Latinoamérica sin Fronteras
Cosas de el Alma.

Página Principal.

I. Introducción a Latinoamérica.
II. Arte de Patricio Aguilar.
III. Página de Efraín.
IV. Países.
V. Sobre la Paz.
VI. Los Derechos Humanos.
VII. Filosofía.
VIII. Recomendaciones.
IX. Idiomas.
X. Teatro Latinoamericano.
XI. Israel.
XII. Matemática
XIII. Economía.
XIV. Física.
XV. Astronomía.

.


Regresar

Mis Poemas.

Mis poemas no son versos

que están a la venta.

Pues al igual que las flores

no venden su aroma;

mis poemas son para aquellos

que quieran

aspirar sus palabras.

Mis poemas crecen libres

como las florecillas silvestres.

Nacen,

se desarrollan;

y algún día se abren

al sol de los ojos.

Ojos cándidos

como infantes traviesos

que las recogen en sus manos

para acercarles

a el espíritu.

Mis poemas

son pensamientos

del alma;

que florecen en mi cuaderno.

Aguilar.

14 de mayo, 1999, Toronto, Canada.

Ocean

La Espera.

Cada segundo pasa como un largo gemido;

entre oleadas de papeles y el vaivén de voces.

La tecnología es impotente para cambiar las horas

de tedio y aburrimiento.

Frente a los ojos, los minutos se convierten

en alargados círculos de colores.

Alguien pasa distraídamente las hojas del reloj,

talvez la fórmula ahí se encuentre.

Se suceden las palabras monótonas como antídoto

y el reloj de agua recuerda, que como éste

ya han habido tiempos por tantos otros vividos.

Algún otro retoma las hojas del reloj;

al final las repasa y no las ve.

Graznan unos cuantos minutos como llanto de parto.

Alguna hora los habrá parido ya muertos,

mientras el aire aplasta las moscas de los microsegundos.

Una catarata de voces se suspende por momentos

en el río del tiempo.

Ríos encapsulados en burbujas de colores:

rojo, amarillo, verde, azul y negro;

dibujados sobre lienzos grises de suspiros y miradas.

Aguilar.

Junio 20, 2000, Toronto, Canada.

Entre Muros y Cifras.

Aquí entre muros de ladrillos rojos

y estereofón blanco,

se sucede la espera tras espera

dentro de un micromundo

de sonidos extraños.

Esperando cifras de números

escritos con rojo o negro

sobre carteles blancos, se inventan otros números.

Cartelones que han encerrado, durante veinticinco años,

el destino de miles, y sostienen los números negros y rojos.

Números que te sostienen a la realidad de lo irreal

con invisibles hilos de marioneta;

como los del alma al cuerpo.

No importa cuánto camines, hables, duermas o corras.

Al final ahí están los números esperando.

¿Si te desligas de ellos;

si te desentiendes de ellos?

¿Quién sabe? Dicen que "los números hablan".

Aguilar

2 de agosto, 2000, Estocolmo, Suecia.

Cenizas.

Un árbol sin raíz

es sólo un tronco tirado

listo para terminar en cenizas.

Y sólo eso es; cenizas.

Cenizas diseminadas entre sí,

sin poder nunca volver a juntarse.

Pino o cedro, quizá roble.

Cenizas que el viento se lleva por doquier

impregnándolas en cualquier parte, enlodando una pared.

Entre la arena o el barro;

cada vez más alejadas, más allá.

Cenizas que jamás se volverán a recojer.

Cenizas de dramas y crímenes borrados con forzadas sonrisas.

Cenizas de sueños, de amores;

de pasiones terminadas en desiluciones.

Cenizas de pueblos, de vidas;

cenizas de historia contada

por testigos enmudecidos,

discriminados por las nuevas mentiras.

Aguilar.

Agosto 12, 2000, Estocolmo, Suecia.

Recuerdos, Memorias.

Al frente el lago inmenso;

al lado el parque; alrededor la nieve.

Estoy conmigo; los cisnes de collar negro y el faro.

Alguien aparece con sal para derretir la nieve;

alguien con pan para las aves.

Va caminando una anciana

conversando con todos aunque no se dirija a ninguno.

Estoy aquí, escuchándote hablar.

Ahogo mis palabras en el silencio

para que tu espíritu fluya libre

inundando el suave frío de la nieve;

¡Cómo entra la luz por tus ojos.!

Tu rostro es un camino sereno

por el que pasan surcando

recuerdos, anécdotas; historias vidas.

Me extravío en tu mirada y tus ojos tristes infantiles.

Dices algo, me preguntas; intento contestar.

Te busco, pero sólo está el aire.

Se me olvidó que te recordaba.

A mi lado, un árbol de maple.

Al otro lado el espacio infinito.

Aguilar.

Diciembre, 1999, Toronto, Canada.

Génesis de la Luz.

En el principio, nada era desorden;

nada estaba en caos.

Cada cual en su dimensión, cada partícula en su nivel.

No había tiempo, no había alba u ocaso.

Aconteció después que una partícula rebelde,

saltó hacia la tangente,

formando diagonal con las moléculas de hidrógeno.

Explotó el Gran Boom.

La estrella solar empezó a brillar

y he aquí nacen la luz y la oscuridad.

Resplandece el prisma y se desvanece el nivel;

la vía láctea se dispersa.

El caos y el desorden acontecen;

y de éstos surge el hombre.

Aguilar.

20 de abril 1992, Pérez Zeledón, Costa Rica.

hadaluz.jpg

Sin Palabras.

Que triste es la tristeza

cuando se maltrata sin compasión a un ser viviente,

como pretexto de ¿educarle? ¡Amaestrarle!.

Dios vengador de odio y castigo

temible y terrible que destruye al mundo de un soplo.

Diablo acechando para destruir con solo el aliento.

La frustración del agresor sale con lengua de víbora,

ojos de dragón, garras de arpía,

pies de burro y cerebro de gusano.

Castigo, miedo, represión.

¿En quién confiar, en Dios o el diablo?

¿Irá la sociedad mejor o al revés?

De niños a adultos

y de adultos a niños, los temores se pasan con;

azote, dolor, muerte y fusil.

Aquí en este mundo

en que unos pocos son los amos

y el resto los esclavos,

¿Podremos todavía, esperar un futuro mejor?

Aguilar

12 de marzo, 1998, Toronto, Canada.

Los Zombis de Nuestra Era.

Delirantes buscan el oro donde no lo hay,

la fiebre les ha calado los huesos

y el alma se les ha llenado de lepra.

La lujuria los ha segado;

los conduce por oscuridades de espejismos;

ellos con lengua mortandosa proclaman sobre sus maravillas.

Asumen poses santulonas y virginescas

para pasar desapercibidos entre los vivos.

Poses que no dejan de ser simple "cliché".

Las ratas arrancan a mordiscos la carroña

que les ha quedado en los podridos huesos.

Durante la noche muestran sus grasientas carnes

en sus rituales orgiásticos y funestos.

Ladrones irremediables de las vidas de otros,

arrancan la vida, como hienas en el desierto,

para suscribirla en los libros de historia como propias.

Avaros insatisfechos, ambiciosos de poder y dinero;

lujuriosos encubriendo sus inmundas carnes.

lengua asesina, mentirosa; engañadores sin par,

expertos en el disfráz y la adulación,

redes con las que atrapan a los incautos.

Día a día, noche a noche; hasta el último segundo del año

se presentan los farsantes por el periódico, la radio y la televisión

y por las computadoras del internet

prestos siempre a regar la semilla del veneno y la maldad.

Aguilar

7 de agosto, 2000, Estocolmo, Suecia.

Poesia Variada.

Y se escucha

entre las olas del viento;

el violín vibrar su llanto.

Llanto del alma de la luna;

y se acrecienta

en el infinito mar.

Danza la mar

revoloteando su falda;

el infinito le da su compás.

Danza incansable

de los tiempos;

que no se detendrá.

Aguilar

1 de octubre de 1997, San Salvador, El Salvador.

lobo.jpg

La Tortura Del Artista.

La tortura del artista empieza con el tiempo, la prisa;

no hay más tiempo que para hacer algo útil;

algo así como: dinero, carro y marcas. Así que trabaja en eso.

Y para eso te torturan el cerebro y te castran

con reglas inútiles, cánones y justificaciones.

Y te arrancan las manos para usarlas

en las fábricas de los capitalizados.

Primero tienes que ser alguien.

Entoces has de tener dinero y chucherías.

Y la voz te la quitan de la conciencia

no vaya a ser ésta te enseñe a decir malos versos.

Con sus ideas y políticas te aturugan el alma

para que no digas la verdad y los alabes a ellos,

los grandes dioses: don Dinero, doña Fama y señorita Clase Acomodada.

Y te desangran las venas para vaciarte el espíritu

y rellenártelo con imundicias y propaganda barata,

ni te darás cuenta cuando ya ni el agua te corra en las venas.

Te sacan los ojos para evitarte "el dolor" de ver la realidad;

así sólo verás las dulzuras del dinero hasta hartarte de tanta abundancia,

sin notar siquiera a los que ni migajas tienen para comer.

¡Qué lindo! ¡Qué bello! Te harán cantar sin cesar.

Así no escucharás a los niños que de hambre llorando están.

Mira, escucha y siente, como el mundo se desgrana;

pero dí lo contrario de lo que pasa.

No vaya a ser se enojen y te bajen de la fama.

Aguilar

Marzo 15, 2000, Toronto, Canada.

Una Realidad.

Los asiloseekers, no somos más que; un número, un buen negocio;

posibilidades de empleo seguro para los muchos fabricantes de organizaciones.

Mano de obra barata para los otros tantos, los empleadores.

Hoy, mañana, en un mes o unos años;

cuando se les antoje, te tirarán de su casa.

Nosotros sólo somos los inoportunos huéspedes,

de los que desean deshacerse lo más pronto posible.

Qué importa lo bien que le limpiemos la casa y que nos convirtamos en ratones

para pasar desapercibidos "as quiet as a mouse".

Al final no somos más que intrusos en sus casas.

Con sonrisas lastimeras querrán mostrar que son humanistas

porque tienen piedad, hasta te hablarán de que quizá te vayan a adoptar.

Mientras tanto, qué importan las historias que les cuentes

sobre el frío y el hambre que pasaste; sobre el miedo que te da la noche;

la soledad acechando en los caminos;

sobre los fantasmas que te atormentan y te persiguen.

Sí; no digo que no te abran las puertas durante unas noches

pero preparado o no; y así supliques te tirarán de nuevo afuera.

Mientras tanto la memoria de la fría computadora

se llena de números y las carpetas de datos.

Datos sin nombre, que pasan de mano en mano; de oficina en oficina.

¡Sin nombres! Sí. Porque así ya no eres humano.

Eres sólo un número del cual es fácil deshacerse sin remorder la conciencia.

Un número que les significa regalías y grandes ingresos.

Ingresos de los cuales te dan una ínfima limosna. ¡La hospitalidad de la casa!

Después no digan que su hospitalidad no fue buena.

Hasta te mantienen la esperanza viva, aunque sea con falsas promesas.

Entre promete y promete te dan mil y una fórmula

las cuales seguirás con fe ciega como amuletos para la buena suerte.

Y al final comprobamos lo que alguien sabio ya explicó-

"Los dientes de tigre; no detienen las balas."

Aguilar

Julio 27, 2000, Upplands Väsby, Suecia.

Los ¡No!.

¡No, no, no! al trabajo, estudio, derecho al salario y todo lo demás.

Un interminable tren de noes, es esta sociedad;

donde quien asome las narices fuera de la puerta tendrá un problema más.

Noes deprimentes, absurdos, dictatoriales,

estupidizantes y asesinos del ser.

Infelices quienes caen en sus redes;

quedarán girando, como secadora loca,

una y otra vez, una y otra vez.

Noes sutiles, casi imperceptibles, invisibles noes

igual de contundentes garras metálicas.

Con guerras exprimen y exprimen.

Disecan la mente con sus paranoicos ¡No!

¡No, no, no! fronteras, barreras estereotipos, ilegales, alliens;

son extensiones insinuantes del ¡No!

la paz imposible, sí, imposible.

Problemas , discusiones, castigos, lágrimas.

El amor se acaba, ¡Maldito sea! Para que no sufra,

¡Que se muera el amor, que se muera!.

Gritan las multitudes hace dos mil años y dos mil años después.

Falsedades, ilusiones engañosas, pretextos.

El amor nunca fue, sólo fue el infierno;

el cielo se acabó hace doscientos mil años y doscientos mil años después.

Aguilar.

Agosto 10, 2000, Estocolmo, Suecia.

Deseo Final.

Dejad que mi cuerpo,

una vez mi espíritu no le anide,

pose libre sobre la tierra.

Y la energía amalgamada con ella

sirva para alimentar la semilla

del futuro fruto que dará el árbol.

Porque al suelo ha de volver

y una nueva vida se forme otra vez.

No quiero el egoísta camposanto;

únicamente alimentando el polvo de la inerte lápida.

Quiero que se nutran las raíces, se nutra la vida;

que se nutran las aves, se nutran las gentes.

Y cuando el árbol sea ya viejo,

entre tanta semilla;

habrá germinado la esperanza.

Aguilar.

Diciembre 3 1997, Ontario, Canada.

© Todos los Derechos de Autor sobre los Poemas, pertenecen a Efraín de Jesús Valverde Moreno.
info@latinoamericasinfronteras.org
Suecia 2005.

©Diseño de página: Patricio Aguilar.