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5 de noviembre de 2002
Por STELLA CALLONI
Mientras organizaciones populares y algunos miembros del Congreso costarricense denunciaban los tránsitos de buques y tropas norteamericanas por ese país, una Asamblea Legislativa bajo presión aprobó un permiso para que atracaran 15 barcos del servicio guardacostas de Estados Unidos que participarán en "en misiones de patrullajes conjuntos". Amparándose en un convenio antidrogas que fue firmado en 1999 -como otros que se han suscripto en la mayoría de los países de la región- Washington hizo pie en el país centroamericano cuyo gobierno violentó una declarada tradición pacifista. Una serie de protestas y denuncias contra las exigencias estadounidenses para que sus tropas en Costa Rica además estén provistas de inmunidad fueron tan silenciadas por la prensa internacional como el involucramiento de este país centroamericano en las redes del Plan Colombia, trazado por Estados Unidos como la "pata militar" de su expansión colonial en la región.
Washington entregó a Costa Rica - pagó los servicios de ese gobierno- en el convenio antidrogas de 1999 con un 1,9 millones de dólares que habrían servido para equipamiento de barcos costarricenses, según el ministerio de Seguridad de ese país, aunque esto aún no se ha comprobado. En este sentido es bueno recordar el involucramiento de gobiernos costarricenses en la guerra de Estados Unidos contra Nicaragua en los años 80, como base de la "contra" a pesar de la misma declarada tradicion pacifista y antiguerrerista.
Las tropas estadunidenses tendrán trato preferencial en el lugar y no necesitarán ni pasaporte ni visas, ni deberán responder por cualquier tipo de daños contra personas o territorio que se cometa en ese país. Varios diputados obligaron a comparecer ante la Legislatura, a ministros responsables de estas medidas. El diputado Rodrigo Alberto Carazo, del Partido Acción Ciudadana (PAC), dijo que resultaba "inaceptable que los militares y tripulantes de las cañoneras tengan libre movimiento" y puedan ingresar sin pasaporte ni visa. Otra de las críticas fue la renuncia jurisdiccional o sesión de soberanía costarricense que significa aceptar que no se podrá reclamar por muertes, daños a personas, destrucción de propiedades u otras posibles consecuencias de su virtual ocupación de territorio y aguas de ese país. Esta situación se arrastra desde julio pasado por el paso de buques estadounidenses y cuando la marina de Estados Unidos reclama tener un puerto libre -léase base de estacionamiento- en ese país, y mientras salta a la luz pública la corrupción y la entrega de dinero procedente de empresarios de Taiwán para llevar a la presidencia al actual mandatario, Abel Pacheco.
La situación conmueve a Costa Rica y a toda Centroamérica, sumida en crisis y hambrunas y que ve retornar el esquema colonial de los años en que las compañías fruteras y los marines norteamericanos sostenían a las temibles dictaduras de la subregión y manejaban la política. Los gerentes fruteros acompañados por tropas de ocupación convirtieron a esas naciones, que habían luchado heroicamente su independencia, en las siempre mencionadas "Repúblicas bananeras" no por sus pueblos sino por su gobiernos títeres del imperio.
En Honduras Estados Unidos tiene la base de Palmerola que nació supuestamente como un puesto de avanzada militar y entrenamiento en su guerra contra la Nicaragua sandinista y hoy una especie de sub comando Sur, además de otras instalaciones en la región. Periodistas costarricenses han denunciado también las duras presiones del embajador de Estados Unidos en San José, John J. Danilovich, para llevar adelante un proyecto del Departamento de Estado que intenta instalar una academia de policía "de ámbito latinoamericano" en ese país. Según Danilovich esta academia estaría destinada a la " defensa de los derechos humanos, el papel de la ley y la protección de la paz, que son las grandes preocupaciones del gobierno del presidente George W.Bush",(sic).
En realidad todos estos elementos juegan como argumento y justificación de los entramados de la Guerra de Baja Intensidad (GBI) para la expansión y establecimiento militar estadunidense en toda la región, con fines de control y sujeción. El embajador además amenaza con llevar su "Academia" a otro país si el parlamento no aprueba el convenio antes de fin de año. Alguna prensa de la que hoy se utiliza en nuestros países para "vender" las bondades de los planes económicos o militares de Estados Unidos, destacó una carta de Danilovich reclamando a los costarricenses que se oponían a su proyecto, en el que nunca menciona los términos reales de la llamada "lucha contra el terrorismo" que se encubren detrás de su presunta academia para entrenar a "buenos policías", como antes la Escuela de las Américas y otras instituciones estadounidenses entrenaron a torturadores y criminales de lesa humanidad. Esta "escuela"· también es parte del entramado del Plan Colombia.
(es una transcripción del "MoPaSSol" del 18 de Octubre de 2002).
La Hierba de los Caminos. Victor Jara.
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