas ocasiones lo han hecho, pero en la mayoría de ellas
no. Fué
precisamente en ese misma época de los años 90 en que el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica, durante la administración
social cristiana, organizó una cacería de brujas en contra de líderes progresistas, gracias a una noveleta de ciencia ficción
creada en los subterráneos del poder político y encarceló a once de ellos, algunos por años, acusándolos de intentar desestabilizar
el país para derrocar al gobierno mediante actos terroristas organizados desde Libia.
A los años los enviaron de vuelta a casa sin cargo alguno, sin juicio y sin nada. Menciono
este hecho debido a que los cuerpos represivos estuvieron fantaseando peligrosamente sobre una conversación telefónica, que
hice desde el local del partido Vanguardia Popular de Limón, a la profesora Libia Cordero, para un simple saludo y comentario
sobre la posibilidad de buscar una muchacha de trabajo doméstico para su familia. Paranóicamente
presentaron esta simple conversación, como una clave, dentro del plan para derrocar
al gobierno. El
caso de Libia Cordero fue documentado por Amnistía Internacional en uno de sus informes anuales. Ella sufrió la cárcel injustamente por más de cuatro años. Una noche a principios de los años noventa; me encontraba ubicado en la esquina sureste del
Parque Kennedy, a la espera de una oportunidad para entrar a cenar al restarurante oriental, que trabajaba hasta casi las
12 p.m a puerta cerrada. Cuando dos supuestos chilenos, ya que nunca se identificaron
plenamente ante la policía; pues no llevaban documentos encima; y un ciudadano costarricense licenciado en historia de nombre
Mario Matarrita, para más señas, disidente del Partido Comunista Vanguardia Popular;comenzaron a liarse a golpes por aparentes
motivos que solo ellos conocían. Debo aclarar que nunca había visto a los supuestos
extranjeros y que el Lcdo. Matarrita y yo nunca hemos sido amigos, pero sí, conocidos por el medio cultural. Al iniciarse la gresca e independientemente de conocidos, amigos o no; me resulta imposible
permanecer indiferente ante la violencia. Ya que me afecta emocionalmente ver
cuando alguien agrede a otra persona, o en este caso, dos agrediendo a uno. Debido
al hecho que durante catorce años, desde mi niñéz, fuí golpeado brutalmente por mi padre y mi madre; debiendo escapar para
siempre de la casa familiar para evitar el maltrato. Por lo que les sugerí que
detuvieran la pelea, éstos en vez de detenerse la emprendieron (los extranjeros) contra mí a golpes. Un chofer de taxi, de la ultraderechista Unión de Conductores de Taxis Costarricenses de los
que se encargan de coordinar el trabajo paramilitar nocturno de la derecha en la ciudad de San José, llamó a la policía, mientras
escapaba a bordo de su vehículo, con el Lcdo. Matarrita, justo antes de que el carro de policía llegara a el lugar. En ese momento, los dos hombres comenzaron a gritar que yo los estaba asaltando para robarles. Fué hasta entonces, me percaté que había caído ingenuamente en una trampa de provocación, organizada por
elementos derechistas que coordinan entre sí, para escarmentar a los elementos de izquierda.
Esto es algo muy usual en Costa Rica. Curiosamente, la policía no se preocupó por establecer con exactitud quién fué el oportuno
denunciante en el radio taxi, algo elemental en los códigos policiales para recibir su testimonio como testigo ocular, ni
de la supuesta víctimade la agresión, para establecer una acción punitiva en contra de los escandalosos, ni nada por el estilo. Y sin más trámite la emprendió en contra mía; poniendo a los dos extranjeros como
las víctimas y a mí como provocador. Para ese día en horas de la madrugada y hasta el amanecer, nos estaban golpeando sistemáticamente
y por turnos a varios detenidos, incluyendo un trabajador nicaragüense de entre
unos cincuenta y cinco y sesenta años de edad; ya que lo habían denunciado por no tener documentos y le decían mientras lo
golpeaban porqué venís a botar basura, nica hijueputa, a este país?, decinos pendejo porqué botás basura para que te paguen,
muerto de hambre? Etc. Y le caían a palos y golpes de puño; hasta que sonaba
y dejarlo como un cristo; el pobre hombre lloraba pues estaba impotente para defenderse y no podía articular palabra ante
la crueldad y la xenofobia de los carceleros. Todo esto es parte de la rutina de entrenamiento de los guardias civiles y no es necesario
que medie alguna razón. Puede ser simplemente por ser nicaragüense, caerle mal
a un policía a causa de su homofobia, o en mi caso, añadir el hecho de tener un expediente político de izquierda. Es suficiente con eso, para pasar a otro estado de vida, en la que la de uno, no cuenta; ahí en ese infierno
solo la opinión de ellos cuenta. A mí, me obligaron a desnudarme completamente
y chuparle el miembro sexual a uno de los guardias,(eran dos) mientras me decían palabras como: playo, maricón, te vamos a
culiar, comunista de mierda, etc. Luego me dieron un fuerte golpe y una patada
y salieron. Me dejaron sin ropa y se fueron con ella, (que para revisarla). Antes me dijeron que esperara ya que iba a ver lo que me iba a pasar, con tono amenazante. Al rato llegó otro guardia, pero esta vez solo, y dejó a uno en la puerta que vigilaba
hacia afuera, para ver que nadie llegara; en la celda, abrió un expediente que llevaba en la mano, y ahí leyó, según él, unos
informes políticos de la seguridad nacional, sobre mi persona, los cuales me hacían acreedor a un castigo por parte de él. Este expediente yo lo conozco, fué elaborado por el OIJ en las celdas de la Corte Suprema
de Justicia, ahí fuí llevado en una ocasión, cuando la época de la Revolución
Sandinista en Nicaragua y me tomaron fotos de todos los perfiles y huellas digitales; además de datos precisos sobre domicilio
y agrupación política y fué en el año de 1979. Inmediatamente después de la lectura, me atacó a patadas en diferentes partes del cuerpo;
las cuales me hicieron caer al piso y con sus botas militares me pateó la cara hasta que me reventó la frente y me rastrilló
por el piso de una manera brutal. Recibí golpes en mis costillas y escoriaciones
en diferentes partes de mi cabeza y el resto del cuerpo. Luego fuí llevado al
Hospital Calderón Guardia a emergencias bajo amenazas de que si hablaba con el doctor o enfermera y ellos incluían en el reporte
la agresión, no saldría vivo de ahí. Así que tuve que callar la realidad sobre mis heridas.
Fué así como mi cara necesitó ser suturada por lo profundo de las heridas ya que la hemorragia me estaba haciendo perder
mucha sangre. De las torturas me han quedado distintas cicatrices en mi rostro
y en diferentes partes de mi cuerpo. Durante todo el proceso que duró la atención médica, estuvieron presentes, junto a el principal
de los torturadores, dos más de ellos vigilantes, a la par mía y junto al doctor. Ya
antes me habían dado el libreto para que lo repitiera y que decía de haber sido atacado en la cárcel por dos chilenos que
se habían confundido creyendo que era yo el que les había robado los pasaportes; pero que después habían reconocido el error
y que por esa razón, yo los había disculpado y decidía no presentar ninguna demanda.
El asunto fué que la policía asesoró, en contra mía, la declaracion de los dos individuos
para disimular aún más y se sacaron de la manga la acusación Provocación a riña. Imponiéndome
que si no aceptaba la acusación en mi contra, entonces no podría salir a la calle; y que era lo mejor para mí en ese momento.
Según sus palabras, ahí muere todo. ¡Vaya una oferta! Conste, que todo esto, no ocurrió en algún tribunal, ni ante ningún abogado o juez competente.
Todo esto ocurrió en las mazmorras de la Detención General de Cuesta de Núñez del Ministerio de Seguridad y Policía en frente
de mi cara, con el beneplácito de los guardias esbirros. Una vez puesto en libertad me presenté en la
agencia fiscal de San Pedro de Montes de Oca a denunciar los hechos. No me aceptaron
la denuncia, según dijeron los funcionarios de la misma, por no encontrarse en su jurisdicción y que para eso debía ir hasta
los Tribunales de Justicia de la capital. Nada más falso. Más bien me apremiaron a efectuar el pago de la famosa multa, cuanto antes. Luego de esto me presente ante las oficinas del Ministerio Público en San José, con los mismos
resultados anteriores. Este es el método usual del que se ufanan a diario, los gorilas ticos aprendido en sus escuelas
de barbarismo, tortura y muerte, empleado por los elementos de la policía nacional al servicio del gobierno. Si esto es indignante que le suceda a una persona dentro de un régimen que se supone es de
derecho; tanto más lo son las declaraciones de los funcionarios a sueldo; tales como la ministra de justicia Mónica Nagel
y del canciller Rojas, ante los principales medios de comunicación, quienes se hacen los tontos, oportunamente y declaran
que este tipo de abusos, nunca han ocurrido en Costa Rica. Pretenden con esto, seguir engañando a la opinión pública internacional y salir del paso frente
al Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas acerca de la verdadera situación de los derechos humanos en el territorio
nacional. En realidad lo que tenemos hasta la fecha es una imagen ficticia internacional made in USA
sobre el respeto a los derechos humanos en Costa Rica. Gracias a el agazapamiento,
la hipocrecía y el sometimiento de las clases políticas gobernantes. Nada más lejos de la honestidad y el compromiso con la justicia. Mientras la clase gobernante se burla de las leyes y el respeto verdadero a los derechos humanos en nuestro
país, sibilinos funcionarios del gobierno tico al servicio internacional de la demagogia y el acicalamiento diplomático pretenden
dar cátedra sobre el respeto a los derechos humanos y ocultan la verdad ladinamente en los foros internacionales. En
la democracia tica de marketing es fácil levantar imágenes. Gracias a los servicios
de una efectiva burocracia en estos menesteres. El
rapiñismo se da a partir de lo apetecible de los recursos económicos internacionales destinados para estos temas, en donde
no hay nada que perder, por invocar únicamente estos principios, pero sí que ganar económicamente. Como
la corrupción del aparato de justicia es a campo traviesa no se dice que el 99,9 % de los abusos de la policía, son ignorados,
precisamente por no existir instrumentos jurídicos que impugnen la práctica de la tortura en nuestro país. Por
otra parte existe el lógico temor de los agredidos a seguir siendo torturados, una vez de regreso de los hospitales. Otros,
los que mueren en detención a causa de la tortura, son sacados y sus cuerpos, los van a ocultar lanzándolos a barrancos u
otras partes solitarias o montañosas, como ya ha ocurrido; a orillas del Cerro Zurquí, y
para muchos de ellos nunca se sabrá la verdadera causa de sus muertes.
Podemos
decir, sin temor a equivocarnos, que ya con el caso Chemisse ocurrido en los
años 70; estos procedimientos se legitiman y se mantienen en la impunidad. Tal
es el caso de la condena intimidatoria a varios años de cárcel inferida a los hermanos Romero que investigaron sobre lo acontecido
e intentaron en su libro titulado El caso Chemisse dar a conocer a la opinión pública sus investigaciones. De
esta manera la democracia y la libre expresión en Costa Rica han quedado en la picota. En
nuestro país es imposible plantear una demanda por tortura y otros tratos o penas cueles, inhumanos o degradantes ante los
tribunales de justicia durante o después de cometerse los hechos, ya que ni siquiera está estipulado como delito ante la ley. Muy
de vez en cuando, trascienden estos abusos, cuando algunas víctimas conscientes
de nuestros derechos pretendemos que se haga justicia. Entonces recurrimos a los organismos de derechos humanos, pero la mayoría fracasamos, pues los cuerpos represivos
se burlan de las recomendaciones al estar estrechamente ligados con la burocracia de los tribunales. Se
sabe que los organismos de derechos humanos pueden hacer recomendaciones, lamentablemente,
los más comprometidos en Costa Rica carecen de personal y medios efectivos de vigilancia. En
el caso de CODEHU, por citar una organización históricamente comprometida con la vigilancia de los derechos humanos, irónicamente,
no hay recursos y estaba a punto de cerrar cuando abandoné el país. Atreverse
a expresar en sentido crítico, artístico o civilista común, cualquier irregularidad sistémica,
puede constituirse en acto socialmente suicida o de chantaje y muerte sin esclarecimiento como en el caso de los cuatro miembros de la Asociación Ecológica Costarricense (AECO)(1994), o la ejecución a balazos
del periodista y humorista Parmenio Medina.(2001). El 18 de Mayo de 2001, los diarios oficiales costarricenses, publicaron escuetamente
la información de un informe del Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas. En
este informe podía leerse entre líneas, que se hacían algunas recomendaciones a nuestro gobierno alertándolo por la situación
de los presos en las cárceles costarricenses. Obviamente que la opinión pública
desconoce en qué consistieron las declaraciones o recomendaciones; ya que lo que se publica, lamentablemente, es la interpretación
empresarial sobre los alcances de la declaratoria. De manera que la mayoría analfabeta
en estos y otros temas tan importantes, pasa por alto estas importantes declaraciones o recomendaciones y queda expuesta sin
alternativa alguna a la folklórica y periférica justificación oficial de los oportunistas funcionarios de estado y toda la red de medios de la ultraderecha al servicio del autobombo nacional sobre el tema. Resultó pateticó leer algunas de ellas; y no voy a desarrollar mi instinto satírico
ahora. Sin embargo, se negó cualquier posibilidad de violación de los derechos
humanos. Incluso se refirieron a este tema, como algo desconocido e inusitado
en la vida nacional. Sin embargo en el trabajo que hemos escrito Patrick Aguilar
y yo, titulado La Barahunda de Costa Rica en Ginebra: Made in U.S.A, y el cual está ampliamente documentado; podemos leer,
a qué llaman, los funcionarios costarricenses de gobierno, una hoja limpia de servicios en pro-de los derechos humanos. Así, de esta manera, resulta muy fácil ocultar los hechos; sin embargo recuerdo,
que en una de mis detenciones correspondientes al año de 1986 en la provincia de Limón; fuí golpeado hasta la inconsciencia
con un batón de policía y lanzado a un lugar lleno de orines y excrementos, sin la camisa y al día siguiente me tiraron a
la calle y tuve que ir a donde un amigo a que me prestase un baño y ropa, para cambiarme.
Lo que pasó es que a los policías de Cahuita, no les gustó, ni la barba ni el pelo largo, que tenía en esa época, para
trabajar en el film titulado La conquista del Dorado, dirigida por Carlos Saura. Cuando
se inició el film, mis compañeros no lograron adivinar que estaba detenido y golpeado; por lo que no pude participar del proyecto
cinematográfico, debiendo restablecerme durante los días posteriores. Algo similar a lo anterior ocurrió entre 1992 y 1993, para ese entonces, me
encontraba ocupado en la defensa de la población limonense que habita la Faja Costera del Atlántico Sur, los manglares y sus
áreas naturales. Completando este dramático cuadro de lucha estaba la población
campesina dividida por la incertidumbre de no saber que hacer, decir o responder ante los agentes del gobierno bipartidista
que habían venido a coordinar operaciones de compra desde la capital en la región. Estos
habían hecho circular la versión de que las tierras, habían sufrido el deterioro del suelo apto para la agricultura, a perpetuidad; a causa del terremoto ocurrido en esa zona, poco tiempo antes; por lo que no les quedaba
más opción que venderlas, a la más grande transnacional de compañias bananeras que históricamente siempre a asolado nuestro
territorio; y con la que el gobierno tico, siempre ha mantenido una actitud servil en contra de los intereses de la independencia
económica del pueblo costarricense. Por lo que no quedo más alternativa, ante la inminencia de una nueva y gran estafa que
se pensaba cometer; que la de organizar a la población civil para dar la lucha. Estoy hablando de miles de hectáreas de bosque natural desde la frontera con
Panamá hasta el borde del Aeropuerto de Limón; que al convertirlas en bananales estériles hubieran producido un daño irreparable
de consecuencias imprevisibles a la ecología nacional, a la industria del turismo y a la comunidad en general. Pretendían obligarlos a vender sus tierras bajo toda clase de presiones indignas. Una vez que la población fue alertada,
sobre el verdadero valor de sus tierras; los campesinos y propietarios en general; empezaron a exigir precios razonables por
sus terrenos y querer sacar del negocio a los intermediarios capitalinos del bipartidismo; quienes pensaban comprar, mediante
los métodos persuasivos del chantaje. Como ejemplo tenemos: el arrinconamiento de las propiedades, privándolas de
salidas y entradas naturales; sumando a esto, cualquier tipo de violencia en contra de sus dueños; para así, amedrentarlos
y obligarlos a realizar la venta. Todo esto, y para evitar contratiempos desagradables,
con el auxilio del paramilitarismo nacional; el cual posee una larga y amplia página de servicios irregulares pero que se
presenta legalizado bajo eufemísticos nombres de agencias de policías privadas y afines. Coordinados los paramilitares con la policía nacional; me capturaron por la
noche, a orillas de la carretera, que va de la entrada de Penshurt a Margarita, cuando volvía de hacer compras del comisariato. El objetivo era saber cuales vecinos estaban integrados en la defensa legal
de sus tierras; para lo cual requirieron de agarrarme a culatazos en la cárcel de Limón; y bañarme en agua fría durante la
madrugada en un calabozillo infecto por los orines y excrementos. Esa vez me
torturaron sin registrar mi nombre en la cárcel de Limón, pues me dijeron que no era necesario. Al llegar al lugar donde habitaba en Estero Negro; encontré que habían allanado mi casa, durante mi ausencia
y dado fuego a mis pertenencias personales incluyendo todos mis trabajos escritos, cartas de recomendación, carnets, certificados
de estudios superiores y cuanta documentación me acreditara debidamente ante la comunidad.
Nadie en la comunidad; por temor, supo darme una explicación razonable de lo ocurrido y seguidamente tuve que esconderme
en otra parte del territorio nacional, para que no me mataran los sicarios del grupo de intermediarios nacionales, los que
me buscaban para matarme. Para 1994-1995-1996-1997, me tocó trabajar en la
Zona Sur, como un dirigente de base con personas, desplazadas por la violencia de los ejércitos privados de los terratenientes y narcotraficantes, especialmente de la zona de Pavones. Aquí los problemas nunca terminan y más bien se agravan, ya que el narcotráfico domina ampliamente, zonas
de mucha extensión y posee mucha influencia dentro del gobierno de la república y las autoridades policiales, a las que ha
comprado para sus fines. En este lugar, el Congreso de la República de Costa Rica, tuvo que movilizar
una comisión que investigaba los manejos del narcotráfico en mi país y al mismo tiempo investigaba, cual era la autoridad
política superior ligada al narcotráfico. Como siempre pasa, el partidirismo
de gobierno bloqueó a la Comisión Investigadora y protegió la identidad del político ligado al negocio. Desde entonces, legitimaron la inclusión del narcotráfico
en los asuntos del estado, y lo que vemos en la actualidad son las lágrimas del cocodrilo; preocupado por detener el avance
del flagelo en la población infantil. Humberto Vargas Carbonell, figura pública nacional de gran prestigio moral e
intelectual en Costa Rica; diputado al congreso en dos ocasiones y quien presidió la Comisión Nacional de Narcotráfico, escribió
una carta al respecto en la que detalla nuestra participación en la lucha contra el flagelo en la región que afecta a los
campesinos; y lo peligroso que para nuestras vidas ha sido esta situación en esa área de conflictos. En el periódo que transcurre de 1994 a1997, en sólo un año y por más de treinta
ocasiones fuí detenido y llevado a los tribunales en cuatro ocasiones, acusado de cualquier cantidad de infundios, desde invasión
de tierras, fabricante de explosivos (tipo terrorista), amenazas agravadas, portación ilegal de armas de fuego, ametrallamientos
sostenidos contra personas indefensas, intentos de homicidio, y cuanta acusación pueda existir, no dejaron de poner en mi
contra. En una de esas absurdas maneras de administrar justicia en mi contra; según expresó la Lcda. Iris Valverde; jefe de los Servicios de Defensoría Pública de los
Tribunales de Pérez Zeledón, en vez de cobrárseme una mínima multa, como es lo usual en este tipo de casos; por haber actuado
frente a testigos presenciales de lo hechos, en legítima defensa al ser atacado por cinco individuos, cuando no quedándome
más recurso, me defendí con una piedra que junté de la calle para repeler el ataque; ésta alcanzó en la cabeza a uno de los
victimarios hiriéndole superficialmente. De nada me valió apelar ante el Tribunal de Casación, semejante atropello a
la justicia de parte del tribunal local de Pérez Zeledón; los cuáles hasta llegaron a negarme una simple copia de mi sentencia
y sólo la pude obtener por intermediación de un abogado penalista particular de nombre Isaac Vargas que elaboró el recurso
de apelación. La fiscalía se ha unido con la viciada defensa y me han condenado increíblemente,
a dos meses de cárcel, conmutados por cinco años de libertad condicional. Para
así tener más posibilidades de enviarme a prisión, como reincidente de cualquier cosa, por años. Lo cual estuvieron tratando de hacer durante todo el tiempo que permanecí en Costa Rica hasta 17 de mayo
de 1997, fecha en qué abandoné definitivamente suelo costarricense, ante el temor de volver a ser sometido a cualquier trato
inhumano, cruel y degradante. Viviendo en la Pista de Las Lagunas de San Isidro del General, nuestra casa
fué atacada a balazos en diferentes ocasiones; nos mataron un perro envenenándolo, e intentaron matar a los otros perros,
sin éxito. Pasaron de las amenazas a los hechos y en varias ocasiones, el compañero
Patrick Aguilar ( mi compañero de vida y de trabajo político en esos años) y yo, debimos pedir protección a la policía, la
cual ignoró nuestros pedidos, lo mismo que los tribunales de Justicia. Tuvimos que fabricarnos una trinchera métalica dentro de la sala de nuestra
casa para evitar que nos mataran y nos vimos obligados, en más de una ocasión
a solicitar ayuda de nuestros vecinos. Luego de varios intentos fallidos al disparar en mi contra; una mañana, un individuo
de nombre Oscar Cubero, logró herirme definitivamente de bala, gracias a la oportuna e increíble entrega de un revólver, por
parte de un policía uniformado, al individuo de marras; para intentar asesinarme de frente, en la finca de Guillermo Mena
Crúz; en donde colaborábamos en recoger la cosecha de café. Esto ocurrió en la
Pista de Las Lagunas a finales del año 1995 . La bala me hizo cuatro orificios
en mi mano izquierda. Este individuo, posteriormente continuó acosándonos al amenazarnos en la Costa
Atlántica, en un autobús, a muchos kilómetros de distancia de los hechos relatados anteriormente. Nunca fue a prisión, ni
se le siguió juicio; ni a él ni al policía que le facilitó el arma; pese a que hubo muchos testigos presenciales y que la
mayoría declaró lo ocurrido en los tribunales de Perez Zeledón.
Viajamos a lo largo y ancho de todo el país, como dirigentes de la Federación
Nacional Campesina (FENAC); ya que resultamos elegidos en dos secretarías importantes a nivel Nacional;en mi caso como Secretario
Nacional de Educación y Organización y en el de mi compañero Patrick Aguilar, como Secretario Nacioanl de Cultura y Propaganda. Trabajamos para los indígenas en el Atlántico y la Zona Sur: Cabecares, Guaymíes,
los Guatuzos y descendientes Chorotegas en la Zona Central y el Guanacaste. Desafortunadamente
la corrupción y los irregulares manejos administrativos, tolerados a perpetuidad por su Secretario General Ricardo Araya Montero
en dicha federación; nos obligó a disentir de ella. Poco tiempo después tuvimos que abandonar nuestras dos hectáreas de cultivo
agrícola; las cuales, nos habían sido asignadas por una asociación campesina, debido a la violencia de los grupos anticampesinos
en la región. Perdimos nuestro esfuerzo laboral y nuestro sustento; ya que dependíamos
de esta tierra, para solventar nuestras necesidades ecónomicas. No teníamos alternativa; y hubo que cambiar nuevamente de domicilio por razones
de estricta seguridad personal. Decidimos mudarnos a la Península de Osa, a Playas
de Dominical, a unos cuarenta km de la Pista de Las Lagunas. No obstante, las autoridades municipales nos negaron el permiso de trabajo y tuvimos que trabajar con un permiso ajeno, a precios de especulación. Surgieron muchos y nuevos problemas con las autoridades de la Guardia de Asistencia
Rural y la inspección municipal; que pretendía cobrarnos dinero en forma ilegal;
querían obligarnos a darles dinero, para ejercer, un simple derecho de vender perros calientes y bocadillos de puesto ambulatorio,
como sorbetes y refrescos en botella o confites. La policía de Playas de Dominical,
continuó con sus acosos, hasta el punto, que Yanis Quesada, de la Defensoría de los Habitantes, hizo acto de presencia; más
que todo para informarnos de que había denuncias en contra nuestra de los comerciantes inescrupolosos de la región, los cuales
violentan las normas de salud y posesión territorial más elementales; pero se sentían agredidos por nuestra presencia, ya
que estábamos cumpliendo a pesar de los obstáculos, con todos los requisitos formales de ley. Entonces, la Defensoría de los Habitantes, organizó una reunión con la policía
y les explicó lo legítimo de nuestra situación y las irregularidades en que estaban incurriendo los que se prestaban a estas
manipulaciones, como supuestos denunciantes en contra nuestra y los instó a que hicieran cumplir las leyes por parejo. Pero fué inútil, ya que una vez se hubo marchado, continuó el problema con más saña
que antes. Canadá uno de los estados miembros que han firmado o ratificado la Convención
contra la Tortura y pese al conocimiento que sus autoridades migratorias tuvieron de nuestro caso, gracias a la intervención
del Canadian Center for Victims of Torture; del cual éramos beneficiarios (a pesar que nuestra querida trabajadora social
Teresa Dremetsikas, tenía graves prejuicios en contra de nuestra comunidad LGTB, pues para ella la homosexualidad y el lesbianismo
son una aberración mental). Por lo que
nos vimos obligados a no tocar en absoluto el tema de nuestra orientación sexual, máxime que el Presidente del CCVT,
era nuestro representante legal ante el Canadian Refugee Board. En esta institución, llena de nobles principios y grandes valores humanitarios
y culturales, a pesar de las limitaciones humanas que no ameritan en este momento, juicio de nuestra parte; mediante sus programas
logramos iniciar un proceso irreversible de autoafirmación de nuestra identidad, como sobrevivientes de tortura; gracias a
los buenos servicios profesionales que interpuso la Sra. Mary Sanderson, desde su trabajo como Terapista de Arte. Allí nos encontrábamos en permanente asistencia a través de sus servicios de
apoyo legal, lingüístico, terapéutico y psiquiátrico. El Gobierno de la República de Canadá a través de sus autoridades migratorias
decidió no tomar en cuenta la seriedad profesional con la que trabaja está institución y decidió saltarse olímpicamente el
artículo 3 de la Convención contra la Tortura e inició los trámites de deportación en contra nuestra en el mes de julio del
año 2000. Hipócritamente y ejerciendo una doble moral en materia de derechos humanos el
gobierno de Canadá, por medio de su fiscal Sr. Dandy y los jueces de migración canadienses, luego de tres sesiones maratónicas,
de más de ocho horas cada una y no pudiendo reunir suficientes elementos para descalificar nuestra petición;
decidieron acogerse al recurso más fácil: el decir simplemente no. Porque según el señor Dandy: de los costarricenses, se deshace uno en los primeros treinta minutos,
no así en el caso de ustedes. Por lo que será mejor considerar como verdad la
argumentación de sus enemigos para facilitarnos las cosas. Decidieron basar la negativa en una argumentación corrupta en contra nuestra,
de algunos funcionarios desprestigiados a nivel nacional que trabajan para una ONG´s llamada CEFPAS, los cuales birlaban para
el beneficio personal como dirigentes, los fondos del ABDS entre el Gobierno de Holanda y el de Costa Rica. Prefirieron decir no y contribuir con su negativa a saltarse el artículo 3 de la Convención contra la Tortura,
que atender el Informe de la Comisión Nacional Evaluadora de Proyectos para el Desarrollo Sostenible; y ratificado en la Zona
Sur por La Comisión Evaluadora del Proyecto CALIPEA que: fué, investigó y determinó el manejo irregular de la mencionada ONGs
en la Región Brunca. Descalificaron de un plumazo la solicitud de asilo por razones de puro prejuicio
ideológico, según dijeron varios abogados conocedores de la materia; ya que para los
funcionarios canadienses era más importante saber si Fidel Castro y el régimen
socialista de la República de Cuba podría haberme dado asilo político; o que si en algún momento de mi vida había desfilado
en señal de protesta frente a la Embajada de Estados Unidos en Costa Rica; o
si tenía conecciones con el Partido Comunista de Colombia; para apoyar su negativa. Por otra parte la definición de migrante ecónomico; no les vale; pues a pesar
de las contradicciones al interior de mi familia; procedo de una familia harto solvente en términos ecónomicos y arraigada
fuertemente en los Estados Unidos; donde ellos gozan de un status social desahogado y las ventajas que les confiere poseer
una doble nacionalidad desde muchos años atrás; con negocios y representaciones en toda Latinoamérica. Una cosa son los principios ideólogicos por los que he luchado y he sido perseguido,
me han torturado y hasta intentado matarme; (que son los que me tienen en lucha por mis derechos) y otra historia, es cualquier
salida de camino, venga de donde venga, para justificar un atropello y violar el artículo tres de la Convención contra la
Tortura. Lo importante, para ellos, no fué mi caso como víctima sobreviviente de tortura
o de la violación a mis derechos humanos; lo importante para ellos fué, salvar sus intereses políticos y económicos en la
región, como aliados incondicionales de los Estados Unidos de América. La causa de los Derechos Humanos la dejaron probablemente para los foros de
la doble moral. Las compañías canadienses de explotación de minas a cielo abierto
sin control, sobre el impacto ambiental; producen daños irreparables en nuestro ecosistema costarricense; pero es más rentable
su jugoso negocio; que la defensa de la justicia y la razón. En su desviación como estado firmante de la Convención, enarbolaron la bandera
del prejuicio ideológico y se pusieron del lado de los que contradicen los principios de la Convención contra la Tortura y
la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Otra vez en desventaja. Por lo
que no me quedó más remedio que escapar junto a mi compañero Patrick Aguilar hasta Suecia a donde llegamos el 12 de julio
de 2000 e inmediatamente solicitamos asilo y refugio político y humanitario, en el Aeropuerto de Arlanda. El caso nuestro en la gran nación de la República de Suecia, es aún más patético; ya que debemos permanecer escondidos para no ser deportados al agotarse la vías posibles
que su marco legal migratorio nos permitió. Se conformaron con no hacer nada serio y a partir de recursos mecanicistas,
basados en estereotipos de los mass media, justificaron su decisión viciada de parcialidad ante la veracidad de los hechos
y falta de interés humanitario. Los funcionarios se dedicaron a quitar y poner lo que les vino en gana de mi
declaración ante ellos. Además es risible hablar de objetividad, cuando todo
esta en el idioma sueco y no exite el mínimo recurso para poder comprender y responder las decisiones que toman en el idioma
materno de uno. Esporádicamente y con la ayuda impráctica de fugaces e inexpertos intérpretes
en la mayoría de las veces, es que se puede acceder a la comprensión de algunos criterios de selección migratoria sueca. Excluyo de mí crítica a los intérpretes del estado por su profesionalismo; pero
por ser del estado, son inaccesibles para nosotros. Los otros son a cuenta gotas
e incluso de tener cuidado, ya que no se sabe para quién trabajan. Con esta actitud de insolidaridad de parte del Gobierno de Suecia en este capítulo, no podemos decir que estén pensando seriamente en luchar contra la erradicación de
la tortura o la violación de los derechos humanos alrededor del mundo. Si el gobierno de Suecia persiste en unirse al de Canadá en descalificar insidiosamente
los hechos, a pesar de haber utilizado mecanismos de investigación insuficientes, para llegar a una conclusión objetiva ,
que satisfaga la racionalidad, en este diferendo de aplicación humanitario; puede algún poder institucional, en apego a las
leyes internacionales, que condenan este tipo de prácticas y abusos denigrantes; unirse a la razón objetiva y exigir la demostración
efectiva de la investigación, que les permite decir NO! a los funcionarios de ambos países en el cumplimiento de sus deberes? Cómo evitar un crímen y condenarlo, tratándose de tortura? Si ante la descripcción anterior y particular, de una violación sistemática de derechos humanos; ésta es
ignorada de plano por ambos países, Canadá y Suecia resultando más confortable y veráz
,la inobjetividad de los mass media , que el artículo 3 de la Convención contra la Tortura? Qué oscuros intereses podrían interponerse para amamantar y justificar un flágelo
de esta naturaleza, permanentemente, venga de donde venga? Es que acaso el gobierno de Costa Rica, regido por hombres mortales y rodeado
de influencias nefastas, en el respeto del derecho de las mayorías y las minorías de los pueblos; está exento de arbitrariedad,
complicidad, participación y encubrimiento por parte de sus autoridades de crímenes contra la dignidad? Qué extraño paraíso es éste, al que no acuden todos los líderes mundiales de
las naciones en masa a bañarse en sus benditas aguas, para regresar cargados de la pócima perfecta; cual fuego de Vulcano
y así solucionar los males del mundo? Por favor; si esto es así, qué podemos esperar? Ante semejante arremedo de conocimiento científico de la realidad histórica
de nuestro país; los invito a remozar sus exiguas fuentes de comprobación humana.
Si, Canadá y Suecia hablan de derechos humanos por qué nos lanzan al oprobio de la tortura y por qué no, a la misma
muerte? Por eso quiero hacer responsable tanto al Gobierno de Canadá como al Gobierno
de Suecia; de todo lo que me acontezca a mí y a mi compañero transexual Patrick Aguilar, en manos de mis verdugos; cuyos mecanismos
de encubrir la aberrante práctica ya he expuesto ampliamente. Hago un llamado a la cordura y la razón de las autoridades de ambos países;
para que recapaciten en su decisión y unan sus buenos oficios para erradicar este flágelo de la humanidad en nuestra incipiente
geografía; pero no por ello; digna de prestarle la debida atención. Tiempo ha y desde 1948 en que los marcos tradicionales de respeto en nuestra
democracia, fueron cediendo espacio a la borrachera de la medianía gobernante y fueron extinguiéndose, en las manos de políticos
irresponsables; nuestras garantías sociales y civiles, hasta constituir la entronización de las mafias políticas del adefesio
actual, llamado bipartidismo. No todo está perdido, pues todavía brilla la luz de la esperanza en valerosos
y honestos políticos aún dentro de las filas oficiales. Por eso es bueno, hacer
un alto en el camino y recorrer de nuevo las virtudes de la Patria. Ante la imposibilidad de un comprensivo espacio humanitario a mi opinión política
y mi bisexualidad declarada y compartida con mi compañero Patrik Aguilar un transexual
FTM de mujer a hombre y por la discriminación absoluta de las leyes en contra de nuestra relación; las cuales nos privan del
reconocimiento jurídico en toda la extensión de la palabra. Porque de acuerdo
a los hechos y a la experiencia recogida por mí mismo en todas las esferas sociales y culturales de la nación, no soy más
que un sobreviviente; debido a la incapacidad y complicidad crónica del obsoleto aparato jurídico costarricense; sufrido en
mi caso desde 1975 hasta el 17 de mayo de 1997; y ante la violación flagrante del artículo 3 de la Convención contra la Tortura
y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes por parte de los Gobiernos de
La República de Canadá y Suecia en la actualidad; y ante el agotamiento objetivo de todas las vías administrativas
habidas en el caso de estos dos estados, los cuales han ratificado los alcances
de la declaración en fechas correspondientes a Canadá el 24 de Junio de 1987 y Suecia el 8 de Enero de 1986, es que acudo
ante su Eminencia para que juzgue lo necesario e interponga sus buenos oficios en busca de la razón. Firmo en la ciudad de Sundsvall, República de Suecia a las 16 : 47 horas, del
día miércoles 15 del mes de mayo del año 2002. ------------------------------------------- Firma del autor: Efraín de Jesús Valverde Moreno. |